Tokio, el ejército abre sus puertas a los jóvenes tatuados debido a la escasez de reclutas
Se presentó en el Parlamento una propuesta para que la carrera militar resulte más atractiva a los jóvenes. El estigma que asocia los tatuajes con el crimen organizado sigue vigente en el país, pero el 60% de los japoneses de 20 años cree que las reglas deberían cambiar. La crisis demográfica es uno de los obstáculos para incrementar el número de militares como se propone Kishida.
Tokio (AsiaNews). Japón está considerando eliminar la prohibición de incorporar al Ejército varones y mujeres jóvenes tatuados. La propuesta se planteó durante una reciente reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa de la Cámara de Consejeros. El objetivo de la medida es facilitar el reclutamiento y hacer frente a la grave escasez de personal en las Fuerzas Armadas Japonesas (SDF).
Aunque dejaron de ser ilegales después de la Segunda Guerra Mundial, los tatuajes en Japón siguen estando socialmente mal vistos -sobre todo por las generaciones mayores- debido a la relación que estos tienen con las organizaciones criminales. Precisamente por el estigma asociado a la delincuencia, las personas tatuadas en Japón afrontan diversas dificultades, desde no poder utilizar piscinas o termas públicas hasta el riesgo de no poder acceder a carreras en el sector público. Sin embargo, la percepción de los tatuajes está cambiando lentamente en las generaciones más jóvenes. Una encuesta de Haruka Sakaguchi para el New York Times muestra que en 2021 más de un millón de japoneses tenían tatuajes, el doble que en 2014, y más del 60% de los japoneses de 20 años cree que las reglas sobre los tatuajes deberían cambiar.
Sin embargo esas normas siguen siendo muy relevantes para el reclutamiento en las SDF, donde a pesar de todo se rechaza a los candidatos tatuados. El tema fue planteado por Masahisa Sato, político del Partido Liberal Democrático y ex miembro de las Fuerzas Terrestres de las Fuerzas de Defensa. El Japan Times informó que Sato dijo en una intervención que rechazar candidatos solo porque tienen tatuajes debilita a las SDF porque socava su capacidad de reclutamiento.
La defensa es uno de los temas fundamentales de la administración Kishida, que ha prometido aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB nacional para 2027, lo que supone un cambio significativo de rumbo con respecto a la actitud pacifista que Japón ha mantenido desde la segunda posguerra. A pesar de las nuevas políticas y el aumento del gasto, los obstáculos más importantes para mejorar la defensa japonesa siguen siendo los relacionados con el reclutamiento.
El objetivo actual es dotar a las SDF de 247.154 efectivos, sumando al menos 16.000 reclutas. Uno de los problemas que se plantean es la crisis demográfica. El reclutamiento se realiza generalmente entre la población de 18 a 26 años, que ha pasado de 17 millones en 1994 a solo 10,5 millones en 2021.
El otro gran problema es la percepción negativa de la carrera militar ya que, sumado a las mejores condiciones salariales en el sector privado, en el ámbito militar también existen mayores riesgos de bullying y acoso sexual. La baja tasa de desempleo juvenil en Japón también permite a las nuevas generaciones ser más selectivas en sus carreras, lo que contribuye aún más a las dificultades para el reclutamiento. Las SDF japonesas son fuerzas voluntarias que, a diferencia de otros países como Corea del Sur o Taiwán, no pueden contar con un sistema de reclutamiento nacional que les garantice los reservistas necesarios para hacer frente a la escasez de efectivos.
Toda esta situación se plantea en el contexto de un deterioro significativo de la dinámica regional en el noreste de Asia, desde las pruebas de armamentos cada vez más ambiciosas de Corea del Norte hasta la atmósfera tensa en el Estrecho de Taiwán, con una China cada vez más agresiva. El carácter voluntario de las Fuerzas de Autodefensa hace imperativo que Japón adopte medidas para mejorar su imagen y, en consecuencia, la forma en que las percibe el grupo etario de reclutamiento. Esto se ha hecho hasta ahora mediante intensas campañas de marketing, que se apoyan en la vasta cultura popular japonesa y en la promesa de medidas como aumentos salariales o iniciativas para facilitar el equilibrio entre la vida laboral y doméstica.
Aunque eliminar la norma sobre los tatuajes puede parecer poco significativo dado el pequeño porcentaje de jóvenes tatuados, sin embargo podría ayudar a reducir la imagen negativa de las SDF como sector laboral, mostrándolo como un organismo dispuesto a abandonar normas que resultan obsoletas para los segmentos de población más jóvenes y demostrando que el sector está más preparado para adaptarse a los cambios de las dinámicas sociales de Japón.
01/09/2021 15:28
27/09/2019 10:14