26/03/2024, 09.55
RUSIA-ASIA CENTRAL
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Terroristas de Tayikistán y reacciones rusas

de Vladimir Rozanskij

Las noticias tras la sesión judicial que validó las detenciones desataron una ola de intolerancia hacia los tayikos y los inmigrantes, con llamadas en las redes sociales a expulsar del país a todos los taxistas asiáticos. El presidente Rakhmon llamó por teléfono a Putin, expresando su enérgica condena del acto terrorista y confirmando que "no pertenecen ni a nuestra nación ni a nuestra religión".

Moscú (AsiaNews) - El tribunal Basmannyy de Moscú ha ordenado la detención de 11 sospechosos de la masacre del 22 de marzo en el ayuntamiento de Krokus, entre ellos cuatro personas acusadas de ser los autores materiales de la masacre; según los datos ahora oficiales, los cuatro son ciudadanos y nativos de Tayikistán, Dalerdžon Mirzoev, Saidakrami Račabalizoda, Mukhammadsobir Fajzov y Fariduni Šamsiddin. Todos ellos llegaron al tribunal con claros signos de tortura y supuestamente confesaron su delito, por lo que ahora se enfrentan a cadena perpetua. La sesión del tribunal se celebró a puerta cerrada -aunque se difundieron fotografías de los detenidos- para "no divulgar secretos de Estado ni de otro tipo", y también por "la seguridad de los participantes en el juicio y de los familiares de las víctimas".

Nada se sabe de la suerte de los otros siete detenidos, pero los cuatro terroristas tienen ahora una identidad muy detallada. Mirzoev tiene 32 años, cuatro hijos, entre ellos gemelos de un año y medio, y estaba registrado para trabajar temporalmente en Novosibirsk (Siberia) con un visado de tres meses que ya había caducado. La presentadora de Turbo-Putin, Margarita Simonyan, difundió el vídeo de su interrogatorio, calificándolo de "líder de los demonios". Vivía en un albergue para inmigrantes junto con Fajzov, y hacía unos diez días había conocido a un tal Abdullo, que le había proporcionado un coche para ser taxista. El propio Fajzov, de 19 años, soltero y sin hijos, fue trasladado a la sala del tribunal en camilla, conectado a un catéter, tras resultar herido durante la detención; trabajaba como ayudante en una barbería de Ivanovo, a 300 km de Moscú.

Račabalizoda respondió a las preguntas del juez a través de un intérprete, sin saber apenas ruso. Dijo que tenía 30 años, una mujer y un hijo, y que se había empadronado recientemente en Rusia en un lugar cuyo nombre no recordaba, y que aún no había encontrado trabajo. Los policías le cortaron la oreja, obligándole a comérsela, y confesó que sólo hizo "lo que me pidieron mis amigos". Šamsiddin está casado y tiene un hijo de ocho meses, está empadronado en Krasnogorsk y trabaja en Podolsk, en la provincia de Moscú; llegó a Rusia hace cuatro meses procedente de Turquía, y fue él quien explicó a los investigadores que "sólo matábamos a la gente por dinero", por una tarifa de 500.000 rublos (unos 5.000 euros), la mitad de la cual se pagaba por adelantado en una tarjeta bancaria.

Los cuatro asesinos fueron supuestamente contratados por el colaborador de un predicador islámico, en cuya página de Telegram estaban registrados, y todas las comunicaciones tenían lugar a través del mismo mensajero. Fue precisamente en los canales de Telegram donde se difundió desde el día siguiente a la masacre la noticia de que los atacantes podrían haber sido ciudadanos tayikos. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Dusambé negó inmediatamente que sus ciudadanos pudieran haber participado en la acción terrorista, considerándola una fake news, e instando a los medios de comunicación a utilizar únicamente fuentes oficiales de los órganos estatales rusos.

El Ministerio del Interior tayiko declaró posteriormente que dos de los sospechosos, Rivodžiddin Ismonov y Makhmadrasul Nasriddinov, no tienen ninguna relación con el atentado, y se encuentran actualmente en su patria, adonde habían regresado de Rusia el pasado mes de noviembre. Un tercer tayiko vinculado a la investigación, Rustam Nazarov, también trabaja actualmente como taxista en Samara, en el sur de Rusia, donde se encontraba con su familia en el momento de la masacre de Krokus. Sin embargo, la noticia tras la sesión judicial desató una ola de intolerancia hacia los tayikos y los inmigrantes en toda la población rusa, con llamamientos en las redes sociales a expulsar del país a todos los taxistas asiáticos, a pesar de que Putin explicó en su discurso a la nación que "los terroristas no tienen nacionalidad, ni futuro". El presidente de Tayikistán, Emomali Rakhmon, llamó por teléfono a Putin el 24 de marzo, expresando su enérgica condena del acto terrorista y confirmando que "no pertenecen ni a nuestra nación ni a nuestra religión". Rakhmon siempre ha estado comprometido en la lucha contra el fundamentalismo islámico en su país, incluso con medidas represivas muy fuertes y generalizadas a todos los niveles políticos y sociales.

La videobloguera y modelo Dina Saeva, rusa de origen tayiko, pidió a todo el mundo que no incitara al conflicto interétnico: "las decenas de millones de tayikos no son culpables de este acto de violencia, que no puede justificarse de ninguna manera". 

Muchas otras personalidades públicas rusas vinculadas a los tayikos y a los pueblos centroasiáticos están interviniendo con peticiones similares, pero la situación podría crear tensiones difíciles de controlar.

 

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