Terremoto en Khost: graves dificultades para hacer llegar el socorro y la ayuda humanitaria

El gobierno es incapaz de manejar otra crisis. El problema más grave de la tragedia sigue siendo la indecisión de la comunidad internacional para enviar dinero a un país en manos de los talibanes. En el distrito de Gayan, el más afectado, el 70% de las casas quedaron destruidas; otras se han derrumbado debido a las fuertes lluvias. Es difícil calcular el número de personas que todavía pueden estar atrapadas bajo los escombros.

Kabul (AsiaNews/Agencias) - No eran suficientes en Afganistán el hambre, la pobreza y la devastación de décadas de guerra: ayer por la mañana, las provincias sudorientales de Khost y Paktika sufrieron un terremoto de magnitud 6. Los afganos que viven en las aldeas rurales de la frontera con Pakistán se despertaron hacia las dos de la mañana en medio de una devastación total. Según evaluaciones independientes, en el distrito de Gayan, el más afectado, el 70% de las casas quedaron destruidas.

Los talibanes informaron que hay cerca de 1.000 muertos y 1.500 heridos. La Oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés) ha confirmado un número menor de víctimas, pero el número de víctimas seguirá aumentando mientras la ayuda y el socorro enfrentan graves dificultades para acceder a la zona.

El gobierno actual de Kabul no parece estar en condiciones de manejar la situación y las imágenes difundidas hasta ahora muestran que la población se las arregla con camillas improvisadas, refugios improvisados y entierros masivos. Algunas casas, en su mayoría hechas con ladrillos de adobe, se derrumbaron en un segundo momento debido a las lluvias. Muchas personas siguen atrapadas bajo los escombros. "Dadas las fuertes lluvias fuera de temporada y el frío, los refugios de emergencia son una prioridad inmediata", dijeron los funcionarios del OCHA.

El portavoz del Emirato Islámico de Afganistán hizo un llamamiento a la comunidad internacional, pero la ayuda sigue siendo el punto crítico de la tragedia. Tras la reconquista talibán y la retirada de las fuerzas estadounidenses, se detuvo el flujo de divisas que llenaba las arcas del Estado afgano: la ayuda internacional representaba casi el 80% del presupuesto nacional. Todo el país ha quedado sumido en la pobreza, casi 20 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población, padecen hoy hambre aguda, los logros en términos de derechos humanos han sido anulados. Los talibanes, que han depuesto los fusiles para ocupar cargos en el Estado, son incapaces de hacer frente a una crisis humanitaria tras otra: los cargos públicos han sido confiados a fanáticos religiosos o excombatientes y los funcionarios extranjeros que todavia se encuentran en el país admiten que no tienen capacidad para gobernar.

"No podemos llegar a la zona. Las redes son demasiado débiles; estamos tratando de actualizarlas", dijo a Reuters Muhammad Ismail Muawiyah, portavoz del comando militar en la provincia de Paktika, refiriéndose a las redes de telefonía móvil.

Las áreas remotas y montañosas afectadas por el terremoto son propensas a los desprendimientos de tierra. Incluso antes de que los "estudiantes coránicos" llegaran al poder, los trabajadores humanitarios tenían dificultades para acceder a estas regiones, debido también a décadas de guerrilla. Las provincias del sureste, baluartes de la red Haqqani -la facción más despiadada e intransigente de los talibanes- han sido en el pasado escenario de continuos enfrentamientos y nunca se desarrollaron económicamente. En consecuencia la población vive sumida en el pobreza y las casas están mal construidas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur prometió hoy $ 1 millón en ayuda humanitaria; Pakistán -que reportó 30 víctimas- enviará un convoy de 8 camiones cargados con medicamentos, tiendas de campaña y frazadas. Estados Unidos y la Unión Europea han expresado su cercanía con el pueblo afgano en Twitter, pero todavía no han resuelto cómo manejar la incomodidad de la situación, porque enviar ayuda significaría colaborar con el gobierno talibán. Naciones Unidas dijo que proporcionará asistencia médica, pero también aclaró que no tiene capacidad de búsqueda y rescate en Afganistán.