Terremoto, Emergency: siguen llegando heridos

Una semana después del terremoto, cientos de personas siguen buscando asistencia. Los temblores continúan y los que todavía tienen casa la abandonan. Los talibanes no admiten la masacre de civiles en el norte del país, donde se han producido enfrentamientos en los últimos días.

Kabul (AsiaNews) - Una semana después del terremoto que sacudió las provincias del sureste del país, todavía hay cientos de personas que necesitan asistencia médica y sanitaria. Los temblores continúan y la mayoría de las personas que todavía tienen casa han decidido abandonarla por miedo a que se derrumbe. Desde el sismo, "cerca de 150 heridos por día se presentan en la clínica de primeros auxilios habilitada por Emergency" y siguen llegando pacientes.

Giovanni Tozzi, coordinador de logística de la ONG fundada por Gino Strada, cuenta a AsiaNews: “La provincia más afectada es Paktika, a 260 km de Kabul. El sismo se sintió en un radio de 500 km y destruyó decenas de aldeas”.

Las autoridades talibanes informaron más de 1.000 muertos y más de 1.500 heridos. Naciones Unidas reportó que entre las víctimas hay al menos 155 niños, mientras que cerca de 700 familias viven a la intemperie porque se quedaron sin hogar. De estas, 400 se encuentran en el distrito de Barmal, el lugar más cercano al epicentro al que pueden llegar las ONG y las agencias internacionales que están proporcionando ayuda.

“Inmediatamente después del terremoto participamos en una mesa redonda con el Ministerio de Salud, las agencias de la ONU y las ONG locales. Hemos organizado un centro de atención primaria y hemos puesto a disposición nuestras ambulancias para llevar a los pacientes más graves a nuestro hospital en Kabul, donde se ha habilitado un pabellón especial”, explica Tozzi.

El centro de primeros auxilios más cercano a Barmal está "a tres horas de camino en automóvil", explica Tozzi. “Las aldeas afectadas por el terremoto están colgadas de las laderas de las montañas y solo se puede llegar a pie”. Las condiciones meteorológicas de los días inmediatamente posteriores a la catástrofe tampoco ayudaron: "Llovía y se formaba lodo, cuando ya era difícil avanzar por los escombros".

La ONU ha pedido un fondo de emergencia de 110 millones de dólares, pero los problemas del país -incluso sin considerar el reciente drama del terremoto- siguen siendo los mismos desde que las fuerzas estadounidenses se retiraron y los talibanes recuperaron Kabul: la inflación está por las nubes y la liquidez es muy baja, tampoco se pueden retirar grandes sumas de dinero, 23 millones de personas padecen hambre y los derechos de las mujeres y las minorías quedaron eliminados de la noche a la mañana.

A pesar de todas las dificultades, Afganistán sigue siendo importante para Emergency: "Corre el riesgo de convertirse en otra crisis olvidada -afirma Tozzi- pero queremo seguir trabajando aquí, incluso para mantener encendidos los reflectores de la opinión pública".

Ayer, los talibanes negaron haber atacado a civiles en el distrito de Balkhab de la provincia norteña de Sar-e-Pol y calificaron de "infundado" un informe de Amnesty International que documenta ejecuciones extrajudiciales en el norte de Afganistán. Naciones Unidas expresó su preocupación por los enfrentamientos cuando los talibanes reprimieron una rebelión encabezada por Mehdi Mujahid, un exespía hazara que entró en conflicto con el gobierno central.

Richard Bennett, relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, en un tuit calificó de "inquietantes" las noticias sobre ejecuciones, desplazamiento de civiles y destrucción de propiedades. "Lamentablemente la verificación está obstaculizada por el blackout de la información, las interrupciones de Internet y el acceso denegado a la prensa", agregó Bennett.