Terengganu: el partido islámico local prohíbe los cantos femeninos en un templo taoísta
El Partido Islámico Panmalasio, más conocido por sus siglas PAS, ha ordenado al templo de Guan Di que ponga fin a las actuaciones de cantantes femeninas. La decisión indignó a las comunidades budista y taoísta y a varios políticos de etnia china. Según el gobierno del estado de Terengganu, las actuaciones atraerían a espectadores de la comunidad musulmana.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - El ayuntamiento de Kuala Terengganu ha ordenado al templo taoísta de Guan Di que ponga fin a las actuaciones de cantantes femeninas durante una celebración religiosa celebrada entre el 29 de julio y el 2 de agosto. Los agentes de policía llevaron a cabo una redada en el templo, prohibiendo a las mujeres entretener a los invitados.
El estado malasio de Terengganu está dirigido por el Partido Islámico Panmalayo, más conocido por las siglas PAS. La decisión ha indignado a las comunidades budista y taoísta, pero también a varios políticos de etnia china que afirman que las restricciones violan el derecho constitucional a la libertad religiosa.
Teresa Kok, vicepresidenta del Partido de Acción Democrática (DAP), declaró que el ayuntamiento debía aclarar por qué se prohibía a las mujeres actuar en los templos chinos. «Exijo que el gobierno estatal diga si esta prohibición a las cantantes femeninas es una nueva política y si las restricciones a los programas de entretenimiento incluyen ahora a los no musulmanes, incluidos los templos taoístas y budistas», preguntó. «Aunque los dirigentes del PAS habían insistido anteriormente en que sus leyes y políticas religiosas no afectarían a los no musulmanes, esta última directiva al templo de Guan Di demuestra que el partido no se toma en serio las garantías que ha dado». Calificándola de prohibición inconstitucional e ilegal, Kok instó al gobierno de Terengganu «a revocar inmediatamente estas órdenes y políticas y a respetar la cultura y los valores de las comunidades no musulmanas», añadió.
Michael Kong, también miembro del Partido de Acción Democrática, al ser preguntado por AsiaNews comentó: «Malasia siempre se ha enorgullecido de ser una nación multirracial con una sólida base de tolerancia racial y religiosa. Un aspecto fundamental de esta tolerancia es el principio de no imponer las propias creencias religiosas a los demás. Al promulgar esta normativa, el PAS adopta una postura directa y de confrontación contra las creencias y la libertad de elección de los no musulmanes».
«Esta nueva normativa podría tener efectos de gran alcance, especialmente para los artistas chinos que tradicionalmente actúan en los templos de estas zonas. Las implicaciones van más allá del mero entretenimiento; golpean el corazón de nuestra sociedad multicultural y las libertades que tanto apreciamos», afirmó Kong.
Al coro de protestas se unió también la Federación de Asociaciones Chinas de las Divisiones de Sri Aman y Betong, con sede en Sarawak. Su presidente, Ngu Piew Seng, declaró que tal gesto del gobierno de Terengganu es inaceptable, representa la supresión de las artistas y supone una injerencia y una falta de respeto a la cultura china.
El consejero del gobierno estatal, Wan Sukairi Wan Abdullah, argumentó la decisión declarando: Dado que las representaciones en el templo estarán abiertas a los transeúntes, atraerán también al público masculino y femenino de la comunidad musulmana».
El mes pasado, el gobierno de Terengganu había introducido en los estadios «asientos designados para espectadoras femeninas» para evitar la mezcla de sexos durante los partidos de fútbol y los grandes acontecimientos deportivos escolares.
El año pasado, el grupo de defensa de los derechos de la mujer Sisters in Islam (SIS) denunció al PAS por prohibir a las gimnastas participar en el evento deportivo «Sukan Malaysia» debido a la vestimenta «inmodesta» de las atletas. SIS describió la prohibición como un signo de discriminación de género más amplio, y añadió que la decisión del gobierno de Terengganu constituía una grave violación del derecho de las mujeres a participar en actividades recreativas, incluido el deporte, un derecho consagrado en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
