Teherán: los Pasdaran declaran el ‘fin de la revuelta’, pero la tensión sigue
El gen. Ali Jafari elogia la “vigilancia del pueblo”, que ha llevado a la derrota de los enemigos. Y acusa a los monárquicos, anti-revolucionarios y a las fuerzas “enemigas” externas a Irán. Pero en algunas ciudades sigue habiendo focos de tensión. Trump continúa soplando sobre el fuego de la revuelta, y promete brindar su apoyo “en el momento justo”.
Teherán (AsiaNews/Agencias) - La “revuelta” que hace días se desarrolla en Irán, caracterizada por violentas protestas promovidas por jóvenes, y reprimidas con la fuerza, causando decenas de muertos y cientos de arrestos, ha sido “derrotada”. Quien dio el anuncio en la tarde de ayer fue el jefe de los Guardianes de la Revolución (Pasdaran), el gen. Mohammad Ali Jafari, mientras decenas de miles de manifestantes partidarios del gobierno salían a las calles en defensa de la dirigencia –política y religiosa- de Teherán.
La revuelta se inició el 28 de diciembre pasado, en la ciudad de Masghad, y hasta ahora ha dejado 23 víctimas. Las protestas, que en un primer momento se centraban en el aumento de precios y la corrupción, se ampliaron para luego apuntar contra el Ejecutivo. Se trata de las manifestaciones más imponentes desde la controvertida reelección del presidente conservador Mahmoud Ahmadinejad, en el año 2009. Y aunque sin mencionarlo, el gen. Ali Jafari ha acusado al mismo Ahmadinejad de haber alimentado de alguna manera el tono de la protesta, transformándola en una revuelta callejera. “Todo sucedió –declaró el alto exponente de los Pasdaran- luego de una convocatoria difundida desde un sitio vinculado a una persona que hoy habla en contra del sistema islámico”. Recientemente, el ex presidente ultra-conservador criticó en reiteradas oportunidades a los funcionarios de gobierno, y, en particular, al jefe de la magistratura, Sadegh Amoli Larijani.
“Hoy [3 de enero, ndr], podemos decir llegó el fin de la revuelta del 96”, prosiguió el gen. Mohammad Ali Jafari, haciendo referencia al año en curso en Irán, el 1396, según el calendario persa. “El alto nivel de seguridad y vigilancia del pueblo” ha llevado a la derrota de los “enemigos”, a tal punto que los Guardianes de la Revolución han tenido que intervenir de manera “limitada”, en sólo tres provincias. Para el militar de alto rango, como máximo, había 1500 personas manifestándose en cada ciudad, y el número de contestatarios “no ha superado los 15.000 en todo el país”. Finalmente, el acusó a los agentes contrarrevolucionarios, a los monárquicos y a las fuerzas “enemigas” externas a Irán, como había subrayado días atrás –aunque sin referirse explícitamente a ello- el mismo guía supremo, el ayatolá Ali Khamenei.
Si bien la cúpula de gobierno del país declara el fin de la revuelta, algunas agencias internacionales informan, en cambio, que anoche aún había tensiones, con nuevas protestas en la ciudad de Malayer, en la provincia occidental de Hamasan. Los manifestantes entonaron cantos, entre ellos “Las personas mendigan, el guía supremo se pavonea como un Dios”. Otros manifestantes, en Nowshahr, silabeaban “muerte al dictador”.
En tanto, se aplacan los tonos en la cúpula de las Naciones Unidas, que en los últimos días había criticado duramente “la pérdida de vidas humanas en las manifestaciones”. En un segundo comunicado, difundido ayer y firmado por el secretario general Antonio Guterres, se renueva la invitación a “evitar la violencia” y a que todas las manifestaciones de desarrollen de “modo tranquilo”. Y una vez más, se pide a la dirigencia de Teherán que se “respete el derecho” de las personas “a reunirse y manifestar de manera pacífica la libertad de expresión”.
Por su parte, el presidente de los EEUU, Donald Trump, continúa soplando sobre el fuego de la revuelta, renovando su aprecio por la decisión de manifestarse del pueblo iraní, incluso prometiendo el apoyo de los Estados Unidos cuando llegue “el momento justo”. En su enésimo mensaje a través de Twitter, que ya se ha convertido en la caja de resonancia de la política exterior americana, el magnate ha expresado que guarda un “gran respeto” por la gente que trata de “recuperar el control de su gobierno corrupto”.