Teherán: fuertes restricciones al aborto y la anticoncepción
La ley cuenta con el apoyo del presidente ultraconservador Raisi y responde a las directivas del guía supremo Jamenei. Activistas y críticos consideran que el objetivo es controlar a las mujeres y la vida familiar. Se esperan mayores restricciones y límites para acceder a la interrupción del embarazo. Constituye un cambio radical con respecto a las políticas impuestas por el fundador de la República Islámica Jomeini.
Teherán (AsiaNews) - El gobierno ultraconservador del presidente Ebrahim Raisi, que ganó las elecciones de mayo pasado, quiere poner fin a los años de libre acceso a la anticoncepción y el aborto - aunque en casos bien definidos - imponiendo fuertes restricciones. La política forma parte del (nuevo) programa de planificación familiar, que apunta a la natalidad y al aumento de la población como respuesta a la grave crisis económica y social que sufre el país. La ley, promulgada el mes pasado, pretende abordar el tema del cambio demográfico estableciendo restricciones y prohibiciones en el uso de la contracepción (gratuita), la esterilización voluntaria y la interrupción del embarazo, y ofreciendo incentivos a las mujeres en edad fértil. Además, refuerza la función de la policía y los organismos de seguridad en la vigilancia de quienes acceden a estos servicios, autorizando un mayor control de la vida privada (familiar) de los ciudadanos.
Los expertos de la ONU afirman que la ley es "una flagrante violación de los derechos humanos de las mujeres" según las normas internacionales. Las activistas iraníes no escatiman críticas a un texto que endurece las restricciones, como señala Firoozeh Kashani-Sabet, para quien "es sólo un elemento de control sobre las mujeres y las familias". Esta ley, agrega, constituye un "ejemplo preocupante" de una tendencia global en algunos paísres a incrementar los controles y la vigilancia.
La ley, denominada "Rejuvenecimiento de la población y apoyo al derecho de la familia" llega en un momento en que las tasas de crecimiento y de natalidad en la República Islámica están en fuerte descenso. Irán es un país con casi 85 millones de habitantes y tiene "la tasa de fecundidad más baja de todo Oriente Medio", explica Saleh Ghasemi, director del Centro Iraní de Investigación Estratégica de la Población. Seyed Hamed Barakati, viceministro de Salud para la familia y la población escolar, habló de un descenso del 25% en la tasa de natalidad en los últimos cuatro años, situándose ahora en 1,7 hijos por madre. En promedio, una familia engendra a su primer hijo después de cuatro años de matrimonio y el segundo después de otros cinco años. Las solicitudes de aborto que se presentaron en los últimos años son cerca de 12 mil, de las cuales se aprobaron alrededor de 9 mil.
Antes las mujeres iraníes podían acceder a la práctica del aborto terapéutico dentro de los primeros cuatro meses de embarazo, previa aprobación de una comisión de tres médicos que comprobaba que existiera un peligro real para la vida de la madre o malformaciones graves del feto. Con la nueva legislación, una mujer embarazada que desee interrumpir el embarazo debe comparecer ante una comisión formada por un juez, un médico y un perito legal y aún no se sabe cuáles serán los criterios para tomar decisiones, aunque parece evidente que habrá una restricción de los permisos y una limitación de la práctica.
La legislación involucra al Ministerio de Justicia y al de Salud, que deberán elaborar un plan contra los médicos que practican abortos clandestinos y los que distribuyen píldoras para la interrupción del embarazo. En Irán se practican entre 300.000 y 600.000 abortos ilegales por año, que pueden causar daños físicos y psicológicos incluso a largo plazo, entre ellos la infertilidad. Tampoco son raros los casos de muerte debido a las precarias condiciones en las que se llevan a cabo.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, se pronunció también sobre el tema y pidió a los iraníes que tengan hijos y aumenten la tasa de natalidad. Se trata de un cambio radical con respecto a su antecesor y fundador de la República Islámica, Ruhollah Khomeini, bajo cuyo liderazgo el gobierno alentaba a las familias a tener solo uno o dos hijos, combatía los embarazos de menores y proporcionaba anticonceptivos o vasectomías gratuitas. Y hasta en las zonas rurales las mujeres y las embarazadas normalmente tenían acceso a controles médicos en clínicas y otros centros de planificación familiar.
Hoy, en una situación de descenso demográfico y crisis económica, la política ha cambiado radicalmente.
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