Teherán: escalada de persecuciones anticristianas en las protestas por Mahsa Amini
Los datos contenidos en el informe 2022 de la agrupación activista Article18. Al menos 134 arrestados por su afiliación cristiana, 30 fueron condenados a la cárcel o al exilio, 61 cumplieron condena en prisión. Aquellos que promueven encuentros de oración en iglesias domésticas también son objeto de ataques. Los lugares de culto siguen cerrados después de las restricciones impuestas durante la pandemia de Covid-19.
Teherán (AsiaNews) - En el año de las manifestaciones por Mahsa Amini, las autoridades iraníes han intensificado las persecuciones contra los cristianos, tanto reconocidos como "clandestinos", dice el informe elaborado por activistas de Article18, que constata una práctica vejatoria y discriminatoria hacia las minorías religiosas en continuo crecimiento. Se registran violaciones del derecho a la práctica del culto y persecuciones por motivos confesionales, que la mayoría de las veces pasan en silencio o ante la indiferencia de una comunidad internacional que ha reaccionado tímidamente incluso con la represión sangrienta de las protestas. La revuelta popular, con mujeres en primera fila y mayoritariamente pacífica, fue desencadenada por el asesinato de la joven kurda de 22 años a manos de la policía moral de Teherán, cuya única culpa fue no llevar correctamente colocado el hiyab, el velo obligatorio que se ha convertido en símbolo de la opresión.
En la elaboración del informe de 2023 sobre "Violaciones de los derechos de los cristianos en Irán", junto con los activistas de Article18 también participaron Christian Solidarity Worldwide (CSW), Middle East Concern y Open Doors International. El documento de 25 páginas se hizo público hace pocos días, en coincidencia con el 44 aniversario de la muerte del reverendo Arastoo Sayyah, el primer cristiano asesinado por su fe en la República Islámica de Irán, apenas ocho días después de su fundación.
Actualmente las muertes violentas de cristianos son un fenómeno menos común que en el pasado pero, a diferencia de lo que dicen los líderes de Teherán, el país todavía está lejos de garantizar la plena libertad religiosa. Por el contrario las minorías religiosas, incluida la cristiana -tanto las comunidades "reconocidas" de caldeos y armenios, como los conversos, que no se benefician de los derechos constitucionales- son "sistemáticamente" privadas del derecho a practicar el culto. Es una política represiva y en abierta violación de las obligaciones asumidas como país signatario del International Covenant on Civil and Political Rights.
Las protestas en las calles relacionadas con el asesinato de la joven y la percepción del velo como un elemento de "opresión" ponen en evidencia el creciente "grito de libertad" de los iraníes, especialmente entre los jóvenes. La libertad, explican los activistas, de poder vivir "de acuerdo con la propia religión y según los propios ideales", especialmente válida para los cristianos, que también son perseguidos por su fe.
Las cifras del informe revelan la emergencia: 134 cristianos fueron detenidos el año pasado por cuestiones relacionadas con su fe, más del doble que los 59 de 2021; al menos 30 fueron condenados a la cárcel u obligados a exiliarse; otros 61 cumplieron un tiempo en prisión, nuevamente un número muy superior a los 34 del año anterior.
A fines de 2022 había 17 cristianos en la cárcel con penas de hasta 10 años por "actuar contra la seguridad nacional" o "propaganda contra el régimen", mientras siguen siendo una práctica habitual los ataques contra aquellos que no profesan el islam chiita, calificándolos como una "amenaza" para la República y sus valores. El año pasado dos cristianos fueron condenados a 10 años por promover un encuentro de oración en una casa particular, una de las llamadas "iglesias domésticas". En 2022 también se registraron 49 casos de tortura psicológica y 98 denuncias de maltrato (aunque la cifra real es mucho mayor porque la mayoría de las veces las víctimas no denuncian las agresiones) y 468 personas -incluso familiares no cristianos de los imputados- que terminaron en la mira de la justicia.
El último aspecto está relacionado con los lugares de culto: solo hay cuatro iglesias de habla persa que tienen autorización para funcionar dentro del territorio de la República Islámica. Sin embargo, las autoridades todavía no han dado luz verde para reabrirlas definitivamente después de la clausura que impuso la pandemia de Covid-19. Por otra parte las comunidades no pueden acoger nuevos fieles y su número disminuye progresivamente, a tal punto que ninguna de ellas tiene más de 70 miembros.
17/12/2016 13:14
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