Teherán: disturbios y protestas por el asesinato de un universitario
Amir Mohammad Khaleghi, de 19 años, fue apuñalado por «atracadores» la semana pasada cerca del campus. Su muerte desencadenó manifestaciones contra la inseguridad y la mala gestión de las universidades. Rumores - desmentidos por el gobierno - de detenciones entre los manifestantes. En el aniversario de la revolución islámica fueron «indultados» los dos periodistas que habían informado del asesinato de Mahsa Amini.
Teherán (AsiaNews) - Las protestas estudiantiles en Irán no han cesado, con los universitarios en primera fila, que han vuelto a las calles para manifestarse contra el asesinato, la semana pasada, de Amir Mohammad Khaleghi, un estudiante de 19 años, matriculado en la Facultad de Gestión de Empresas de la Universidad de Teherán, que murió apuñalado por unos «atracadores». El joven fue asesinado la noche del 13 de febrero cerca de la universidad en circunstancias misteriosas, lo que suscitó no pocas dudas en el mundo estudiantil y juvenil sobre la seguridad y el orden público. De ahí la decisión de manifestarse, con procesiones y concentraciones que se han extendido desde la capital a distintas zonas de la República Islámica y que están siendo observadas con gran atención -y preocupación- por la policía y los ayatolás, temerosos de una escalada.
Incluso una noticia criminal corre el riesgo de desencadenar violencia y tensiones en un país agobiado por una grave crisis económica agravada por las sanciones occidentales y, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, en el punto de mira de Israel y Estados Unidos por su programa nuclear. En este contexto, en los últimos días han tenido lugar numerosas manifestaciones con el apoyo de organizaciones estudiantiles. Los manifestantes de la Universidad de Teherán marcharon al grito de «Si no nos unimos, nos matarán uno a uno», llamando a la solidaridad entre los estudiantes. También se alzaron consignas y cánticos contra la «tiranía» frente al régimen de los ayatolás y las instituciones que gobiernan el Estado.
Un grupo de estudiantes de la Facultad de Bellas Artes también marchó, coreando los lemas «No queremos espectadores, únete a nosotros» y «Grita, estudiante, grita por tus derechos». Varias organizaciones y asociaciones emitieron declaraciones condenando el asesinato de Amir Mohammad Khaleghi. Un grupo de jóvenes de la Universidad Allameh Tabataba'i declaró que «este incidente no sólo pone de manifiesto la inseguridad en las instituciones educativas, sino que también expone la irresponsabilidad e incompetencia de los administradores y autoridades responsables». La declaración también subrayaba que «el gobierno es incapaz de garantizar ningún aspecto de la seguridad -económica, social o psicológica- a la población» y que «su única estrategia sostenible es la represión generalizada y sistemática». También señaló que «la pobreza y la desigualdad social han alimentado la delincuencia en la sociedad, afectando incluso a los campus universitarios».
Los disturbios comenzaron el 14 de febrero, cuando los estudiantes protagonizaron una sentada en el patio del complejo de dormitorios del campus de la capital. Las fuerzas de seguridad y agentes de paisano rodearon las instalaciones y detuvieron a cuatro estudiantes. Aunque los estudiantes detenidos fueron liberados más tarde por la presión de sus compañeros, los informes sobre el uso excesivo de la fuerza, que incluyeron a un manifestante que sufrió una fractura de nariz, aumentaron la indignación y avivaron aún más la protesta. Al parecer, Amir Mohammad Khaleghi fue apuñalado mortalmente por unos «atracadores» cerca de la universidad, pero de momento no hay noticias de que se haya capturado a los autores. En respuesta al clamor, el ministro de Ciencia, Hossein Simayee Sarraf -que negó las acusaciones de detenciones entre estudiantes-, anunció planes para instalar cámaras de vigilancia y puntos de seguridad en zonas vulnerables del campus. Al mismo tiempo, la Fiscalía de Teherán informó de que había asignado un investigador especial en relación con el caso.
Por último, desde Irán llega la noticia del «indulto» -absolución de todos los cargos- de los dos periodistas que habían denunciado la muerte de Mahsa Amini, en septiembre de 2022, a manos de la policía de la moralidad. Un asesinato que se produjo tras la detención de la joven de origen kurdo a la salida de una estación de metro de la capital, que había desencadenado entonces la masiva ola de protestas anti-hijab (el velo islámico) bajo el grito «Mujer, vida, libertad», con su reguero de sangre y represión.
Según el portal Mizan, las periodistas Elaheh Mohammadi y Niloofar Hamedi habían sido condenadas a 12 y 13 años de cárcel, respectivamente, por un tribunal revolucionario iraní en 2023. Ambos habían sido puestos en libertad provisional el año pasado, tras pasar 17 meses entre rejas, y posteriormente absueltos del cargo de «colaboración con Estados Unidos» en un tribunal de apelación. Otros cargos como «colusión contra la seguridad nacional» y «propaganda contra el régimen» habían quedado pendientes. Sin embargo, la medida de indulto -aplicada en el aniversario de la revolución islámica de 1979 y aprobada por el líder supremo Ali Jamenei- supuso la anulación de todos los cargos y el archivo definitivo de la causa contra los reporteros.
22/11/2022 14:43