Teherán tiene el primado mundial por número de ejecuciones en relación con la población
En 2020, el verdugo acabó con la vida de cuando menos 267 personas, incluyendo cuatro niños menores de edad y nueve mujeres. Detrás de Irán, le siguen China, Irak y Arabia Saudita. En la República Islámica crece el frente abolicionista; el luchador Navid Afkari, ejecutado en septiembre, es un símbolo de la lucha contra la pena capital. En 2020 se aplicó una sentencia de muerte por delitos relacionados con el consumo de alcohol.
Teherán (AsiaNews/Agencias) - Con cuando menos 267 personas ejecutadas el año pasado -y entre ellas, cuatro menores de edad y nueve mujeres-, Irán sigue siendo una de las naciones del mundo en las que más se aplica la pena de muerte y con la tasa más alta de ejecuciones en relación con su población. Según los datos del reporte 2020 elaborado por Iran Human Rights (IHR) en colaboración con la ONG de derechos humanos "Juntos contra la Pena de Muerte" (ECMP) y publicado ayer, detrás de Irán está China, donde las cifras de ejecuciones parecen ser menores a lo esperado. Le siguen Irak, Arabia Saudita y Pakistán.
En los últimos meses, el joven luchador Navid Afkari devino el símbolo de las ejecuciones: su tumba, en el pueblo de Sangar, es el destino de una peregrinación continua de activistas y personalidades que se oponen a la pena de muerte. Por orden de las autoridades, Afkari fue ejecutado en la horca el 12 de septiembre en la Prisión Central de Shiraz y destrozaron su tumba en diciembre. Sin embargo, la gente visita el pueblo y coloca coronas de flores en el lugar.
Navid Afkari fue arrestado junto con su hermano, un mes y medio antes de su muerte, acusado de participar en las protestas de agosto de 2018 y de complicidad en el presunto asesinato de un agente de seguridad que fue atacado por los manifestantes. Hoy se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la pena capital.
El lazo que se ha creado con el luchador ejecutado es una clara señal de la tendencia "abolicionista" entre el público iraní respecto a la pena de muerte. Desde 2018, el número de personas ejecutadas por delitos relacionados con las drogas ha disminuido. Esto fue posible, en parte, gracias a una revisión de la legislación en la materia. Sin embargo, en el primer trimestre del 2020 se produjo un repunte de las ejecuciones a pesar de la pandemia de coronavirus, la presión internacional y las movilizaciones populares.
Del informe conjunto de IHR y ECPM se desprende que el aumento del número de personas que se oponen a la pena de muerte en la República Islámica es una tendencia evidente, “ya que aumentó el número de indultos" concedidos por las familias de las víctimas a los condenados a muerte. El año pasado hubo al menos 662, el doble respecto al dato registrado en 2019. Al mismo tiempo, el 70% de los iraníes pide “la abolición total de la pena capital o que esta sea aplicada solamente en casos muy particulares”. Por último, el hashtag “No los ejecuten” en idioma farsi (persa) se volvió viral en julio del 2020, cruzó las fronteras y en apenas dos días, cosechó más de 4 millones de menciones en todo el mundo.
Raphaël Chenuil-Hazan, director general de ECPM, señala que "la frecuente aplicación de la pena de muerte en Irán, mediante la horca, el pelotón de fusilamiento o la lapidación, forma parte de un endurecimiento del régimen que comenzó en 2019, en respuesta a las protestas populares." Desde entonces, se han producido miles de arrestos, seguidos de condenas y ejecuciones en 2020. En este contexto, señala el activista, el 79% de las condenas de muerte que impuso Teherán fueron por asesinato; el 10%, por delitos relacionados con las drogas. "Un ciudadano fue ejecutado el año pasado por consumir alcohol; es la primera vez en 30 años que sucede”, concluye.
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