Teherán, alto costo de vida y crisis energética: la protesta enciende las calles
Desde los maestros hasta los trabajadores de las refinerías, crece el descontento por los salarios y las condiciones laborales. La energía y la economía frenan las perspectivas de recuperación en un país, sobre el que ya pesan las sanciones occidentales. El costo de los bienes y servicios esenciales ha aumentado un 40% en los últimos meses. Crece la presión sobre el gobierno de Pezeshkian.
Teherán (AsiaNews)- En Irán se extiende cada vez más la protesta de los ciudadanos exasperados - y empobrecidos - por el alto costo de vida sumado a un poder adquisitivo cada vez más exiguo de los salarios. Los trabajadores piden mejores salarios y condiciones de empleo, mientras que la crisis energética y financiera socavan las perspectivas de recuperación de Teherán, que también está implicado en varios frentes de conflicto en Oriente Medio, tanto en Gaza como en el Líbano y Yemen, contra el "enemigo" israelí.
En los últimos días los trabajadores de la refinería del South Pars Gas Complex de Asaluyeh, centro neurálgico de la producción de gas natural iraní en el Golfo Pérsico, se reunieron para plantear quejas relacionadas con retrasos en los pagos y condiciones económicas insatisfactorias. Al mismo tiempo, algunos maestros y profesores jubilados se concentraron frente a la sede presidencial en la capital, sumándose a las protestas y el descontento que se han vuelto cada vez más frecuentes en los últimos meses. Los manifestantes expresaron sus reclamos con pancartas que mostraban la disparidad entre la riqueza de recursos de la República Islámica y sus dificultades económicas.
El sector del petróleo y el gas ha reemplazado cada vez más a los empleados regulares por trabajadores subcontratados, exponiéndolos a condiciones precarias y salarios inadecuados. Los trabajadores no sólo piden aumentos, sino también mejores condiciones de alojamiento en los dormitorios y medidas de seguridad en los lugares de trabajo. “Las protestas [del 26 de noviembre] tienen una gran importancia, porque convocaron a empleados de 12 refinerías del complejo de Pars, en una fuerte demostración de solidaridad contra las autoridades”, declaró el sindicalista Sattar Rahmani a Iran International TV.
Los enfermeros y los trabajadores de la salud también organizaron protestas, comenzando con la huelga a gran escala que afectó a unas 50 ciudades y 70 hospitales en agosto. Sus demandas incluyen mejores salarios, tarifas de enfermería actualizadas, pago de horas extras y el cumplimiento de los beneficios sociales. A pesar de los constantes esfuerzos, la mayoría de sus reclamos no han tenido respuesta debido al importante déficit presupuestario del gobierno, que se estima que supera el 50%. Muchos trabajadores en Irán sobreviven con un ingreso mensual de alrededor de 200 dólares, que ni siquiera cubre el costo de la vida cotidiana.
Por otra parte, la República Islámica también se enfrenta a una grave crisis energética. El verano pasado hubo numerosos cortes de energía que redujeron a la mitad el suministro de electricidad industrial y provocaron apagones generalizados. Y ahora, las señales de una grave escasez de gas para el invierno han hecho saltar las alarmas. El crecimiento de la producción de gas natural se ha desacelerado significativamente, sobre todo debido al envejecimiento del yacimiento de South Pars, que es responsable del 75% de la producción total. Esa disminución, combinada con las sanciones estadounidenses y occidentales que limitan el acceso a tecnologías avanzadas, ha agravado la situación, mientras que la tasa de crecimiento de la producción en los últimos tres años es un tercio en comparación con la década anterior.
Al mismo tiempo el costo de los bienes y servicios esenciales ha aumentado al menos un 40% en los últimos cuatro o cinco meses, según los datos contenidos en un informe que publicó recientemente la Iranian Labour News Agency (ILNA). La escalada de la inflación está atrapando a los ciudadanos en una crisis cada vez más profunda, que va de la mano con el aumento del costo de vida. El aumento de los precios, relacionado no sólo con la inflación sino también con la eliminación del control de precios del gobierno, ha dejado a las familias en dificultades y sin posibilidad de cubrir vivienda, alimentos y servicios públicos. El Centro de Estadísticas de Irán informó recientemente que los precios de los alquileres urbanos aumentaron alrededor de un 42% en los 12 meses anteriores a noviembre de 2024, en comparación con el mismo período del año anterior. Solo en noviembre los alquileres aumentaron un 3% mensual y un 40% en comparación con noviembre de 2023.
El sindicalista Faramarz Tofighi subraya la gravedad de la crisis actual y afirma que "este nivel de inflación no tiene precedentes en toda la historia de Irán". Describe la situación como un "hundimiento de las familias trabajadoras en el agujero negro de la crisis de los medios de subsistencia", sin que el Gobierno haya conseguido hasta ahora ponerle remedio. Reconociendo la gravedad y la magnitud de los desafíos, el 22 de noviembre pasado el presidente Masoud Pezeshkian habló de “importantes desequilibrios en los sectores del agua, la electricidad, el gas y el medio ambiente, algunos de los cuales están al borde del desastre”. El aumento vertiginoso del costo de los bienes de primera necesidad ha obligado a muchos a recortar gastos esenciales, como alimentos y atención médica. La crisis inflacionaria, agravada desde hace mucho tiempo por las sanciones internacionales y la mala gestión económica, no da señales de disminuir, y el gobierno de Pezeshkian afronta una presión cada vez mayor para encontrar soluciones.
17/12/2016 13:14
26/06/2020 17:14