Teherán, Khamenei frena las ambiciones presidenciales de Ahmadinejad: No a un tercer mandato

En gran ayatolá juzga inoportuna la participación del líder ultraconservador en las elecciones presidenciales del 2017. Su presencia corre el riesgo de polarizar el país, lo cual representa un “mal” para “todos”. En los últimos meses, Ahmadinejad supo relanzar su imagen en público. Según un seguidor fidelísimo, él obedecerá, aunque de mala gana, a las indicaciones del guía supremo; en el pasado ya han surgido contrastes.

Teherán (AsiaNews) – El gran ayatolá Ali Khamenei se muestra contrario a un tercer mandato del líder ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad como guía de Irán. En los últimos meses, ambientes cercanos a la máxima autoridad chií habían dejado filtrar su oposición a la candidatura del ex jefe de Estado (quien ocupó el cargo desde el 2005 al 2013) en las elecciones previstas para el 29 de mayo de 2017. Ayer llegó la oficialización de la misma, en boca del mismo Khamenei, durante un discurso ante un grupo de estudiantes y fidelísimos.

Las palabras pronunciadas por la máxima autoridad religiosa de la República islámica parecen poner un punto final a las ambiciones de Ahmadinejad: “Un hombre [la referencia, si bien no fue pronunciado el nombre, es justamente al ex presidente] vino a verme. Considerando –agregó Khamenei – sus intereses y los del país, le hemos dicho: ‘No hallo oportuno que vosotros participéis [en la votación]”.

Para mitigar el clamoroso rechazo al líder ultraconservador, que aún hoy tiene un séquito entre las masas rurales y los más pobres, Khamenei agregó que sus palabras no son una “orden” o una “directriz”, sino más bien un “consejo”. Una precisión que sirve para salvar las formas, pero no ciertamente el núcleo de su exteriorización.

“Si vosotros participáis –fueron estas las palabras del gran ayatolá, informadas en su sitio oficial- el país corre el riego de una polarización, y esto es un mal para todos”.

Analista y expertos subrayan que, de este modo, Ali Khamenei ha querido evitar la maraña de rumores y las múltiples especulaciones que se sucedieron luego de su encuentro con el mismo Ahmadinejad, y así frenar, de raíz, la carrera por las elecciones presidenciales del año que viene.

Recientemente, diversas personalidades de relieve del ala conservadora de la República islámica, entre las cuales figura el vicepresidente del Parlamento, Mohammad-Reza Bahonar, habían solicitado un encuentro cara a cara entre ambos. Y no era ningún misterio que por parte de la máxima autoridad religiosa podía esperarse un freno decidido a las renovadas –y para nada escondidas- veleidades de liderazgo de Ahmadinejad.

Este último, en los meses pasados, había multiplicado los encuentros y apariciones públicas para relanzar su imagen en varias provincias del país. Se fortaleció así la opinión de quienes se disponían a apostar por su retorno a la vida política activa, y por su candidatura en las elecciones presidenciales.

La toma de posición de Khamenei, que fue rotunda –y pública-, también representa un giro para la República islámica, siendo que la máxima autoridad religiosa jamás se había opuesto antes a la candidatura de un político.

Hasta ahora no se registran tomas de posición oficiales de Ahmadinejad, no obstante en su sitio oficial apareció un mensaje en el cual se recuerda que “según [los principios de] la revolución [iraní] el Estado y el sistema [político] pertenecen al pueblo”. Sin embargo, según refiere un fidelísimo suyo (el ex diputado ultraconservador Hamid Razayi) él obedecerá –de mala gana- a las indicaciones de Khamenei.

Por otro lado, la figura del ex presidente aún hoy sigue siendo fuente de controversias y contraposiciones: en el 2009 su reelección hizo surgir imponentes manifestaciones callejeras del ala reformista, que fueron reprimidas con violencia. Y en el 2011 él se retiró de la vida política activa durante diez días, en abierto contraste con la decisión de Khamenei de vetar el despido de Heydar Moslehi como jefe de Inteligencia.

La última aparición pública de Ahmadinejad se remonta al 22 de septiembre pasado, en ocasión de un discurso en la mezquita Mahmoudieh de Teherán. Todavía hoy, él goza del apoyo de los Pasdaran y del ala conservadora, que siempre se han mostrado contrarios al acuerdo nuclear con los Estados Unidos, firmado por el actual presidente Hassan Rouhani, y que no habría surtido efectos positivos para el país. En los últimos meses, a muchos observadores no se les ha escapado la “extraña alianza” entre los Estados Unidos y los fundamentalistas iraníes, en un intento por socavar el acuerdo en materia nuclear. Una jugada que se propone desacreditar la gestión de la dirigencia actual, relanzando de esta manera una eventual candidatura de Ahmadinejad y la consecuente marginación (forzada) de Teherán del cauce de la comunidad internacional.