Teherán debuta en la SCO, Xi promueve su cooperación

Con la cumbre virtual presidida por Nueva Delhi se completó la adhesión de Irán como noveno país miembro de la Shanghai Cooperation Organisation. China ensalzó la Belt and Road Initiative y estigmatizó el uso de la seguridad nacional como instrumento de coerción económica. Saltaron chispas entre India y Pakistán por el terrorismo.

Nueva Delhi (AsiaNews/Agencias) - Con la cumbre virtual entre jefes de Estado y de gobierno, presidida por India, que se celebró hoy, Irán se convirtió a todos los efectos en el noveno miembro de la Shanghai Cooperation Organisation, el foro de colaboración política y económica en materia de seguridad que reúne a Rusia, China, India, Pakistán y los países de Asia central. Mientras, conectado desde Teherán, el Presidente Ebrahim Raisi calificaba el momento de "histórico", la bandera iraní se izaba junto a las demás frente a la sede de la OCS en Beijing.

Fundada por China, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán en 2001, la Shanghai Cooperation Organisation ya había acogido a India y Pakistán en 2017. Ahora fue el turno de Teherán, al que pronto seguirá Bielorrusia (que ya tiene estatus de observador junto con Mongolia y Afganistán). De hecho, el Gobierno de Lukashenko ha firmado hoy un memorando que abre la vía a la adhesión de pleno derecho. También hay 14 países que han firmado acuerdos como "socios de diálogo": entre ellos están Turquía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Egipto.

Las ambiciones globales de este organismo son evidentes y ahora van mucho más allá de la cooperación en materia de seguridad. Con el reconocimiento de la condición de miembro de Irán, los países de la OCS abarcan ahora una superficie de 36 millones de kilómetros cuadrados, tres quintas partes de Eurasia, con una población de 3.400 millones de personas, cerca del 43% de la población mundial. Cuentan con un producto interior bruto combinado que supondría alrededor del 30% del mundial.

No es casualidad que en su discurso, el Presidente chino, Xi Jinping, pidiera a los socios que promovieran una "cooperación pragmática para acelerar la recuperación económica". En abierta polémica con Washington, exhortó a oponerse al proteccionismo, las sanciones unilaterales y el uso de la seguridad nacional como instrumento de coerción económica, rechazando los intentos de "levantar muros" o interrumpir las cadenas industriales y de suministro. Y concluyó destacando el estrecho vínculo entre esta visión y las "estrategias de desarrollo" propuestas por la Belt and Road Initiative.

Sin embargo, entre las declaraciones de la cumbre y la combinación concreta de los intereses de unos y otros, la distancia en el SCO sigue siendo grande. Así lo recordó durante la cumbre el propio anfitrión, el primer ministro indio Narendra Modi, quien -volviendo a centrar el foro en su tema principal, la seguridad- se refirió en su discurso inaugural a "algunos países que utilizan las fronteras para dar refugio a terroristas", en clara alusión a Pakistán pero también a China, que apoya a Islamabad e incluso hace unos días bloqueó una resolución de la ONU sobre este asunto. "Los países de la OCS -añadió- deberían condenar este comportamiento. No debe haber un criterio doble en materia de terrorismo". El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, respondió afirmando que "se debe resistir a toda costa cualquier tentación de explotar el terrorismo para obtener beneficios diplomáticos. Y también debe denunciarse enérgicamente el terrorismo de Estado".

Por último, la cumbre de hoy fue la ocasión del regreso (aunque virtual) de Vladimir Putin a una mesa internacional después de la tensión que se vivió en Moscú por el motín de la compañía Wagner, que luego fue controlado. El presidente ruso tranquilizó a los dirigentes sobre la estabilidad y unidad del país, declaró su voluntad de estrechar lazos con la OCS y apoyó el paso a monedas locales para la liquidación de los intercambios comerciales.