Teherán acelera la repatriación de los refugiados afganos. También excluyen a los niños de las escuelas
Muchas familias han dicho que tienen cada vez más dificultades para inscribir a sus hijos, a pesar de que tienen los documentos en regla que certifican su condición de refugiados. Millones de personas, entre ellas muchos menores, ya han sido devueltas y la campaña para expulsarlos de Irán sigue intensificándose. También se han construido los primeros 10 kilómetros del muro que dividirá a los dos países.
Kabul (AsiaNews/Agencias)- En Irán comenzaron las clases, pero no para los niños afganos refugiados en el país. Muchas familias han dicho que, debido a normas cada vez más estrictas y a tasas escolares cada vez más altas, a sus hijos se les niega la inscripción en la escuela. “Aunque tenía una carta del Ministerio de Educación, el director de la escuela me dijo que no había lugar y se negó a inscribirlos”, dijo a AmuTV Jamshid, quien vive en Irán desde hace tres años. Como él, la mayoría de los refugiados huyeron de Afganistán para escapar del régimen talibán, que recuperó el control del país en agosto de 2021. Desde entonces, cerca de la mitad de la población se encuentra en una situación de grave inseguridad alimentaria y, según Naciones Unidas, aproximadamente el 85% vive con menos de un dólar al día.
Jamshid añadió que este año sólo aceptaron a sus hijas y no a sus dos hijos varones. Algunas provincias iraníes, entre ellas Kerman, Shiraz, Kohgiluyeh y Boyer-Ahmad, se han negado a matricular a alumnos afganos que sólo cuentan con la documentación básica, dice el diario en el exilio. El diario reformista Ham-Mihan, por su parte, afirmó que ahora, para permanecer en Irán, se obliga a los inmigrantes afganos a comprar una "tarjeta inteligente" que cuesta mil millones de riales (unos 1.700 dólares). Pero muchos refugiados afganos evitan inscribirse en las agencias de la ONU o ante las autoridades iraníes porque temen ser registrados y expulsados, o porque esperan que Irán sea sólo un país de tránsito hacia Europa.
En junio la organización humanitaria Norwegian Refugee Council informó que hay más de 1,5 millones de niños afganos en Irán (sobre un total de alrededor de 4,5 millones de refugiados, aunque el número real probablemente sea mucho mayor) y sólo 600.000 estaban matriculados en la escuela para el año escolar 2023-24. El Ministerio de Educación iraní, por su parte, declaró que el año pasado 556.000 alumnos con documentos válidos tuvieron acceso a la educación. "La mayoría de las familias afganas tienen sus papeles en regla, pero debido a la presión para que vuelvan a su país muchas provincias no permiten que los alumnos se inscriban", explicó Nahid Masoudi, defensor de los derechos de los refugiados afganos en Irán.
Según datos de 2023, Irán es el país que acoge al mayor número de afganos junto con Pakistán, y el tema es objeto de debate a nivel interno desde hace tiempo. Los medios locales informan todos los días sobre crímenes que supuestamente involucran a ciudadanos de Afganistán, a los que también se culpa por la difícil situación del mercado laboral o el contagio de enfermedades infecciosas.
El año pasado el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán anunció que a los afganos ya no se les permitiría vivir en al menos 16 provincias del país. En mayo, el Ministerio del Interior comunicó que alrededor de 1,3 millones de “inmigrantes irregulares” habían sido devueltos a Afganistán durante el año pasado. Según algunos informes también han sido repatriados 20.000 niños, muchos de ellos no acompañados, así como descendientes de ciudadanos afganos que no conocen su país de origen.
Con la elección del presidente Masoud Pezeshkian, las presiones para que sean expulsados han aumentado aún más. Recientemente se anunció la repatriación de otros 2 millones de afganos en seis meses. A principios de este mes el Parlamento iraní propuso reducir anualmente la “población extranjera” (término genérico utilizado para referirse a los refugiados afganos) en un 10%. Si se aprueba la legislación, las autoridades locales tendrán que garantizar que los "ciudadanos extranjeros" no superen el 3% de la población en ninguna ciudad o provincia.
Mientras tanto, se ha completado la construcción de los primeros 10 kilómetros de un muro de hormigón para cerrar la frontera noreste entre ambos países, la más utilizada por los refugiados. El general de brigada Nozar Nemati explicó a los medios locales que: "El muro mejorará la seguridad del país y de las zonas fronterizas, al tiempo que tendrá un impacto positivo en la economía".
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