Teherán, nuevo arzobispo caldeo: "padre y pastor" de una comunidad que busca la estabilidad

de Dario Salvi

Mons. Imad Khoshaba Gargees recibió la ordenación episcopal a principios de noviembre de manos del Patriarca caldeo. En su misión se propone atender las "necesidades y expectativas" de una comunidad que lleva mucho tiempo sin guía, basando su labor en "el amor y la humildad". Se está a la espera de la fecha en que podrá entrar en el país y en la diócesis. Los "numerosos desafíos" a los que tendrá que responder.

Milán (AsiaNews) - "Los fieles esperan que el obispo sea para ellos un padre y un pastor". Cuando hablamos de un padre, estamos tocando "las necesidades" y las "expectativas" de sus hijos, por eso el obispo "es un padre para toda la comunidad" y mira a sus "hijos con gran cuidado y profunda sinceridad, con amor y con humildad". Así se expresa el nuevo arzobispo caldeo de Teherán, Mons. Imad Khoshaba Gargees, ordenado a principios de noviembre por el Patriarca y Card. Louis Rapahel Sako, tras su nombramiento -con la aprobación del Papa- a finales de septiembre. Un momento de celebración para una comunidad, la de los cristianos de la capital iraní, que lleva tiempo esperando un nuevo pastor, y que el nuevo obispo desea descubrir "sin haberla visitado hasta ahora", aunque de momento "no hay fecha cierta" para su entrada. "Tras la aprobación del Papa Francisco", recuerda, "corrí inmediatamente a la iglesia para rezar ante el Santísimo Sacramento, confiando mi vida [y mi misión] en las manos del Señor".

Un pastor largamente esperado

El 26 de septiembre, el Pontífice expresó su asentimiento a la elección por la Iglesia patriarcal de Bagdad de Mons. Imad Khoshaba Gargees, del clero de la eparquía de Duhok, en el Kurdistán iraquí, como arzobispo de Teherán de los caldeos. El prelado nació el 4 de abril de 1978 en Komane (Amadiyah-Duhok), en la región semiautónoma del norte, y estudió filosofía y teología en el Babel College de Bagdad entre 1997 y 2004. El 8 de junio de ese mismo año fue ordenado sacerdote en Komane y adscrito a la eparquía de Duhok. De 2004 a 2010 fue secretario del obispo y párroco de Amadiyah. En Roma obtuvo la licencia y el doctorado en Derecho Canónico en el Pontificio Instituto Oriental. De 2016 a 2022 fue párroco de la catedral Mar Ith Alaha de Duhok, antes de ser trasladado en 2022 a Mangesh como párroco.

La comunidad católica de la capital iraní, asegura el recién nombrado obispo, acogió el nombramiento con alegría y "he recibido muchas felicitaciones y mensajes de buenos deseos" tanto de los caldeos como "de otros obispos" de Teherán y del país. "En la sociedad iraní", explicó, "hay un gran respeto mutuo y, en este elemento, se juega y se encierra nuestra misión: ser testigos y hermanos" los unos de los otros, cristianos y no cristianos, de "todo ser humano". "Gran parte de mi nuevo trabajo", añade, "se basará en la atención a los fieles y sus necesidades", que pretende conocer y profundizar "una vez que llegue" a la diócesis. En el centro del trabajo, dice, están "los fieles y la comunidad". La archieparquía caldea de Teherán tiene su sede en la catedral de San José, aunque la primera sede, en 1854, fue Sanandaj y hasta 1944 no se produjo el traslado a la capital. En noviembre de 1970, los fieles recibieron a Pablo VI, el único pontífice que ha visitado la República Islámica, aunque las relaciones entre los ayatolás y la Santa Sede están bien establecidas y el Vaticano ha desempeñado a menudo el papel de interlocutor privilegiado con Teherán, incluso en los momentos más críticos.

Cristianos y libertad religiosa

Una cuestión que preocupa a las minorías religiosas es la de la libre práctica de la religión, en una situación en la que existe un control estatal sobre la población y las manifestaciones de disidencia, especialmente tras la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, de 22 años, en septiembre de 2022. La joven fue detenida por la policía de moralidad en Teherán por no llevar correctamente el pañuelo (hiyab) y murió durante su detención en circunstancias que nunca se han aclarado. La represión de las protestas también ha endurecido los controles sobre las religiones, como denuncia el informe 2023 de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, que invita a reclasificar a Irán como "nación especialmente preocupante" por "violaciones sistemáticas y atroces". Además, en siete semanas, entre junio y julio, decenas de cristianos, en su mayoría conversos del Islam, pero sin que falten casos de asirio-caldeos bautizados desde la infancia, fueron detenidos por las autoridades. Los militantes de Article18, sitio especializado en documentar las represiones en curso a manos de los ayatolás contra las minorías religiosas, dan cuenta de al menos 69 personas detenidas. Y al menos 10 de ellas - cuatro hombres y seis mujeres - han sido encarceladas. A los que se les ha concedido la libertad bajo fianza, las familias han tenido que pagar sumas que oscilan entre los ocho mil y los 40 mil dólares. La mayoría de los detenidos son conversos recientes del Islam, pero no faltan -se han confirmado al menos dos casos- las detenciones de armenios iraníes, que profesan la fe cristiana desde su nacimiento. La oleada de detenciones coincidió con una nueva represión que también afectó a la comunidad bahaí, que junto con los cristianos conversos es otro grupo religioso minoritario no reconocido por Teherán.

Múltiples desafíos

"Nuestro mundo de hoy -subraya monseñor Imad Khoshaba Gargees- se enfrenta a diferentes y múltiples desafíos, y todos debemos colaborar para ayudarnos mutuamente. Por supuesto, los problemas varían de una sociedad a otra y de un lugar a otro, pero como cristianos siempre vivimos en la esperanza para superarlos" con "fe y oración". Guiarán la misión los principios de "sinceridad y seriedad", el respeto de la "conciencia" consciente de operar en una realidad en la que los cristianos son minoría en una sociedad de gran mayoría musulmana. Y en un país a menudo enfrentado a las potencias occidentales y sometido a sanciones que han minado su economía.

Según las últimas estimaciones oficiales, en Irán hay unos 22.000 católicos, mientras que los cristianos de todas las confesiones son unos 500.000, frente a un total de casi 84 millones de habitantes, en su gran mayoría musulmanes chiíes. Superan el 90%, con una pequeña proporción de alrededor del 5% de suníes, sobre todo en las zonas del sudeste, donde viven minorías étnicas, entre ellas los beluchis. En el ámbito de las Iglesias, hay caldeos, armenios y comunidades de rito latino, a las que se unen europeos o latinoamericanos que viven por motivos de trabajo en la República Islámica. Según la Constitución iraní (art. 13), cristianos, zoroastrianos y judíos son libres de practicar su culto "respetando" las leyes inspiradas en la fe musulmana. Además, los cristianos tienen derecho a tener representantes en el Parlamento (Majlis). En todo el país sólo hay dos archidiócesis asirio-caldeas, una diócesis armenia y una archidiócesis latina, en un vasto territorio difícil de administrar.

El propio Patriarca caldeo había hablado de la situación de los cristianos en Irán en julio de 2020. Había enviado una carta pastoral a la comunidad y a los fieles en una fase complicada para la Iglesia local debido a la persistente falta de pastor. Los fieles, dijo el Card. Sako, se enfrentan a "múltiples desafíos", el primero de los cuales es la emigración. Antes había al menos 15.000 caldeos en la República Islámica, ahora sólo hay 4.000 entre Teherán y Urmia, y la cifra "es preocupante". Durante su homilía en la misa de ordenación de Mons. Imad, el primado recordó que "el obispo es el padre de todos", especialmente de "los pobres y oprimidos", cuyos "miedos, esperanzas y aspiraciones" comprende, siguiendo y resolviendo "las crisis con amor y sabiduría". "Cada obispo -subrayó el Patriarca- en la Iglesia no es sólo para su comunidad, sino para todos los cristianos y todos los hombres. Se abre a ellos, los ama, los apoya, coopera y defiende sus derechos y su dignidad". Palabras que guiarán la misión del nuevo obispo, que espera confiado tomar posesión de la diócesis: "Estoy esperando", concluye Mons. Imad, "que se completen los trámites [burocráticos] para poder llegar a Teherán y empezar a trabajar con nuestra comunidad. Pero pido a todos, incluidos los lectores de AsiaNews, oraciones para que me apoyen en mi misión y para que el Señor conceda paz y estabilidad en todo el mundo".

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