Teherán: la votación sobre la Asamblea de Expertos abre el desafío sobre el periodo post-Jamenei
Para Irán, 2024 será el año de la elección de los 88 miembros de uno de los órganos más importantes de la República Islámica, prevista para el 1 de marzo. A ellos corresponderá nombrar al líder supremo, en caso de fallecimiento (o dimisión) de Alí Jamenei, de 84 años. La posible vuelta a escena del ex presidente Rouhani y el desafío con Raisi. El ascenso de Mojtaba Jamenei, hijo del ayatolá y activo desde hace tiempo entre bastidores.
Milán (AsiaNews) - Aunque todavía faltan algunos meses para las elecciones previstas para el 1 de marzo, ya han comenzado las tensas conversaciones y las negociaciones entre bastidores, porque del resultado de la votación dependerá en gran medida el futuro de la República Islámica. De hecho, la elección de los futuros miembros de la Asamblea de Expertos, uno de los órganos más importantes de Irán, será crucial para el probable nombramiento del próximo líder supremo que suceda al Gran Ayatolá Alí Jamenei, de 84 años. Aunque ya hace ocho años autorizadas instituciones internacionales especularon con que la Asamblea saliente elegiría al próximo líder, que se mantendría firme en el cargo, parece poco probable que el propio Jamenei permanezca en el cargo hasta 2032, aunque, según algunos rumores, al igual que su predecesor Ruhollah Jomeyni, desea permanecer en el poder hasta su muerte.
La Asamblea y el Ayatolá
La Asamblea de Expertos en Guía, o más simplemente Asamblea de Expertos, está compuesta por 88 miembros elegidos por un mandato de ocho años, con la misión, entre otras, de nombrar al guía supremo aunque -de hecho- está subordinada a él. De hecho, los representantes, tras pasar los controles del Consejo de Guardianes de la Constitución, deben ser aprobados por el propio Gran Ayatolá, máximo cargo de la República Islámica, antes de incorporarse oficialmente al órgano. Para la preselección de los candidatos, el principal criterio de elección debe ser su "moralidad" desde una perspectiva "musulmana", y después sus conocimientos jurídicos, políticos y sociales y su experiencia. Sin embargo, cuando los hechos se ponen a prueba, se trata de un juego de poder que concierne, en particular, a la influencia de las múltiples escuelas teológicas en la política nacional.
Los muytahids -en la primera votación en 1982 había 82, pasando a los 88 actuales en 2016, en la 5ª elección- son elegidos según un sistema de mayoría absoluta y deben reunirse al menos dos días cada seis meses bajo la presidencia actual de Ahmad Jannati, de 97 años. Creada tres años después del final de la revolución islámica de 1979, con la llegada al poder de los ayatolás tras el derrocamiento del sha, la asamblea tomó posesión al año siguiente y, aunque goza de cierta autoridad, nunca ha desafiado la estabilidad o el liderazgo del líder supremo. Por el contrario, en el transcurso del prolongado -y no cuestionado- gobierno de Jamenei, el órgano quedó reducido a una función ceremonial sin poder real de decisión ni control sobre el más alto cargo. Tanto es así que el propio presidente del Tribunal Supremo, Sadeq Larijani, leal al líder, ha decretado que es ilegal que la Asamblea de Expertos supervise -y mucho menos censure- la labor de Jamenei. La Asamblea cuenta con seis comisiones y un consejo presidencial (formado por el presidente, dos vicepresidentes, dos secretarios y dos asistentes), nombrados por votación secreta y con un mandato de dos años.
La era post-Jamenei
"La carrera para sustituir a Jamenei ya ha comenzado y está muy caldeada, y todo lo que se ha visto en Irán en los dos últimos años, y después, debe analizarse en el contexto de la lucha y el combate por la silla" del líder supremo. Las declaraciones, divulgadas bajo condición de anonimato, de un antiguo alto cargo conservador iraní a Middle East Eye (Mme) muestran el punto central en torno al cual gira la elección de la Asamblea de Expertos, preludio de la carrera por el puesto más codiciado e importante del país. Según las últimas informaciones, al menos 510 personas han inscrito sus nombres para la votación, que se celebrará el 1 de marzo. Alrededor del 52% de los candidatos han participado en elecciones anteriores, mientras que el resto se presenta por primera vez. En 2014, Jamenei advirtió a las autoridades iraníes de "influencias en los centros de toma de decisiones" de la República Islámica y arremetió contra los opositores: "Están [aunque sin dar nombres] esperando a que la nación y el sistema político se duerman y dentro de 10 años, cuando yo ya no esté vivo, lograrán sus objetivos".
Las susceptibilidades del líder supremo y su intento de mantener la asamblea dentro de su propio círculo han llevado al Consejo de Guardianes, encargado de examinar a los candidatos, a descalificar un gran número de nombres, incluso destacados. Entre otras cosas, los propios miembros del Consejo son elegidos directa e indirectamente por el líder. Por ejemplo, Hassan Jomeini, nieto del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini, fue excluido de la carrera en 2016. Hassan, un alto clérigo moderado con estrechos vínculos con los reformistas, ha apoyado durante mucho tiempo a candidatos reformistas en varias elecciones. Una fuente del campo reformista informó que el expresidente Akbar Hashemi Rafsanjani, también miembro de la asamblea, tenía la intención de apoyar a Jomeini y allanarle el camino en la carrera por el puesto de Jamenei en caso de que éste falleciera. Un plan que fracasó precisamente por la oposición del Consejo, que cumplió las órdenes del líder supremo.
¿El regreso de Rouhani?
Entre los candidatos en liza se encuentran el ex presidente reformista, Hassan Rouhani, y el actual Ebrahim Raisi, ambos en busca de un tercer mandato en la Asamblea. Sin embargo, a diferencia de Rouhani, que se presenta en Teherán, no está claro si Raisi se presentará también en la capital, donde goza de escasa popularidad. Excluyendo la nueva candidatura del presidente de la asamblea, Jannati, otros posibles nombres destacados son el líder de la oración del viernes de Teherán, Ahmad Jatami, el alto funcionario Ahmad Araafi y el líder de la oración del viernes de Qom, Hashem Hosseini Bushehri. Además, la presencia de Rouhani no es segura y podría ser excluido de los juegos, según especula el activista político -de orientación conservadora moderada- Mohammad Mohajeri, según el cual "es previsible" que sea "descalificado" porque ya han comenzado los "ataques contra él". "Hace unas noches estaba en una mezquita del distrito de Mahalati [frecuentado por comandantes pasdarán] y un conocido predicador fundamentalista", señala, "calificó a Rouhani de lo peor, de no tener suficientes conocimientos clericales y dejó claro que es un espía británico". Creo, concluye, que "la inhabilitación es más que probable".
Mientras tanto, el ayatolá Mohsen Araki, miembro de la asamblea, afirmó recientemente que es casi imposible que el organismo elija a un no iraní como su líder, descartando los rumores de una posible candidatura del líder de Hezbolá, el libanés Hassan Nasrallah. Por otro lado, una opción más realista sería la que contempla al hijo de Jamenei, Mojtaba Jamenei, muy activo en política desde las bambalinas de Irán y que desde hace tiempo figura entre los favoritos para ocupar un puesto entre los 88 a cubrir. El juego, más allá de la votación del 1 de marzo, está todo en la sucesión del ultra octogenario Jamenei, que vería al actual presidente Raisi entre los candidatos, aunque sus probabilidades parecen cada vez más bajas y muchos creen que tiene muy pocas posibilidades de ganar. Por otro lado, aunque se permita a Rouhani presentarse, es probable que tras las elecciones de 2024 no cuente con el apoyo de las bases para ascender a la más alta magistratura del Estado.
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17/12/2016 13:14
