Tantas promesas y pocos hechos: los resultados de la visita de Emmanuel Macron a China
Criticado el silencio del presidente francés sobre los derechos humanos: sólo una afirmación genérica de colaboración. El contrato para adquirir 184 Airbus todavía se debe firmar. Con China todo fue enviado al futuro. Xinhua: apreciada la humildad de Macron. Es urgente una estrategia europea para la economía y para los derechos humanos.
Roma (AsiaNews)- Los medios chinos y occidentales luchan para evaluar los resultados de la visita del presidente francés Emmanuel Macron a China del 8 al 10 de enero. La impresión de los medios occidentales es que haya habido tantas promesas y pocos hechos, además de un vergonzoso silencio sobre cuestiones sobre los derechos humanos.
Los sitios de Voice of America, Cnbc y sobre todo Le Monde aprecian el coraje de Macron en el invitar a China para una mayor participación en detener el calentamiento climático; en el exigir un requilibrio en la balanza comercial (45 millardos de importaciones de china contra los 15 millardos de exportaciones francesas); en el proponer una colaboración en campo deportivo y artístico con la “profunda civilización china”. Pero, el todo se concretiza en la promesa de la adquisición de 184 Airbus A320 por parte de Beijing. Pero, este contrato será redactado “pronto”, no hoy.
También el caballo Vesuvius, ofrecido por Macron como regalo personal al presidente Xi Jinping, le será consignado “pronto”, dado que se encuentra en cuarentena.
Si se considera después la declaración común firmada de ambos líderes, en un texto de casi 7 mil palabras, las promesas abundan: “colaboración a un nuevo nivel” entre Francia y China; “promoción de la multipolaridad y del multilateralismo basado en leyes internacionales”, compromiso en “combatir toda forma de proteccionismo”; colaboración sobre cuestiones referidas a Siria, Libia, Oriente Medio, península coreana, África; colaboración sobre el cuidado del ambiente y sobre el calentamiento global, cooperación en el campo aeronáutico, agrícola, de la comida, ciencia y tecnología… colaboración en el contexto de las Olimpíadas invernales de Beijing en 2022 y las de París de 2024.
Por último, se afirma también que “China y Francia subrayan la importancia de la promoción y de la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en acuerdo con los propósitos y los principios de la Carta de las Naciones Unidas para el desarrollo de todos los países”.
Justamente sobre el tema de los derechos humanos, lectores y comentadores de Le Monde (como Thierry Wolton) afirman que Macron no tuvo “coraje” en el tratar algunos casos: el de la esposa de Liu Xiaobo, del académico uighuro Ilham Tohti, del activista Wu Gan, o de los intelectuales tibetanos, como diversas Ong, antes del viaje del presidente francés, habían alentado a tomar en consideración.
“Macron-dice Wolton- se esconde detrás de los ‘intereses superiores’ del Estado para olvidar los más elementares de los principios democráticos”.
El silencio de Macron fue bien visto por China. En un editorial en Xinhua, el periodista Liangyu, afirma que el pueblo chino apreció su “humildad”. Esto permitirá “trabajar con China” enfrentando el “populismo y nacionalismo con un fuerte sabor proteccionismo”, por una “economía global abierta”.
El escritor se refiere naturalmente a Donald Trump y a los populistas europeos. Pero, ¿qué decir de las clausuras proteccionistas de China, de las prohibiciones para invertir en diversos campos, de las ayudas a las exportaciones chinas mientras Xi Jinping se coloca como defensor de la globalización?
Sobre todo esto, Macron obtuvo solo promesas de “colaboración” en el futuro.
Quizás Europa, tanto deseosa de comerciar con China, debería encontrar una estrategia unitaria para que a la libertad de las inversiones chinas en Europa corresponda igualmente libertad a los europeos en China. Y para que a los derechos humanos proclamados en París corresponda el respeto por los derechos humanos para el pueblo chino, no sólo en los papeles y en el futuro.
20/09/2019 13:27
