Sínodo de la Amazonía: Que la Iglesia aliente a confesar los pecados ecológicos

Por la falta de sacerdotes, a veces las personas, quizás creyendo en falsas promesas, adhieren a otras iglesias. Sor Weiler: en la Iglesia “se precisan más mujeres en posiciones de liderazgo, no para detentar un rol de poder, sino para compartir nuestros dones, talentos y carismas”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Estamos cometiendo pecados contra el Creador” y “el respeto por lo creado forma parte de nuestro Credo”; sin embargo, puede ser que para algunos, e incluso para la Iglesia, el concepto de pecados ecológicos sea algo nuevo: tendremos que empezar a confesarlos”. En el briefing del día de hoy sobre el Sínodo para la Amazonia, es lo que sostiene Mons. Pedro Brito Guimarâes, arzobispo de Palmas, en Brasil.

En un día en el que 184 padres sinodales se abocan al trabajo en los Círculos Menores y sus intervenciones no son difundidas públicamente, Radio Vaticana entrevistó a Don Bernardo Estrada, colaborador experto del secretario especial del Sínodo, y ordinario de Nuevo Testamento en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Respondiendo, entre otras, a la pregunta acerca de la falta de sacerdotes y la ordenación de hombres casados, los “viri probati”, como una de las posibles soluciones al hecho de que en la Amazonía hay comunidades que reciben la Eucaristía una vez por año, él respondió: “Ninguno de nosotros tiene derecho a la eucaristía. Sin duda, el sacramento de unión es un don de amor, porque es un don de Jesucristo. No lo merecemos, por eso la Iglesia nos ayuda y nos invita a prepararnos bien para recibirla. En el Sínodo, algún obispo ha dicho que debemos dar la eucaristía, pero no podemos darla a gente que no está preparada. Entonces, no podemos pensar en ella como un derecho. Hoy en día, se habla mucho de derechos que, en rigor, no podemos definir como tales. Se pretende obtener cosas que no están incluidas en nuestra ‘nómina de derechos’.

A propósito de ello, en el briefing de hoy, Mons. Joaquín Pertíñez Fernández, obispo de Río Branco, en Brasil, dijo que en la Amazonía, “a causa de la falta de sacerdotes no tenemos las condiciones para estar presentes en todos los lugares. Son vacíos religiosos que nosotros, como católicos, no logramos cubrir, y entonces son otros los que llegan para ocuparlos. Por una falta de cultura, el pueblo cree en falsas promesas, quizás de tipo sanitario, y como existe el proselitismo, termina por adherir, y luego es difícil alejarse. Saltan de una iglesia a otra buscando una solución más física que espiritual”.

Sor Birgit Weiler pertenece a la Congregación de las Hermanas Misioneras médicas y es colaboradora en la Pastoral para el cuidado de la creación, de la Comisión Episcopal de Acción Social de la Conferencia Episcopal peruana. Ella afirma que por todo lo antedicho, el Instrumentum laboris del Sínodo “sugiere crear nuevos caminos, a nivel pastoral, social y ecológico, de modo de pasar de una pastoral de la visita, a una pastoral de la presencia”.

Sor Weiler sostuvo que en la Iglesia, “se precisan más mujeres en posiciones de liderazgo, no para detentar un rol de poder, sino para compartir nuestros dones, talentos y carismas”. “Hay sectores en los que no es necesario ser ordenadas: son cosas que las mujeres, de hecho, ya llevan a cabo, y el Instrumentum laboris reconoce esto”. Así, “deseamos una mayor inclusión y poder enseñar teología a nivel académico. Las mujeres podemos contribuir mucho a la teología: debemos trabajar juntas y enriquecernos mutuamente”. Sor Weiler también comentó que en su Círculo menor se está abordando el tema del voto de las mujeres presentes en el sínodo. “Estoy muy agradecida al Papa Francisco por todos los pasos que han llevado a [lograr] la presencia de 35 mujeres en el Sínodo -puntualizó -; esto es un gran paso adelante. Esperamos y deseamos que se llege al punto de que nuestras Superioras también puedan votar, como hacen los Superiores hombres. Hemos expresado este deseo con claridad; no hay ningún motivo por el cual esto no sea posible. En el último Sínodo ya se había establecido que no es necesaria la ordenación al sacerdocio para votar: si se participa en todo el proceso sinodal, se participa, también, en la responsabilidad de las decisiones que se toman”.