Sudán, la historia de un misionero coreano que aparece en los libros escolares

El P. Juan Lee Tae-seok entra en el seminario después de cursar estudios en Medicina. Al quedar envuelto por la guerra en el país africano, solicita poder prestar servicios como misionero. Ayuda a todas las partes en la causa, sin hacer distinciones por religión o etnia. Muere de cáncer en el 2010, siendo el único extranjero presente en los libros de escuela sudaneses.

Seúl (AsiaNews) – La vida del P. Juan Lee Tae-seok, un misionero coreano, desde hoy está presente en los libros de texto escolares de Sudán del Sur. El misionero perteneciente a la Sociedad salesiana de San Juan Bosco, brindó asistencia médica en el país devastado por la guerra durante una década, hasta su muerte, producto de un cáncer, en el año 2010.

Deng Deng Hoc Yai, ministro de Educación de Sudán del Sur, ya había anunciado el año pasado que la vida del misionero sería relatada en el libro de Ciencias Sociales de la escuela primaria, y en dos páginas de educación cívica de textos de la escuela media. Es la primera vez que los libros de texto sud-sudaneses incluyen la historia de un extranjero, por su servicio de voluntariado en el país.

Siendo todavía un estudiante de la escuela primaria, el P. Lee asiste a la proyección de un video en su parroquia, en el cual se relata la vida del P. Damiano, un misionero belga y apóstol de los leprosos en Molokai. En ese momento siente un fuerte llamado a la vocación y decide seguir las huellas del P. Damiano.

Graduado en Medicina en la universidad de Inge, en Corea del Sur, el P. Lee estudia Teología en la Universidad de Gwangju y en la Universidad Pontificia salesiana, en Roma. Es ordenado sacerdote en Seúl, en el año 2001, y en el mismo año decide partir hacia África, inspirado por todo lo que cuenta un hermano salesiano. Desarrolla su obra misionera en calidad de educador y médico en la localidad de Tonj, provincia de Warap, en Sudán del Sur. Dado que es el único médico presente en la zona, el P. Lee construye un pequeño hospital, donde llega a atender hasta 300 personas por día. Despliega campañas de vacunación en 80 localidades ubicadas en los alrededores de Tonj y funda un colegio para estudiantes, donde enseña matemáticas y música.

A pesar de los conflictos étnico-religiosos que ensangrientan el Sudán y provocan cerca de dos millones de muertos, el P. Lee alivia el sufrimiento de cualquier persona necesitada de su ayuda. En su centro asistencial hallan consuelo cristianos, musulmanes, protestantes e incluso milicianos, que debido a su reconocimiento hacia el sacerdote y su labor, deciden no combatir en el pueblo donde él reside. La Iglesia local “está examinando” la apertura de una causa de beatificación del P. Lee.