Sri Lanka, sindicatos y activistas en defensa de los trabajadores domésticos

de Melani Manel Perera

El proyecto fue lanzado en ocasión de la Jornada Mundial por el Trabajo Digno. Sindicalista: “Los trabajadores domésticos son expuestos a abusos y a la violencia de parte de sus empleadores”. El objetivo del proyecto es “darles valor, dignidad, protección y respeto”.

Colombo (AsiaNews) – En Sri Lanka hay aproximadamente 87.000 trabajadores domésticos, de los cuales casi 60.000 son mujeres. La mayor parte de ellos no tiene contratos de trabajo regulares, y tampoco goza de protección legal y representación sindical. Por esta razón, con ocasión de la Jornada Mundial por el Trabajo Digno, que se celebra el 7 de octubre, el Solidarity Center y el Ceylon Mercantile, Industrial and General Workers’ Union [CMU, uno de los mayores sindicatos del sector comercial en el país – ndr] decidieron dar comienzo a un programa destinado a brindar ayuda y a mejorar las condiciones de los colaboradores domésticos del país. Sylvester Jayakody (v. foto), secretario general del CMU, explica a AsiaNews: “La protección de los trabajadores domésticos se ha convertido en una necesidad que ya no puede postergarse más. Frecuentemente ellos son explotados por sus empleadores, reciben salarios bajos, trabajan durante muchas horas y padecen ser acosados o algún otro tipo de violencia física. Debemos concentrarnos en la organización, a fin de asegurar condiciones de trabajo dignas”.

El programa se llama “Empowering and Organizing Domestic Workers” (empoderando y organizando a los trabajadores domésticos). “En nuestro país – dice el sindicalista – hay cientos de publicidades que estánn dirigidas a los colaboradores domésticos. Este es el mejor momento para organizarlos de una manera justa, y devolver la dignidad a esta profesión dentro de la sociedad”.“Actualmente asistimos a frecuentes fenómenos de maltrato. Asegurar a estas personas una protección en cuanto seres humanos, responde a los objetivos de nuestro sindicato, que no es meramente una unión de trabajadores. Nuestra primera responsabilidad es volverlos más fuertes y protegerlos. Por ahora por lo tanto, comenzamos con seminarios en los cuales explicamos nuestra misión”.

El Secretario general explica que, en el exterior, los trabajadores domésticos están protegidos por leyes acorde y por sindicatos autónomos, que funcionan como mediadores de sus instancias frente a los gobiernos. “Todo esto en Sri Lanka no ocurre. Incluso nosotros -admite- en cuanto CMU, nos hemos interesado poco en el sector. Pero ahora hemos comenzado el programa junto al el Solidarity Center”.

Jayakody concluye: “Tiene un valor incomparable vivir y mantenerse en el propio país en lugar que tener que ir a trabajar en el exterior, lejos de la familia y de los afectos. Y no sólo eso, pues quien va al exterior debe pagar, además, a agencias de colocación para que busquen un puesto de trabajo. A veces, los trabajadores domésticos deben dar a estas agencias el equivalente al primer salario mensual. Nuestro objetivo es distinto. Quremos otorgar valor, dignidad, protección y respeto”. El costo de la formación dependerá del salario mensual de cada trabajador: por ejemplo, quien gana 5.000 rupias ceilandesas, al mes [31 euros] pagará 25 rupias [0,15 euros] por su formación; quien gana 30.000 rupias [190 euros] pagará 175 rupias [1,10 euros].