Sri Lanka, ropa y comida donada a los más pobres. La Navidad de una familia católica

de Melani Manel Perera

Una madre católica logró convencer a los familiares para pasar una Navidad distinta de lo habitual. Por un mes han ahorrado y renunciado a sus propios regalos y llegaron a juntar unos 300 euros. Con este dinero, ayudarán a dos familias pobres, una católica y la otra budista. “Quiero que mis hijos aprendan el verdadero significado de la Navidad”.

Colombo (AsiaNews)- Una familia católica de Sri Lanka decidió transcurrir la Navidad con otras dos familias más pobres, una católica y otra budista, a las cuales les regalarán artículos alimenticios y ropa. Lo cuenta a AsiaNews, Miriam Perera, la madre, que cuenta cómo logró convencer a sus familiares de festejar el nacimiento de Jesús de un modo distinto al habitual. De hecho, los regalos que Miriam donará a las dos familias son el fruto de lo que recaudaron gracias a aquello a lo que ella misma y sus hijos han renunciado para llevar una sonrisa y un poco de consuelo a quien tiene más necesidad.

La inspiración de este gesto, cuenta Miriam, “viene de la Sagrada Familia”. “Quería celebrar esta Navidad de un modo más significativo”. “Sé que no puedo cambiar el mundo entero, ni mi país, pero al menos puedo honrar de un modo más verdadero la Navidad junto a mi familia”.

La mujer de 52 años, vive cerca de Colombo con el marido, que trabaja como empleado en una empresa privada y dos hijos, en edad escolar. El mes pasado lanzó esta propuesta: “Una Navidad para compartir y con un amor delicado para con los otros”, pero, en un primer momento, los familiares no reaccionaron de manera entusiasta. A la idea de tener que ahorrar para otro y tener que renunciar a sus propios regalos, uno de los hijos respondió: “¿Te volviste loca?”.

Pero después, con el correr de los días y las explicaciones amorosas de Miriam, toda la familia adhirió a la propuesta, y juntaron una 30 mil rupias esrilanquesas (300 euros). Con este dinero, compraron comida y ropa.

Así que mañana partirán para transcurrir la vigilia con otra familia católica, en un pueblo que está bastante lejos de su casa. Participarán también en la misa de Navidad, pero antes Miriam donará a otra familia la ropa, unas muy “hermosas, para las fiestas” que compró para ellos.

Miriam nos cuenta que estos católicos no lugar suficiente para hospedarlos a ella y a sus parientes, por lo tanto dormirán en un pequeño hotel cercano y volverán al otro día, con la comida para el almuerzo de Navidad, ya preparada antes de partir. Sus hijos jugarán junto a la hija de la otra familia y todos transcurrirán ese momento en serenidad y alegría. El 25 por la tarde irán a lo de la otra familia pobre, de religión budista, a la cual le regalarán una contribución económica que servirá para sus cultivos agrícolas.

Miriam no busca notoriedad. “No soy la única que hace este tipo de gesto -afirma-; hay muchos cristianos que hacen lo mismo. Lo que yo deseo es que mis hijos aprendan el verdadero significado de la Navidad”.