Sri Lanka, por primera vez los Tamil pueden recordar a las víctimas de la guerra civil
Colombo (AsiaNews)- también si con alguna restricción, por la primera vez los tamil de Sri Lanka han podido recordar a sus queridos muertos durante la guerra civil. En ocasión de la “Jornada de la memoria” (18 de mayo), la fiesta nacional que celebra la finalización del conflicto contra los Tigres Tamil (Liberation Tigers of tamil Eelam, Ltte), el presidente Maithripala Sirisena concedió también a las comunidades del norte y del este del país para recordar a sus muertos. “Una consolación”, explican algunas viudas de guerra a AsiaNews, “que alivia al menos un poco el dolor para una reconciliación todavía difícil”. En el terreno de la Iglesia de Mullivaikkal (distrito de Mullathivu) se realizó un evento interreligioso, después del cual se celebró la santa misa”.
El 18 de mayo de 2009, Velupillai Prabhakaran, fun dador y líder de los rebeldes Ltte, fue asesinado por un núcleo especial de las Fuerzas Armadas. Su muerte sancionó el fin inmediato y definitivo de los treinta años de conflicto. Quien pagó el precio más alto fue la comunidad civil tamil en el nordeste del país, que todavía hoy lamenta discriminaciones por parte de las autoridades y la ausencia de un verdadero proceso de reconciliación.
Bajo el gobierno del ex presidente Mahinda Rajapaksa siempre se impidió a los tamil poder conmemorar a sus propios difuntos, con la excusa de tener que evitar toda apología de los terroristas. La fiesta además era celebrada como la “Jornada de la victoria”, que el nuevo ejecutivo lo cambió por la “Jornada de la memoria, en signo de cercanía a las víctimas de todas las etnias.
Saravanamuttu manimekala, de 30 años, católica y madre de 3 niños de 10, 8 y 7 años, le cuenta a AsiaNews. “Por la primera vez hemos tenido la posibilidad de llorar en libertad a nuestros queridos y esto no hizo felices. Pero nuestro dolor no puede todavía aplacarse. Se necesita un solución política a los problemas de los tamil: sólo cuando será encontrad podremos reiniciar realmente, si bien el sufrimiento no desaparecerá jamás”.
El marido de manimekala murió delante de sus ojos, asesinado en un atentado explosivo sucedido en su iglesia de Walyamadam. En el ataque la mujer perdió también a sus padres. Hoy está obligada a hacer trabajos saltuarios para mantener a sus hijos y mandarlos a la escuela. “Muchas veces pensé en el suicidio-admite Manimekala-pero el pensamiento de mis hijos me mantuvo viva. Quiero ir adelante por ellos, para hacerlos buenos seres humanos”.
Para Suharyhi Krishnagopal, viuda de 50 años, la jornada fue “un momento de gran consolación y confortación”. “Sabemos que nuestros queridos no volverán más, pero poder recordarlos es importante”. La mujer perdió al marido justo en las fases finales del conflicto y se quedó sola con sus 2 hijos. Para vivir tiene un pequeño negocio, que dirige en la misma casa en la cual vive.
En el evento católico, Chandrasekaran recordó a su mujer y a sus 2 hijos. “Teníamos un hermosa vida-le cuenta a AsiaNews- y luego hemos experimentado una destrucción terrible. Continúo preguntándome el por qué Dios me haya salvado sólo a mí, y trato de entender cuál sea mi lugar en este mundo”.
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