Sri Lanka, centenares de tamil católicos aún recluidos en la jungla-gueto
Mullikulam (AsiaNews)- Relegados en una jungla-gueto, sin poder pescar o cultivar en modo libre, ni recoger los frutos de los árboles para poder nutrirse: es la vida de 200 familias tamil católicos, originarios del pueblo de Mullikulam, en el distrito de Mannar (Provincia Norte de Sri Lanka) conducen esta vida de hace más de un año y medio. "No tenemos ninguna libertad -cuentan estas personas a AsiaNews- y venimos siendo tratados como extranjeros en nuestra tierra. Estamos olvidados por todos. Además de nuestras casas hemos perdido la esperanza".
Echados del pueblo de Mullikulam por primera vez hace 20 años, desde fines de junio 215 familias (casi 400 personas están obligadas a vivir en la jungla de Marchchikattu, entre mosquitos, elefantes y serpientes, con sólo dos baños y sin la posibilidad de pescar o cultivar la tierra. En teoría, el traslado a este bosque es parte de un programa de reinserción del gobierno, previsto para los evacuados internos (Internally Displaced People, idp) de la guerra civil. De hecho, fueron abandonados a su suerte sin nada- casas, utensilios, carpas, cañas para pescar, etc...- mientras la Marina militar ocupó sus propiedades.
En diciembre de 2012 los prófugos han recibido la visita del cardenal Malcom Ranjith- arzobispo de Colombo y presidente de la Conferencia episcopal de Sri Lanka- y de Gothabaya Rajapaksa, secretario de Defensa. No obstante las promesas de encontrar lo más rápido posible una solución, nada aconteció. Y a excepción de la intervención regular, pero limitada de las hermanas de la Sagrada Familia, ninguna otra autoridad se interesó de la situación de ellos.
Por hoy-cuentan a AsiaNews, "nos han restituido sólo los campos de arroz, pero no las restantes hectáreas de terreno. Habían prometido que nos darían dos cisternas de agua para los cultivos, pero nos dieron sólo una, que no es suficiente para todos. No tenemos suficientes redes para pescar y además podemos adentrarnos tan sólo a 1,5 km de la costa. Si nuestras barcas superan este límite, aunque sea sólo por culpa del viento, la Marina puede castigarnos". Además la zona es rica de una particular variedad palma, que da frutos muy nutritivos. Sin embargo, explican que tenemos prohibición absoluta de recogerlos".
29/12/2015
15/05/2017 16:03