Soldados norcoreanos en el frente ucraniano y la pugna entre Pyongyang y Seúl
¿Qué repercusiones puede tener en Asia el despliegue de tropas de Kim Jong Un? El profesor Andrew Yeo comenta a AsiaNews: "Estamos asistiendo al trazado de nuevas líneas geopolíticas. Kiev podría enviar mensajes a los soldados norcoreanos para alentar las deserciones, pero el apoyo a Ucrania en Corea del Sur es un tema que divide. Mientras China se mantiene equidistante y no quiere que se la identifique con el bloque Rusia-Corea del Norte".
Milán (AsiaNews) – El despliegue de unos 10 mil soldados norcoreanos en Rusia va acompañado de un aumento de las tensiones en la península coreana. La escalada en el teatro asiático ha pasado a un segundo plano, pero en realidad ya lleva varios años en marcha, como sostiene Andrew Yeo, investigador del Brooking Institute y profesor de Política en la Catholic American University.
"Cuando se conoció la noticia de que estaban enviando soldados norcoreanos al este de Rusia y los estaban destinando al frente en la región de Kursk [donde el ejército ucraniano lanzó una ofensiva en agosto], ya estaban ocurriendo varias cosas entre Corea del Norte y Corea del Sur", dice el experto a AsiaNews. "Pyongyang hizo volar las carreteras que conectan con el Sur. No se usaban, pero se habían construido con la esperanza de una mayor cooperación". No solo eso, continúa Yeo: "Los norcoreanos también están usando lo que se denomina tácticas de 'zona gris', como lanzar globos llenos de basura. Estas acciones no son lo suficientemente peligrosas como para provocar un contraataque por parte de Corea del Sur, pero de todos modos generan preocupación en Seúl. Y luego está el lanzamiento de misiles, que se ha convertido en una práctica habitual", explica el profesor.
¿En qué medida estas acciones están relacionadas con la presencia de soldados en Rusia? "Creo que son temas separados, pero al mismo tiempo que, en un nivel político más amplio, Corea del Norte ha tomado una nueva dirección en sus relaciones con Corea del Sur. Hasta hace 4-5 años participaba en cumbres de alto nivel con Seúl y Washington. Ahora ya no tiene la intención de negociar con Estados Unidos y se orienta hacia Rusia e Irán, mientras que China le proporciona apoyo económico".
Las razones de este cambio de rumbo, según el profesor Andrew Yeo, son diversas, y surgieron durante la pandemia de Covid-19: "En esos años Kim Jong Un adoptó una actitud diferente, tras el fracaso de las negociaciones con Estados Unidos". Se refiere a la cumbre de Hanoi, que tuvo lugar en 2019 en Vietnam entre el entonces presidente (reelegido ayer) Donald Trump y el dictador norcoreano Kim Jong Un. La cumbre terminó sin acuerdo debido a las diferencias entre ambos: Pyongyang exigía que se retirara una parte de las sanciones y Washington pretendía una renuncia total al programa nuclear. Propuestas que ambas partes consideraban inadmisibles.
Después de este fracaso, Corea del Norte comenzó a mirar hacia adentro de nuevo. "Ha habido cambios en las leyes nacionales, como penas y multas más severas para aquellos que se encuentren en posesión de información procedente del exterior. Daría la impresión de que Kim Jong Un está tratando de reafirmar su autoridad. Y entonces comenzó a pintar al gobierno surcoreano como cada vez más hostil, hasta el punto de que, a finales de 2023, llegó a considerar a Corea del Sur como un estado extranjero y enemigo número uno, abandonando las ideas de reunificación. Este es el cambio que se ha producido en el pensamiento y la estrategia de Corea del Norte".
Pero en Corea del Sur también hubo un cambio de gobierno cuando fue elegido el presidente conservador Yoon Suk-yeol en 2022, quien "apenas asumió el cargo, reforzó la alianza con Estados Unidos y eligió como ministro de Unificación a Kim Yung-ho, un profesor universitario que aboga por la unificación de la península por absorción, tras un colapso del régimen. Y también ha aumentado la información que se envía al Norte desde el Sur. Sin embargo - señala Yeo - Corea del Norte había dejado de hablar con Corea del Sur y Estados Unidos ya antes del cambio de gobierno. La anterior administración de Moon era progresista y deseaba firmemente un compromiso con Corea del Norte". En 2020, por ejemplo, Pyongyang ya había volado la Oficina de Enlace Intercoreana en Kaesong en respuesta al envío de folletos propagandísticos "y había incrementado la retórica agresiva", comenta el investigador.
Por último, el contexto geopolítico de la región también ha cambiado: "El régimen de Kim Jong Un considera que el conflicto en Ucrania es tan real como el del estrecho de Taiwán. Estamos asistiendo al rediseño de las líneas geopolíticas. El fortalecimiento de los vínculos entre Estados Unidos, Occidente, la OTAN y los países del Indo-Pacífico hacen que Corea del Norte vea su entorno como más propenso a la confrontación. Y en efecto a nivel interno habla de una 'nueva-guerra fría' en la que es más útil aliarse con Rusia".
El hecho de que los soldados norcoreanos no estén en la retaguardia sino en primera línea plantea si no estamos asistiendo al ensayo general de un conflicto que después se replicará en el Pacífico. Según Andrew Yeo, la respuesta es "no": "El régimen norcoreano es muy oportunista, por eso creo que su principal objetivo es recibir ayuda económica, alimentos y combustible. A largo plazo, hay otros beneficios que Corea del Norte podría recibir, como probar armamentos y hacer combatir a sus soldados, que no participan en un conflicto desde la Guerra de Corea de 1953. Pero creo que ésa es una motivación secundaria respecto de las ganancias y beneficios inmediatos. Sin embargo, es comprensible que constituya una preocupación para Occidente, que teme que los vínculos entre Corea del Norte y Rusia tengan otras implicaciones, como la mejora de la tecnología de misiles", continúa.
No está claro si el régimen de Pyongyang enviará más tropas y mucho dependerá de los resultados sobre el terreno. "Creo que Kim querrá ver cómo se comporta este grupo antes de decidirse a enviar a otros". Se trata de soldados que probablemente han recibido un cierto tipo de adoctrinamiento por parte del régimen y es en este punto donde los ucranianos podrían explotar tácticas de guerra psicológica: "No me sorprendería -dice Yeo- si los ucranianos utilizaran altavoces y hablaran en coreano para decirles a los norcoreanos que están siendo utilizados como peones en este conflicto y trataran de empujarlos a desertar. Los recientes encuentros en Bruselas con representantes diplomáticos surcoreanos han sido extremadamente útiles para los funcionarios de la OTAN".
Pero al mismo tiempo un mayor apoyo de Corea del Sur a Ucrania corre el riesgo de provocar divisiones a nivel nacional. "Seguramente habrá un debate. Los políticos de la oposición están protestando por el lenguaje de Yoon sobre el apoyo a Ucrania y dicen que es necesario mantenerse al margen de la guerra en Europa. Pero, por supuesto, los conservadores y los que apoyan a Yoon plantean la cuestión como un choque entre democracias y autocracias".
Por lo tanto, las próximas semanas de conflicto serán cruciales para comprender cómo evolucionará el compromiso de Corea del Norte (y posiblemente de Corea del Sur) en Rusia. Mientras tanto, en Oriente, China también está observando con atención los acontecimientos en Ucrania: "Los chinos han estado, por lo menos en público, bastante silenciosos", comenta el experto. "Hasta el momento siempre han afirmado que Corea del Norte vive bajo la amenaza de Estados Unidos y tiene derecho a protegerse como desee. Pero en realidad creo que existen algunas preocupaciones. Estados Unidos cree que China tiene mucha más influencia sobre Corea del Norte de la que realmente tiene. En realidad, Beijing ha firmado sanciones contra Pyongyang en el pasado, y no quiere que se la asocie con el bloque de Rusia y Corea del Norte. Prefiere tomar distancia porque teme que las relaciones desestabilizadoras entre Rusia y Corea del Norte se vuelvan contra China, reforzando la alianza trilateral entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur".
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