Singapur: nuevo ataque a un sacerdote, preocupación entre los fieles

de Santosh Digal

Tras el ataque con cuchillo del pasado noviembre al P. Lee, esta vez el P. Cary Chan, de la iglesia del Espíritu Santo, ha estado en el punto de mira. Un joven de 22 años con problemas psicológicos y físicos le atacó y le golpeó en la cara. El sacerdote sufrió un hematoma, pero aún así quiso celebrar misa. La archidiócesis: «Mantengan la calma y absténganse de especular».

Singapur (AsiaNews) - Un nuevo ataque contra un sacerdote en Singapur. El segundo episodio en pocos meses después del ocurrido el pasado mes de noviembre, que empieza a hacer saltar más de una alarma en una zona donde existen estrictos controles y, al menos hasta ahora, no se habían registrado episodios graves de violencia contra católicos. Esta vez fue el padre Cary Chan, de la archidiócesis de Singapur, quien ayer fue golpeado por un hombre en el interior de la iglesia del Espíritu Santo, en Upper Thomson Road. El agresor, un joven de 22 años de la ciudad-estado de origen chino y con necesidades especiales, golpeó al sacerdote en la cabeza, causándole heridas leves en la cara.

Entrevistado por los medios de comunicación locales, el padre Chan dio su testimonio sobre la agresión: «Me dio un fuerte golpe en la cabeza. Me siento un poco conmocionado; no esperaba que me diera un golpe tan fuerte». Cogido por sorpresa, el sacerdote no tuvo forma de defenderse.

Según el padre Chan, el agresor es un feligrés habitual y está parcialmente ciego, razón por la cual es posible que no reconociera al sacerdote. Mientras tanto, la policía informa en una nota que ha detenido a un joven de 22 años implicado en el ataque a la iglesia de Upper Thomson Road. La policía subraya que el joven será enviado al Instituto de Salud Mental para una evaluación más exhaustiva.

La agresión se produjo hacia las 9.30 horas, mientras se celebraba la misa dominical en el interior del lugar de culto. El agresor entró gritando, provocando el pánico entre los fieles presentes en el oficio. En respuesta, el padre Chan se acercó al hombre para intervenir y pedirle que le siguiera fuera de la iglesia. La ira del joven se vio alimentada por el hecho de que alguien le había quitado la mochila del interior de la iglesia, temiendo que pudiera contener material explosivo o armas.

«Estaba enfadado y pidió que le devolvieran la mochila», añadió el padre Chan. Una vez recuperada la mochila, el hombre propinó un puñetazo en la cara al sacerdote, hiriéndole y haciendo que sus gafas cayeran al suelo. Mientras tanto, un voluntario del equipo de seguridad de la parroquia sujetó inmediatamente al agresor e informó a la policía. A pesar de la agresión y del hematoma en la cara, el sacerdote quiso celebrar la misa de las 11.30 horas como estaba previsto. Sentí que me palpitaba la cabeza durante toda la celebración», dijo, “pero no quería que los feligreses lo supieran”.

Aparte de una ligera hinchazón en la cara, el sacerdote se encuentra en buen estado de salud y, tras un tratamiento inicial, no debería necesitar más atención médica. Mientras tanto, sobre el incidente, la archidiócesis de Singapur declaró: «Mientras la policía investiga el asunto, pedimos a todos que mantengan la calma y se abstengan de especular. La dirección de la Iglesia local pide a los fieles y feligreses que respondan con «fe, oración y compasión». «Pedimos a todos que mantengan la calma, que eviten las especulaciones», continúa la nota de la archidiócesis, “y que recen por el sacerdote y la persona implicada en el accidente”. Cuando estén disponibles, la dirección católica prometió proporcionar más actualizaciones.

El incidente de ayer se produjo apenas cuatro meses después de otro ataque en el que el padre Christopher Lee, párroco de la iglesia de San José en la región de Bukit Timah, en el sector centro-oeste, fue apuñalado por un hombre mientras celebraba misa. Tras el ataque, los dirigentes católicos y las autoridades reforzaron aún más los controles y la seguridad en los lugares de culto, y también aumentaron las patrullas. Por último, la policía insta al público y a los fieles a cooperar con el personal de seguridad desplegado en los lugares de culto, ya que trabajan para garantizar un entorno seguro para todos.