Siete militares birmanos fueron condenados por la masacre de 10 rohinyás

La pena es a 10 años de prisión con trabajos forzados. Son cuatro oficiales y tres soldados. Las víctimas fueron sepultadas en una fosa común a principios de septiembre de 2017, luego de ser asesinadas a hachazos y disparos. Los mandos militares, cuyos testimonios fueron contradictorios, habían declarado que las 10 víctimas pertenecían a un grupo de 200 militantes.

Naipyidó (AsiaNews/Agencias) – Las autoridades birmanas revolvieron condenar a siete militares a una pena de 10 años de prisión con trabajos forzados, por “haber colaborado y participado” en el asesinato de 10 musulmanes rohinyás, en una aldea situada en el noroeste del Estado de Rakhine, en el pasado mes de septiembre. Es cuanto revela un comunicado difundido en internet por la oficina del comandante de las Fuerzas armadas de Naipyidó, el Gral. Min Aung Hlaing.

Dos periodistas de Reuters -Wa Lone, de 31 años, y Kyaw Soe Oo, de 28 – investigaron la masacre, antes de ser arrestados en diciembre del año pasado. Dos meses después, las autoridades anunciaron que, a fin de investigar lo sucedido, la cúpula militar había abierto una investigación interna, que no estaba vinculada a la de los reporteros, acusados de obtener documentos de gobierno secretos, de manera ilegal.

Los 10 hombres rohinyás de la aldea septentrional de Inn Din fueron sepultados en una fosa común a principios de septiembre de 2017, tras ser asesinados a golpes de hacha o fusilados por vecinos y soldados budistas.

“Cuatro oficiales fueron denunciados, despedidos del ejército de manera permanente y condenados a 10 años de trabajos forzados en una prisión de una zona remota”, se lee en la declaración del Gral. Min Aung Hlaing. “Tres soldados de distintos grado fueron degradados a ‘soldados rasos’, quedaron expulsados de manera permanente y fueron condenados a 10 años de trabajos forzados en una prisión de una zona remota”.

El comunicado también informa que siguen en curso los procedimientos legales contra el personal policial y los civiles “implicados en el crimen”. El 10 de enero pasado, la cúpula militar había declarado que las 10 víctimas pertenecían a un grupo de 200 militantes que había atacado a las Fuerzas de seguridad. Los habitantes de las aldeas budistas entonces atacaron a algunos de ellos con armas punzantes y los soldados abrieron fuego contra los demás.

La versión de los eventos brindada por las Fuerzas armadas sigue siendo contradictoria con el relato de los testigos, tanto rohinyás como budistas, del Estado de Rakhine. Los habitantes de los pueblos budistas no han referido ningún ataque contra las fuerzas de seguridad de Inn Din por parte de insurrectos. Testigos rohinyás afirman que los soldados se llevaron a 10 personas que fueron tomadas de un grupo de cientos de hombres, mujeres y niños que habían tratado de salvarse buscando refugio en una playa cercana.