Siberia se asfixia por la contaminación pero los científicos guardan silencio
La rama siberiana de la Academia Rusa de Ciencias decidió no difundir públicamente sus conclusiones sobre la contaminación en la región. Casi el 80% del agua está contaminada; los niños nacen con leucemia; distintas formas de cáncer se extienden entre la población. Las razones del silencio: "Evitar el alarmismo" y "no alentar las campañas que denigran a Rusia". La población se subleva.
Moscú (AsiaNews) – “Krasnoyarsk es la ciudad más contaminada del mundo, ja, ja, ja". Se comenta que el académico Valentin Parmon se rió al pronunciar esta frase durante una reunión de cuatro horas en Novosibirsk, sobre la contaminación en Siberia. Quizás fue por ironía, quizás por vergüenza. La reunión, celebrada el 29 de marzo, congregó al presidium de la sección siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia. Lo chocante del caso es que, finalizada la reunión, los científicos decidieron mantener en secreto los datos que surgieron, y que huelen a tragedia: casi el 80% del agua está contaminada; los niños ya nacen con leucemia; distintos tipos de cáncer se propagan entre la población.
La reunión se hizo pública gracias a un corresponsal del Novaja Gazeta, que pudo ver el vídeo de la reunión. Su difusión está generando un verdadero escándalo.
En Rusia, el debate sobre la lucha contra los factores contaminantes es de larga data. Sin embargo, hace tiempo que está siendo postergado, incluso por el régimen postsoviético de Vladimir Putin. El país basa su economía en la explotación de las fuentes de energía tradicionales y ahora se enfrenta a la competencia mundial de las fuentes alternativas, sin estar debidamente preparado.
La ciudad de Krasnoyarsk se levanta en el corazón de Siberia, a orillas del río Yeniséi. Allí, la situación es realmente dramática, hasta el punto de que muchos niños nacen enfermos de leucemia. Las cifras del desastre ecológico siberiano no son secretas y de hecho se publican regularmente en los informes del Ministerio Federal de Protección de la Naturaleza y otros organismos públicos. En el vídeo difundido en los medios de comunicación, el académico Parmon se burla de un documento de la ONU en el que se mencionan los problemas de Krasnodar. Según el académico, "es bien sabido que allí se está bien, al menos cuando hace buen tiempo; cuando cesa el viento y la lluvia, surgen algunos problemas".
Otro experto, el director del Instituto de Óptica Atmosférica de Tomsk, el profesor Igor Ptashnik, dio a conocer un informe elaborado junto con otras instituciones, en el que se exponen los resultados de los estudios sobre los años 2017-2019. En él se destaca que en muchas partes de Siberia el nivel de contaminación de la atmósfera es muy elevado, y supera en un 78% el índice de las ciudades de la Rusia europea.
Más de 15 ciudades siberianas revelan un alto nivel de benzopireno en el aire, uno de los elementos más cancerígenos producidos por la combustión de sustancias orgánicas a altas temperaturas. El nivel de esta sustancia supera los niveles de alerta en más de 10 veces; pero llega superarlos en más de 100 veces en zonas como Kyzyl, Zima, Minusinsk, Norilsk y en la propia Krasnoyarsk. El informe de Ptashnik valora "la necesidad de comprar productos agrícolas de China en lugar de los locales, ya que son mucho más seguros desde el punto de vista ecológico". Hace tiempo que los chinos han tomado medidas más eficaces en este campo, prohibiendo varios pesticidas peligrosos que aún se utilizan en Rusia.
Preocupan especialmente las zonas acuíferas cercanas a los grandes ríos y cuencas siberianas, como Tuva, Jakasia y Altaj, todas ellas con índices de contaminación superiores al 70%. Incluso en Novosibirsk, la capital de Siberia central, más del 80% de las aguas subterráneas están contaminadas. En Tomsk, una de las mayores ciudades del suroeste de Siberia, la situación es similar. Además, las enfermedades oncológicas e infantiles derivadas de la contaminación están muy extendidas en Krasnoyarsk, Kemerovo y en la provincia de las Montañas de Altái, en la frontera entre China, Mongolia y Kazajistán.
La situación se agrava por el efecto del calentamiento global, que provoca un mayor deterioro de la calidad del aire incluso en zonas tradicionalmente muy frías, como las provincias de Bratsk y Norilsk.
Lo sorprendente es que los académicos hayan decidido no confirmar los datos con informes oficiales. Según aducen, quieren evitar a toda costa “asustar a la población con un alarmismo exagerado, sobre todo teniendo en cuenta que no se puede intervenir a la brevedad" -palabras de Parmon- y, por otro lado, tampoco quieren “alentar las campañas de desprestigio contra Rusia, tan extendidas por todo el mundo".
Otros académicos subrayan que "no se pueden publicar estos datos en vísperas de las elecciones". Sin embargo, la prensa local no se calla, y en la misma Krasnoyarsk, hace tiempo que se realizan varias manifestaciones ecológicas para concienciar a la población (ver foto).