Sheikhupura, niña cristiana de 12 años violada por una banda. La familia pide justicia
Los padres, con el apoyo de Human Rights Focus Pakistan (HRFP), presentaron la denuncia. La policía demora la investigación e intenta silenciar a la familia. Uno de los tres agresores, que huyó tras la violación, ha sido identificado. El padre: "Marcados por la vergüenza", el comportamiento de los vecinos "cambió radicalmente". La joven Komal ya no podrá "vivir una vida normal".
Sheikhupura (AsiaNews) - Activistas, sociedad civil y movimientos de derechos humanos, entre ellos Human Rights Focus Pakistan (HRFP), condenan la violación de la niña cristiana Komal Gulzar, de 12 años, durante un intento de secuestro en el distrito de Sheikhupura, en Punjab. Los hechos ocurrieron el pasado 28 de diciembre, pero recién en estos días se ha podido conocer la situación completa en toda su dramática brutalidad.
Gracias a la intervención de los activistas de HRFP, la familia denunció los hechos a la policía, tras la exposición que hizo el tío de Komal, Youhana Masih. Sin embargo, la policía no ha dado curso a ninguna investigación y habiendo pasado ya una semana no ha detenido a ninguna persona. Por el contrario, es cada vez más fuerte la presión de la policía para silenciar la denuncia de los familiares.
AsiaNews entrevistó a los padres de la niña, Gulzar Masih y Nasreen Gulzar, conmovidos por la violencia brutal que ha sufrido su hija pero decididos a buscar justicia. La familia viajó el 28 de diciembre para asistir a la boda de la hija de Youhana Masih en el pueblo de Kukar Gil. En el camino, tres hombres comenzaron a seguirlos. Alrededor de las 7 de la tarde, cuando ya habían llegado a su destino, los atacaron con un arma de fuego.
Se conoce la identidad de uno de los tres agresores, pero todavía no se sabe quiénes son los otros dos. Los atacantes dejaron atados con sogas al costado de la carretera a todos los miembros de la familia y arrastraron a Komal hasta un campo cercano. Los hombres abusaron repetidamente de la niña, que gritaba desesperada tratando en vano de escapar. Sus padres lograron liberarse y, orientándose por los gritos, encontraron a su hija cuando los violadores ya habían huído.
Desde que se produjo la violación, dice Gulzar Masih, "nuestra familia ya no puede vivir" en la aldea y en su hogar de manera digna. “Nos sentimos marcados por la vergüenza - continúa - porque la gente ha cambiado radicalmente su comportamiento con nosotros. Las reglas que gobiernan aquí la vida ya no permitirán que Komal lleve una vida normal”. Además de las lesiones físicas y psicológicas que ha sufrido, también ha quedado con un estigma social, a pesar de ser una víctima. La niña, cuenta el padre, vive aterrorizada porque teme “ser secuestrada por segunda vez" y cuando recuerda la violación “empieza a gritar de nuevo”.
Naveed Walter, presidente de Human Rights Focus Pakistan, destaca el continuo aumento de ataques sexuales, secuestros y conversiones forzadas contra jóvenes cristianas, la mayoría de ellas menores de edad como Komal Gulzar. Apenas las secuestran, las convierten inmediatamente al Islam, como ocurrió con Arzoo Raja, en medio de la indiferencia general - si no la connivencia - de las instituciones, la policía y los complacientes líderes religiosos (musulmanes) que celebran la boda.