Sequía, inundaciones y Covid-19: peligra la producción agrícola y alimentaria de los chinos
La situación amenaza los planes gubernamentales para la autosuficiencia alimentaria. Haciéndose eco de Mao Zedong, Xi Jinping ordena no derrochar los alimentos. Productores: las autoridades falsean los datos para tranquilizar a la población. Suba de precios, pérdida del poder adquisitivo y la incertidumbre de las familias de cara al futuro.
Beijing (AsiaNews) – Por el efecto combinado de la sequía, las inundaciones y el Covid-19, los agricultores chinos han perdido la mitad de la cosecha de cereales. Es lo que surge de una investigación del South China Morning Post, publicada hoy. La caída de la producción cerealera podría provocar problemas de abastecimiento en el rubro alimentos: arroz, trigo y maíz son fundamentales en la dieta de la población. Por otro lado, las pérdidas ponen en serio peligro los planes del gobierno para lograr una autosuficiencia en la producción alimentaria, un objetivo primordial habida cuenta de la guerra comercial con los Estados Unidos y de los obstáculos que el coronavirus ha puesto al comercio internacional.
A raíz de los problemas alimentarios, el presidente Xi Jinping no tuvo más remedio que ordenar a la población que evite el derroche de comida. Su mensaje de la semana pasada se transformó en una campaña nacional. Por citar algunos ejemplos, los restaurantes sirven porciones más pequeñas a los clientes; las empresas de catering y de comidas a domicilio proponen programas para cambiar los hábitos alimentarios de los chinos. Mientras tanto, el gobierno chino analiza medidas para multar el derroche de alimentos. Para muchos observadores, los dichos de Xi recuerdan los dictados de Mao Zedong en 1959, al comenzar la “Gran hambruna”, cuando el líder comunista chino pidió a la gente que “comiera menos en el tiempo libre”.
La sequía de mayo y principios de junio, y las fuertes lluvias de agosto, han dañado la producción de cereales. Al mismo tiempo, la pandemia de coronavirus ha creado problemas en la distribución de alimentos en varias zonas del país. Un factor que agrava la situación es que los agricultores retienen parte de la cosecha, ya que aguardan una ulterior suba de precios.
Los datos oficiales son contradictorios. Las autoridades aluden a un crecimiento del 0,9% en la producción agrícola, en comparación con el mismo período del año pasado (en el caso de los granos, es del 0,6%). Sin embargo, los cultivadores afirman que los funcionarios públicos falsean los datos para tranquilizar a la población. Las objeciones de los productores internos se confirman al ver que el gobierno hasta el momento ha comprado 42,9 millones de toneladas de grano para las reservas estratégicas. El año pasado, a esta misma altura, el gobierno había adquirido 9,4 millones más.
Las cifras de las importaciones también desmienten el discurso oficial. De enero a julio, el país importó 74,5 millones de toneladas de cereales, con un incremento anual cercano al 23% . El aumento no solo se debe a los esfuerzos del gobierno para respetar el pre-acuerdo comercial con lo EEUU, también es para compensar la caída de la oferta interna y, como consecuencia, el aumento de precios.
La emergencia meteorológica podría demorar el repunte económico post-pandemia. Por un lado, las estadísticas oficiales indican un crecimiento del 3,2% en el PIB para el segundo semestre del año. Sin embargo, luego del derrumbe del 6,8% registrado entre enero y marzo, la desocupación se mantiene elevada (5,7%). Más grave aún es la pérdida del poder adquisitivo de las familias. En el primer semestre del 2002, el ingreso per capita chino tuvo una caída del 1,3%, y el gasto por habitante se redujo un 9,3%. Con la suba de precios de los alimentos, las perspectivas a futuro siguen siendo inciertas para la mayor parte de la población.
29/06/2021 12:54