Semarang: arrestados 10 ex detenidos políticos del Partido comunista
Yakarta (AsiaNews)- Durante la noche la policía y los escuadrones de inteligencia de Semarang, capital de la provincia de Java central, han "sido detenidos" y llevados a un lugar seguro para "interrogaciones", al menos 10 ex detenidos políticos pertenecientes al disuelto Partido comunista (Pki). Detrás del allanamiento de las fuerzas del orden que ha provocado la detención del grupo, sería el de "reconstruir" la Liga comunista indonesia. Sin embargo, una fuente de la policía de Semarang agrega que "por el momento no tenemos confirmación" en relación con las acusaciones.
La operación de la policía nació de una denuncia de algunos exponentes del Frente de defensa islámico (Fpi), que han "controlado" por bastante tiempo la casa adonde se reunían los ex comunistas, presentando un expuesto detallado a los agentes. Según algunos testimonios, el encuentro era sólo "una reunión familiar" entre viejos detenidos políticos y no existía ningún proyecto de reconstruir el partido o retomar iniciativa política alguna.
En Indonesia, nación musulmana más poblada del mundo, cualquier ligamen con el comunismo o la pertenencia (en el pasado) al difunto Pki es objeto de controversia aún ahora a distancia de decenios. El tentativo de golpe de estado promovido el 30 de septiembre de 1965 por parte desviada de los servicios secretos, ligados al partido comunista indonesio, con el objetivo de deponer al presidente Sukarno, dejó un signo indeleble en la historia reciente de la nación.
El sucesivo ascenso al poder de Suharto, que entre 1967 y 1998 guio el País con puño de hierro, determinó una verdadera y propia caza a los miembros del partido y a sus simpatizantes, encerrados en las prisiones y perseguidos con violencia y brutalidad. Muchos de los afiliados fueron mandados al exilio a la isla-cárcel de Buru, en la provincia de las Molucas, sin ni siquiera un justo proceso o el derecho de defensa en las aulas de tribunal.
Bajo el régimen de Suharto fueron asesinadas o desaparecieron sin dejar huellas al menos 2 millones de personas, ligadas o sospechosas de tener simpatías hacia el movimiento comunista local. Y aún ahora perdura un clima de desconfianza, hostilidad si no persecución hacia los ex miembros del partido y hacia los prisioneros políticos, en particular entre los repartos de la policía y los oficiales del ejército.
17/12/2016 13:14
16/10/2017 12:57