Se escapó de un campo de concentración de Xinjiang, un tribunal kazako le concede asilo
Con una sentencia el juez aceptó el pedido de asilo de Sayragul Sauytbay, china de etnia kazaka. Su testimonio es fundamental para hacer luz sobre los campos de concentración en la región, jamás reconocidos por Beijing. Su abogado: “Si la mandamos de vuelta, esta persona desaparecerá”.
Almaty (AsiaNews/Agencias) - Una mujer china de etnia kazaka escapada de un campo de reeducación de Xinjiang, recibió hoy el permiso de permanecer en Kazajistán, donde presentó un pedido de asilo. Esto lo decidió el tribunal de la ciudad de Zharkent. El juez decretó una suspensión condicional de la pena por 6 meses, con la obligación de firma y control de la policía.
La mujer, Sayragul Sauytbay, arriesgaba el repatrio a China por haber atravesado la frontera sin documentos falsos el pasado abril. La policía kazaka la arrestó el 21 de mayo. Desde fines de 2016 las autoridades chinas han retirado los pasaportes a todos los pertenecientes a las minorías musulmanas en la región.
Su testimonio es muy importante para hacer luz sobre la situación de los campos de reeducación en la región uigur, jamás reconocidos por Beijing. Sus abogados declaran que, si la repatrian, será encarcelada y torturada.
Después de la sentencia, a la multitud que se había concentrada afuera del tribunal Sauytbay declaró: “Cuando llegué a Kazajistán, tuve la sensación de estar sola. Ahora tengo confianza. Tengo a mi gente, mi nación, mi patria que puede resistir conmigo”.
Es la primera vez que Kazajistán se opone con una sentencia a un pedido de repatrio de parte de China.
En los territorios de Xinjiang hay cerca de 12 millones de musulmanes. En su mayoría son de etnia uigur; cerca de 1,5 millones son de etnia kazaka. Los musulmanes de etnia uigur están sometidos a una dura represión porque son sospechados de separatismo y terrorismo. Desde hace 2 años la policía china incrementó la vigilancia y las violencias, con restricciones también a la libertad religiosa.
Durante el proceso, Sauytbay habló de un campo de reeducación en una montaña donde fue obligada a trabajar como docente. Según el informe de la mujer en el campo había unas 2.500 personas de etnia kazaka. “En China lo llaman campo político, pero en realidad era una prisión en la montaña. Trabajé en uno de estos campos y otros me dijeron que hay otros dos”, declaró la mujer. Y agregó: “El hecho que yo esté hablando de este campo en público significa que está revelando secretos de Estado”. Diversas agencias denuncian arrestos y deportaciones a los campos de concentración de decenas de miles de uigures.
El caso de Sauytbay puso en dificultad al gobierno kazako. China es uno de sus principales socios comerciales de Kazajistán. Sin embargo, la opinión pública está siempre más colérica por la suerte de sus “connacionales” encerrados en los campos chinos. Muchas familias kazakas no tienen más noticias sobre sus parientes y amigos desaparecidos detrás de la frontera.
Abzal Kuspanov, abogado de Sauytbay, declaró en julio que no contestaban al delito de inmigración clandestina con documentos falsos, sino que estaban preocupados por la suerte de la mujer si hubiese debido volver a China. “No estamos diciendo que no ha cometido un crimen violando la frontera del Estado usando documentos falsos. Lo admitimos en el tribunal y estamos dispuestos a aceptar la pena. Lo que estamos diciendo es ‘no la devuelvan a China’. Si la mandamos a China, esta persona desaparecerá”.
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