Se concluye la Asamblea nacional del pueblo. Tono vago y conciliador de Li Keqiang

de Wang Zhicheng

Fue aprobado por unanimidad el plan quinquenal propuesto, tal como estaba previsto. Imprecisión acerca de las cifras sobre la pobreza. En la conferencia de prensa del premier, un tono muy suave, escondiendo los problemas: diálogo con Taiwán, respeto por Hong Kong; amistad con los EEUU. Se invita a la población y a los medios a valorar el trabajo del gobierno.

Beijing (AsiaNews) –La cuarta sesión de la 12ma Asamblea nacional del pueblo se concluyó esta mañana en la Gran Sala del pueblo en la plaza Tiananmen. En medio de los aplausos de casi 3.000 delegados, fue votado por unanimidad el plan económico quinquenal. Esto confirma lo que ya fuera anunciado por el premier Li Keqiang en su reporte inicial: un crecimiento entre el 6,5 y el 7% anual hasta el 2020; reducción de la deuda estatal; revisión de las empresas estatales; reforma del mercado financiero. Se prevé, asimismo, un incremento del 7,6% en el presupuesto militar y el intento de mantener la desocupación por debajo del 4,3%. Es positivo el aumento (que también fuera anunciado) del 43,3% en el presupuesto contra la pobreza, que debiera ayudar a por lo menos 10 millones de personas a superar el umbral de la pobreza durante el 2016. Según cifras oficiales, al menos 70 millones de campesinos viven por debajo de la línea de pobreza, teniendo un ingreso anual menor a 2300 yuan (cerca de 318 euros).

Dichas cifras son, sin embargo, muy discutibles: éstas dan por supuesto que el umbral de la pobreza está en un dólar al día. Pero si dicho parámetro se eleva a 1,25 dólares al día, tal como establece el Banco Mundial, los pobres en China pasan a ser al menos 200 millones.

La aproximación al modo con el cual se calcula la pobreza en China es la característica que surgió en la conferencia de prensa que el premier ofreció ante la presencia de 900 periodistas. Al responder a las preguntas, Li Keqiang utilizó un tono siempre positivo e indulgente, pero también muy genérico.

Por ejemplo, Li aseguró que China “tendrá medidas firmes y apertura”, de modo de evitar “una parada brusca”. También aseguró que, si bien el crecimiento está en caída con respecto a años anteriores, su país garantizará empleo a todos, pero no manifestó cómo lo hará.

Si bien el sistema bancaria presenta fuertes y preocupantes deudas, Li Keqiang expresó su confianza en la capacidad de ahorro de los chinos; si bien muchos gobiernos locales endeudados no logran garantizar la cobertura de las pensiones, el gobierno central proveerá lo necesario para subsanar estas situaciones, garantizando a todos “nuevos platos de arroz” [como sucedía en tiempos de Mao Zedong].

El mismo tono conciliador fue mostrado en el ámbito de la política: con Taiwán se quiere continuar en un diálogo; con Hong Kong se quiere respetar el principio “una nación, dos sistemas”, si bien hay signos de pesadas injerencias en la vida del territorio; con los Estados Unidos se quiere mejorar una colaboración; con los países del sudeste asiático –con los cuales hay disputas sobre la soberanía de las Paracel y las Spratly –se quiere mantener un desarrollo pacífico y no conflictivo, por una “cercanía estable y un ambiente internacional y regional que sea pacífico”.

Tal vez los periodistas tuvieron la impresión de que algunas preguntas estaban preparadas de antemano y escritas, sobre todo, aquellas provenientes de los empleados que encabezan el Partido. Ha de ser notado que no surgió pregunta alguna que tratara de los derechos humanos, de las tensiones en Xinjiang o en el Tíbet. Y no obstante hay 49 periodistas arrestados; cientos de abogados en defensa de los derechos humanos que han sido expulsados de los colegios profesionales correspondientes o que están siendo procesados, y a pesar de los reclamos contra la campaña de destrucción de las cruces y las iglesias, Li Keqiang, con celestial benevolencia, dijo que el público –y los medios- que quieran hacer una revisión del trabajo efectuado por el gobierno son bienvenidos (a hacerlo).