Seúl, el 'frío invierno demográfico' de los jóvenes: sin familia, sin casa y sin hijos
En un ensayo publicado en La Civiltà Cattolica, el jesuita Jeong Yeon Hwang analiza la crisis que viven los jóvenes y que se refleja en el colapso de la tasa de natalidad. La competencia extrema desde la escuela provoca "burnout y aislamiento". Pero para el 94,8% el futuro que imaginan "se puede alcanzar" y el 95,7% reconoce que las relaciones tienen un rol "prioritario".
Milán (AsiaNews) - Corea del Sur vive "un invierno demográfico muy frío", según la expresión acuñada por el Papa Francisco para describir la baja tasa de natalidad, con una cifra provisoria para 2022 de 0,78, que baja a 0,72 para 2023, y después sigue cayendo a 0,68 según a las estimaciones para 2024. Pero, ¿cuáles son las razones profundas de este fenómeno? ¿Y qué dice la crisis demográfica sobre los jóvenes coreanos de hoy? El padre Jeong Yeon Hwang S.J. aborda este tema en el último número de la revista La Civiltà Cattolica e intenta comprender en profundidad lo que se denomina "generación Opo" (en coreano, la generación de los "cinco no"), la de aquellos que hoy parecen renunciar a relacionarse con una persona, casarse, tener hijos, ser dueños de una casa y tener una carrera profesional.
Seúl ha propuesto incentivos económicos, premios en efectivo, subsidios para el cuidado de los niños y reembolsos por tratamientos de infertilidad. No obstante, la caída de la tasa de natalidad es una tendencia que se ha agudizado y se acerca a un mínimo histórico "sin precedentes en la era moderna a nivel mundial". Algunos de los factores desencadenantes serían la inseguridad laboral, la poca accesibilidad a la vivienda, el alto costo de vida que se refleja en la crianza de los hijos y una cultura poco favorable a la familia en los lugares de trabajo.
Pero a las dificultades financieras se suma la creciente competitividad, primero en el ámbito educativo y después en el laboral y social, que se denomina "credencialismo" y se basa en títulos universitarios y certificaciones acreditadas por el gobierno para las profesiones de altos ingresos, como médicos y abogados. Estos títulos son sinónimo de un estatus elevado que alimenta la competencia ya desde la infancia y se continúa en las distintas etapas del crecimiento, pasando por la adolescencia y hasta la edad adulta. Prueba de ello es el hecho de que antes de ingresar a la universidad, alrededor del 80% de los estudiantes asiste a los "hagwon", instituciones privadas de tutoría para aquellos que se preparan para ingresar a las escuelas secundarias o a las universidades más prestigiosas. Sólo en Seúl hay más de 24.000, una cifra muy superior a la de los minimarket.
Por un lado, Corea del Sur es uno de los países con la tasa de educación más alta del mundo, con aproximadamente el 88% de las mujeres y el 83% de los varones entre 19 y 34 años graduados o que asisten a la universidad. Sin embargo, en el país hay desempleo y no es fácil comprar una vivienda, factores que obligan a los adultos jóvenes a retrasar los planes de matrimonio y, muy a menudo, a renunciar a formar una familia. Los datos reflejan la crisis: la edad a la que las mujeres - a las que resulta cada vez más difícil conciliar el matrimonio, la crianza de los hijos y la carrera laboral - se casan ha pasado de 26,5 años en 2000 a 31,2 en 2022, mientras que el porcentaje de solteras "para toda la vida" subió del 5% en 2013 al 14% en 2023.
El análisis muestra asimismo un aumento de la “polarización de género” en los jóvenes de 20 a 35 años que ha repercutido en las elecciones de 2022: el 75,1% de los varones de 18 a 29 años apoyaron a un candidato conservador, mientras que el 67% de las mujeres de la misma franja etaria manifestaron preferencia por un progresista. Esto se traduce en una "resistencia" entre los varones a las políticas destinadas a mejorar los derechos de las mujeres, hasta el punto de que la brecha salarial entre varones y mujeres en 2022 fue del 31,2%, la más alta entre los países de la OCDE. En promedio, las mujeres ganan mucho menos que sus colegas varones y la representación femenina en la política es sólo del 19%, una de las más bajas de la OCDE.
También existen diferencias significativas en lo que respecta al matrimonio y los hijos. Entre los jóvenes adultos no casados, el 75,3% planea hacerlo en el futuro, con una diferencia de 10,1 puntos entre varones y mujeres (79,8% varones, 69,7% mujeres). El 63,3% planea tener hijos en el futuro, y aquí la diferencia entre varones y mujeres se sitúa en 15,2 puntos (70,5% hombres, 55,3% mujeres). Las mujeres y varones jóvenes - observa el artículo - viven en competencia y tienen opiniones políticas diametralmente opuestas y actitudes diferentes sobre el matrimonio y la familia.
Los adultos jóvenes están sometidos desde pequeños a una presión constante en la carrera por el éxito, con el riesgo de "burnout y aislamiento". Según una encuesta de 2022, el 33,9% de los adultos jóvenes lo había experimentado en el último año debido a la inseguridad relacionada con su carrera (37,6%), la sobrecarga de trabajo (21,1%), el escepticismo respecto del trabajo (14,0%) o el desequilibrio entre la vida privada y laboral (12,4%). Además del riesgo de burnout o agotamiento, Corea del Sur tiene una de las puntuaciones más bajas en las relaciones sociales: el 21,5% de este grupo de personas declara no tener "amigos ni familiares a quienes recurrir en caso de necesidad", muy por encima de la media del 10,1%, y el riesgo de aislamiento social es elevado.
Sin embargo, incluso en una sociedad tan competitiva, los jóvenes no pierden su vitalidad: el 94,8% está convencido de que el futuro imaginado es de alguna manera "alcanzable" y el 95,7% reconoce que en su vida tienen un rol "prioritario" las relaciones con personas positivas. Por eso los jóvenes no dejan de cultivar sueños de felicidad y de amor y crece el deseo de solidaridad, de una unión - observa el p. Jeong Yeon Hwang - "fundada en una visión compartida y que da la fuerza necesaria para hacerla realidad".
17/12/2016 13:14
11/12/2023 15:48
16/11/2022 14:54