Salud mental: una línea telefónica de ayuda nacional en China
La medida fue anunciada como parte de un plan de la Comisión Nacional de Salud para responder a una emergencia que se había mantenido oculta durante muchos años por razones culturales. Los problemas mentales también están muy extendidos en las zonas rurales, especialmente entre las mujeres y en los segmentos más jóvenes de la población. Hay menos de 4 psiquiatras disponibles por cada 100.000 personas en el país.
Milán (AsiaNews) – El pasado 25 de diciembre la Comisión Nacional de Salud (Guojia weisheng jiankan weiyuanhui) de la República Popular China realizó una conferencia de prensa en Beijing para ilustrar los resultados de los esfuerzosque se han realizado en el campo de la salud mental.
Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, actualmente hay 54 millones de ciudadanos chinos que padecen depresión y 41 millones de afectados por trastornos de ansiedad. Si bien es cierto que estas patologías están muy extendidas en la población urbana del país, debido al estilo de vida cada vez más frenético y a las consecuencias de la crisis económica, estas tampoco perdonan a los residentes de zonas rurales, ampliamente sujetos a ellas.
Un informe publicado en el sitio web World Population Review muestra, por ejemplo, que las personas que viven en el campo tienen cinco veces más probabilidades de suicidarse que los de las ciudades, y que, a diferencia de lo que ocurre en los países occidentales, las principales víctimas son las mujeres. Las razones que llevan a este gesto extremo, quinta causa de muerte en China en 2024, son atribuibles a la falta de atención de la salud, el estigma asociado a las enfermedades mentales, la pobreza y los bajos niveles de educación que caracterizan a las zonas rurales.
Para hacer frente a esta emergencia, en los últimos años la Comisión Nacional de Salud se ha comprometido a mejorar los servicios de salud mental, reforzar las medidas de prevención y promover acciones educativas orientadas a sensibilizar a la población, incluso a los más jóvenes, sobre estos temas. Con este fin, por ejemplo, en 2019 se publicó el documento conocido como Health China Action (2019-2030) (Jiankang Zhongguo xingdong(2019—2030 nian), y en 2021 se fundó el Centro Nacional para la Prevención y el Tratamiento de la Salud e Higiene Mental. Posteriormente, la Comisión Nacional de Salud, en colaboración con los Ministerios de Educación, Finanzas y Seguridad Pública, lanzó un proyecto piloto para aumentar la presencia de centros de salud mental en los hospitales de las grandes ciudades y condados.
Más recientemente se tomó la decisión - anunciada en la conferencia de prensa del 25 de diciembre - de activar un número gratuito de asistencia psicológica (12356) en todo el país, al que se puede llamar si se desea recibir asesoramiento de un experto o incluso simplemente pedir información.
A pesar de los esfuerzos realizados por las instituciones hasta ahora, el profesor Xie Bin afirmó en su intervención que todavía hay muchos ciudadanos chinos que "tienen escasa conciencia de la salud mental y los trastornos psicológicos comunes, y carecen de conocimientos sobre terapias y prevención".
El presidente del Centro de Salud Mental de Shanghái, sin embargo, considera que si bien el porcentaje de pacientes que recurren a un especialista todavía es bajo - sólo el 9,5% de los que sufren depresión recibe tratamiento médico -, las solicitudes de ayuda psicoterapéutica aumentarán en el corto plazo. Teniendo en cuenta que actualmente hay menos de 4 psiquiatras disponibles por cada 100.000 personas en China, se requieren medidas urgentes para mejorar aún más la prestación de servicios de atención, especialmente en las zonas occidentales y remotas del país, donde es más deficiente. Al mismo tiempo, observa Xie, es importante invertir más en la investigación científica sobre la patogénesis de los trastornos mentales y el uso de nuevas tecnologías para el tratamiento de estas enfermedades.
Las razones de este retraso probablemente se deben al hecho de que la salud mental en China recién comenzó a recibir atención pública y académica en los últimos veinte años. Este tema ha sido considerado tabú durante mucho tiempo, debido a un prejuicio profundamente arraigado en la cultura china según el cual las personas con trastornos mentales a menudo han sido consideradas incapaces de realizar el ideal confuciano de armonía personal y social. Hasta el día de hoy, muchas personas prefieren no admitir que padecen problemas de salud mental por miedo a ver dañada su reputación y quedar aisladas de su comunidad de pertenencia.
Un artículo reciente que se publicó en la revista digital Sixth Tone refiere una serie de testimonios extraídos de las redes sociales chinas que dan una medida de lo difícil que es para una persona mayor o de mediana edad tomar la decisión de emprender un camino psicoterapéutico.
El primero es el de Huang Liling, una mujer de 30 años, originaria de la región autónoma Guangxi Zhuang, que vive en Guangzhou. Durante las celebraciones del Año Nuevo chino de 2022 descubrió por casualidad que su madre estaba tomando medicamentos psicotrópicos para tratar una forma de depresión relacionada con la menopausia y le sugirió que consultara inmediatamente a un psicólogo. Pero a su madre le llevó más de un año decidirse a dar ese paso y desde las primeras sesiones con el especialista asumió una actitud reticente y hostil. Huang la acompañó en este proceso y de esa manera conoció algunos aspectos dolorosos de la vida privada de su madre que pudieron haber afectado su bienestar psicológico, como la difícil relación con su marido, un hombre de carácter irascible y a menudo ausente.
Otra historia significativa es la que cuenta Song Wendie, una mujer de treinta y cuatro años originaria de Chongqing. En una oportunidad invitó a su madre a pasar unos días con ella en Shanghai, donde ahora vive, y comenzó a notar algunas cosas extrañas en su comportamiento. Convencida de que ella nunca se plantearía acudir a un psicólogo, urdió un plan y le pidió que asistiera a unas sesiones de terapia de grupo que estaban en promoción para ayudarla a solucionar ciertos problemas en sus relaciones. La madre aceptó, convencida de que los encuentros se centrarían principalmente en su hija.
Mientras tanto, Song comprendió que el sufrimiento de su madre había comenzado con el fallecimiento de su padre, un hombre jubilado, a quien había cuidado durante mucho tiempo. La aparición de conflictos inesperados con los hermanos empeoró la situación. Tras superar la resistencia inicial y para para sorpresa de su hija, la madre de Song finalmente decidió acudir a sesiones individuales con un terapeuta.
De todos modos, los trastornos mentales en China no sólo afectan a los adultos, sino también a los más jóvenes, incluso los que viven en las zonas rurales del país. Según las declaraciones de Xie en la conferencia del pasado mes de diciembre, el porcentaje de adolescentes chinos que sufren trastornos psíquicos es de alrededor del 2%. El experto desmintió los datos que circulan por la red, según los cuales los síntomas depresivos afectan a entre el 15 y el 20% de los jóvenes chinos, ya que son el resultado de investigaciones no basadas en criterios científicos y confiables.
Aunque las cifras son más tranquilizadoras de lo esperado, dice Xie, es necesario mantener alta atención en aquellos factores, internos y externos, que influyen en el desarrollo psicológico y el crecimiento de los niños. Por tanto, es importante asegurarse de que crezcan en un ambiente familiar tranquilo, se les anime a cultivar relaciones interpersonales y se les proteja de los peligros derivados del acceso a los contenidos que circulan en la red. Los padres también deben evitar ser demasiado indulgentes y permisivos con sus hijos y presionarlos con respecto a sus resultados académicos.
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