Sahiwal, cristiano con trastornos mentales acusado de blasfemia
Farhan Javed, de 28 años, vive en un pequeño pueblo con su madre viuda. Familiares: 'Investigación justa teniendo en cuenta su estado mental'... Ashknaz Khokhar, activista: «Las autoridades deben tratar el caso teniendo en cuenta los derechos humanos». Joseph Janssen, defensor de las minorías: «Los grupos extremistas actúan sin consecuencias».
Sahiwal (AsiaNews) - Farhan Javed, un cristiano de 28 años del distrito de Sahiwal, ha sido acusado de blasfemia, como suele ocurrir con los grupos minoritarios en Pakistán. El joven sufre graves problemas de salud mental: su frágil estado no fue tenido en cuenta en absoluto por los acusadores. Farhan Javed vive en un pequeño pueblo con su madre viuda y su vida ya está marcada por la extrema pobreza. «Ya no comprende las implicaciones de sus palabras y actos. Todo lo que pedimos es una justicia que refleje su vulnerabilidad», alegan sus familiares.
Las acusaciones fueron formuladas por dos musulmanes locales, que denunciaron a la policía local su encuentro con el joven cristiano mientras trabajaban en el campo. Según el informe, Farhan Javed se acercó a ellos profiriendo comentarios blasfemos contra el Islam, diciendo que no se haría amigo de los musulmanes, ya que eran incapaces de relacionarse porque eran falsos. Tras sus declaraciones, los dos intentaron atraparlo pero huyó, por lo que fueron al pueblo y les contaron lo sucedido. Los musulmanes del pueblo se indignaron y presentaron una denuncia contra Farhan Javed en la comisaría local. La policía detuvo a Farhan ese mismo día. Los cristianos del pueblo están asustados.
Los familiares de Farhan insisten en que hay que tener en cuenta su largo historial de inestabilidad mental y su reciente deterioro. Dicen que Farhan ha sido presa de una grave adicción a las drogas y que los dos últimos meses han sido especialmente impactantes. Para ellos, cualquier juicio debe ir definitivamente acompañado de un examen médico exhaustivo, para una investigación justa que tenga en cuenta su estado mental.
Un activista local de derechos humanos, Ashknaz Khokhar, es de la misma opinión. «Es extremadamente necesaria una investigación imparcial del caso y una evaluación completa de la salud mental de Farhan», ha declarado a AsiaNews. «Si está mentalmente inestable, no se le puede considerar responsable del mismo modo que a un individuo plenamente capaz. Las autoridades deben tratar este caso con cuidado y de acuerdo con los valores de los derechos humanos.»
Joseph Janssen, destacado activista por los derechos de las minorías -también comprometido en las últimas semanas en la defensa de los esclavos del horno- expresó su gran preocupación por la incapacidad de las autoridades paquistaníes para llevar a cabo investigaciones justas e imparciales en los casos de blasfemia, especialmente contra los cristianos. Janssen señaló que, en muchos casos, se atenta contra personas mentalmente inestables e inocentes sin el debido proceso. «Parece que Pakistán abandona la justicia cuando se trata de acusaciones de blasfemia», declaró Janssen. «Ninguno de los procesos judiciales previstos se lleva a cabo tras el registro de un Primer Informe de Información (FIR). Las autoridades afirman haber nombrado a funcionarios para que se ocupen de estos delicados casos, pero la realidad sobre el terreno pinta un panorama distinto», añadió el activista.
Janssen reiteró lo desenfrenado que se ha vuelto el uso indebido de las leyes sobre blasfemia y cómo las falsas acusaciones hacen saltar las alarmas. La mera acusación de blasfemia suele bastar para desencadenar detenciones inmediatas, violencia colectiva y encarcelamientos prolongados sin ningún tipo de garantías procesales. Incluso la pena de muerte, aunque rara vez se ejecuta. Este «abuso legal» ha animado a grupos extremistas, entre ellos el islamista Tehreek-e-Labbaik Pakistan Party (TLP), que ha adquirido notoriedad por incitar a la violencia y manipular la ley.
«La impunidad en los casos de blasfemia ha dado a los grupos extremistas la posibilidad de actuar sin temor a rendir cuentas», continuó Janssen. «La presunción de inocencia, piedra angular de la justicia en todo el mundo, se invierte por completo en Pakistán cuando se trata de acusaciones de blasfemia. Los cristianos se ven a menudo obligados a huir de sus hogares en el momento en que son acusados, porque ni siquiera demostrar su inocencia basta para protegerlos de la violencia y la persecución».
07/05/2021 13:46
10/02/2024 13:25