Sacerdote de Dinajpur: Soy misionero con mi vida, donde sea que esté
El pbro. Tipu Panna está en Roma, con los padres del PIME, para un período de formación. En su diócesis “hay realmente necesidad de un guía espiritual, los sacerdotes disponibles son aún pocos”. “Soy sacerdote porque quiero estar al servicio de los otros”. Su misión ad gentes: “Solo con ser gentil con las personas significa enseñar a Jesús”.
Roma (AsiaNews) – Ser misionero “significa testimoniar a Cristo con mi vida, en cualquier lado yo esté”. Lo dice a AsiaNews el pbro. Tipu Panna, de 33 años, sacerdote de la diócesis de Dinajpur, en Bangladés. Él habla de su vocación y de los años de estudio. De su misión sacerdotal dice: “Estoy al servicio de mi diócesis. Hay tanto trabajo que hacer”. Siguiendo la invitación del Papa Francisco a cada católico en el Mes misionero extraordinario a renovar las promesas bautismales y proclamar el Evangelio, afirma: “para ser misionero no es necesario, por fuerza, ir al extranjero. En base de mis capacidades, puedo ser misionero en cualquier lugar yo pueda donarme. Puedo testimoniar mi fe y evangelizar a través de mi trabajo, mi comportamiento, mi pensamiento, con mi vida entera”.
El pbro. Tipu nació el 5 de agosto de 1986 en el pueblo de Panchpukur, en el territorio de la iglesia de san Juan Bautista de Lohanipara. Tiene otros 2 hermanos y hermanas, de los cuales una es religiosa. Su familia tiene orígenes tribales Orao, sus abuelos se convirtieron al cristianismo con la llegada de los misioneros del PIME a la diócesis de Dinajpur. Desde niño, él estudió en dos “boarding school”, o sea hostales asociados a las parroquias: en Boldipukur, durante los años de la escuela primaria; en Dinajpur y Suihari para el período de la escuela secundaria. Después volvió a su pueblo, luego entró al Seminario menor de la diócesis. Se graduó en literatura inglesa en la Notre Dame University de Daca, para luego formarse en el Seminario menor de Ramna (asociado a la arquidiócesis) y en el mayor de Banani. Mientras tanto sirvió en la pastoral de 2 parroquias (Nijpara e Pathorghata), ocupándose del catecismo, animación juvenil, enseñanza en un hostal y visitas a los pueblos. Al final, recibió la ordenación sacerdotal el 27 de noviembre de 2015.
En este momento él está en Roma para estudiar Liturgia en la Universidad de S. Anselmo. El objetivo de este período de formación “es poder volver a la diócesis y enseñar a otros católicos, a los catequistas y quizás también en el seminario y en el centro pastoral”. De hecho, en Bangladés narra: “no hay enseñanzas específicas sobre liturgia y aprendí tanto desde cuando llegué”.
Desde hace 2 años vive con los padres del PIME (Pontificio Instituto Misiones Extanjeras): “La experiencia con ellos me ayudó mucho, veo tantas relaciones humanas, que ayudan a los otros, la oración. Viviendo en el extranjero mi mentalidad cambió, se volvió más abierta. Todos esto me servirá para cuando regresaré a mi diócesis en Bangladés.
En el territorio de la Iglesia de Dinajpur, cuenta: “hay cerca de 40 sacerdotes y 16 parroquias. Las distancias son grandes y una sola parroquia puede comprender hasta 20 pueblos. Se necesita realmente de un guía espiritual, los sacerdotes que hay no son suficientes. Además los fieles no logran siempre ir a misa, porque el domingo no es un día de fiesta”. “Una cosa bella-agrega- es cuando logran encontrar un acuerdo con el empleador del trabajo, que le deje el domingo como día libre para poder ir a misa, trabajando en cambio el viernes (día sagrado para el islam)”.
El recorrido sacerdotal no es para todos, agrega, “hay muchos que dejan después de algunos años. Basta pensar que cuando entré al seminario éramos unos 30 y para fin de año llegamos 5. Luego fui el único de mi diócesis que entró al Seminario mayor”. Habiendo vivido ya desde niño junto a hombres y mujeres de fe-dice a propósito de su vocación- “tuve inmediatamente el deseo de ser sacerdote. Veía la vida de los curas y de las religiosas y estaba fascinado por su ejemplo. Pero no es todo: soy sacerdote porque quiero estar al servicio de los otros quiero estar al servicio de los otros, cuando rezo estoy bien, me siento feliz, satisfecho en la relación con Cristo y en el difundir el Evangelio”.
Como sacerdote diocesano diocesano, explica qué significa para él hablar de misión ad gentes, “en salida”: También son sólo ser gentil con las personas significa enseñar a Jesús. Si tengo valores cristianos puedo trabajar en cualquier lado. Los otros se dan cuenta que somos diferentes. En mi país los cristianos son estimados porque nuestros trabajos hablan de respeto y derechos humanos, nuestras escuelas garantizan una buena instrucción”.
“Si debiese ir a un país hindú o budista- agrega-sería lo mismo, porque es mi vida que testimonia mi vocación. En cuanto seres humanos, debemos todos respetarnos el uno con el otro. Entre nosotros cristianos existen divergencias, obviamente. Pero cuando hablamos en modo educado, es nuestro comportamiento que habla por nosotros y en este sentido, podemos ayudar a cualquiera”.
