Récord de graduados pero poca movilidad social: la crisis de las universidades coreanas
En Corea del Sur el 69,3% de los jóvenes entre 25 y 34 años han completado un ciclo de estuidos universitarios. Según la OCSE, el desajuste entre la formación y el mercado laboral es cada vez mayor. Un sistema altamente competitivo en el cual la obsesión por acceder a las universidades más prestigiosas alimenta el mercado de los centros extraescolares, donde los padres envían a sus hijos desde jardín de infantes para mejorar su rendimiento.
Seúl (AsiaNews) - Hace pocos días se llevó a cabo en Corea del Sur la tan esperada y temida suneung, el examen nacional de ingreso a la universidad. Durante cerca de nueve horas, más de medio millón de jóvenes coreanos rindieron el examen que determinará a qué carrera podrán acceder. Es un momento crítico en sus vidas, porque no solo se decide a qué universidad podrán ingresar, sino también qué oportunidades profesionales tendrán después de graduarse.
El sistema universitario ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo económico y social de Corea del Sur, que hoy tiene la tasa más alta de graduados entre los países más desarrollados. En la población de 25 a 34 años, el 69,3% ha completado estudios universitarios, según datos de la OCSE.
Sin embargo, si se analiza con más detenimiento, el sistema educativo de Corea del Sur está plagado de problemas. En primer lugar porque está perdiendo poco a poco su papel en la formación del capital humano del país: según la OCSE, en efecto, Corea del Sur es el país con los peores resultados en términos de aumento de la productividad laboral en relación con el gasto en educación. De hecho, los datos revelan una clara desconexión entre la educación universitaria y el mercado laboral, ya que la mitad de los graduados de Corea del Sur finalmente obtienen trabajos que tienen poco que ver con su formación académica.
En efecto, la universidad surcoreana es un factor discriminador en la creación de la pirámide social de Corea del Sur, y el acceso a ciertas universidades prestigiosas está íntimamente relacionado con un estatus socioeconómico elevado. La atención de los estudiantes está monopolizada por algunas grandes y prestigiosas universidades del país, que se consideran un “boleto de oro” para acceder a un buen puesto laboral. Al punto de que cada vez más estudiantes, incluso entre los que salen de las escuelas profesionales y técnicas, piensan que ingresar a la universidad es más deseable que ingresar al mundo laboral.
Sin embargo, el sistema universitario es cualquier cosa menos un instrumento de movilidad social. Como observó recientemente un diputado sudcoreano, este año más del 10% de los nuevos estudiantes de primer año de la Universidad Nacional de Seúl (la mejor calificada del país) provienen de los dos distritos más ricos de la capital. Una cifra muy desproporcionada con respecto a la población del país.
La obsesión por la educación a lo largo de los años ha hecho florecer en Corea del Sur un sector paralelo que hoy tiene un valor de 16.400 millones de euros, el sector de los hagwon. Se trata de institutos privados con tarifas prohibitivas (enseñar inglés a un niño de jardín de infancia cuesta más de 24.000 euros) donde los jóvenes estudiantes son matriculados por sus padres para asistir a clases de refuerzo por la tarde y entrenarse para un mejor rendimiento en función de los exámenes de ingreso a la Universidad.
Por otra parte, desde que en 2001 se revisaron los parámetros del suneung para incluir en la evaluación las actividades extracurriculares, se ha incrementado también el fenómeno de los "falsos genios". Según un estudio, en los últimos 20 años, 980 estudiantes de nivel secundario de Corea del Sur habrían publicado artículos académicos en revistas científicas, muchos de ellos en materias como medicina o ingeniería informática, que normalmente no forman parte de la oferta educativa de las escuelas sudcoreanas. El 70% de estos estudiantes nunca más publicaron nada después de ingresar a la universidad.
En definitiva, los hijos de las familias más ricas e influyentes tienen más posibilidades de acceder a las mejores universidades de Corea del Sur. Por ello, no es de extrañar que con el paso de los años, a medida que se generalizaba la educación universitaria, la movilidad social fuera disminuyendo.
Foto: Flickr/Jens-Olaf Walter
17/12/2016 13:14
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