Rusia y los Estados Unidos de Trump
No está nada claro si "patria" significa lo mismo para los seguidores de Trump o para los súbditos de Putin, si indica el nativismo de "sangre y suelo" o más bien la unión "espiritual" de aquellos que tienen una visión compartida de su Estado, de la región o del mundo entero. Mientras, con respecto a Kiev, el nuevo presidente de los Estados Unidos ha prometido una solución para el 20 de enero, el día de su toma de posesión (pero también la fiesta ortodoxa del Bautismo del Señor).
El espectáculo de las elecciones estadounidenses fue seguido en todo el mundo, hasta la elección de Donald Trump como el 47º presidente, con extensos debates y opiniones sobre uno u otro candidato, en público y también entre vecinos y familiares. Ahora todos se preguntan cuáles serán las consecuencias de la decisión muy clara del electorado estadounidense: Ucrania ha manifestado muchas veces su preocupación por perder el apoyo militar; también en Taiwán temen que Trump no tenga intención de defender la isla de China, visto que dijo que EE.UU. no es una "compañía de seguros gratuita", y que Taipéi debe pagar para recibir ayuda. En Israel, la mayoría apostaba por el magnate, sobre todo después de las críticas de Kamala Harris a las acciones israelíes en Gaza.
En Rusia, Trump había sido, con diferencia, el favorito en las elecciones de 2016 frente a Hillary Clinton, porque se lo consideraba el más dispuesto a respaldar los planes del Kremlin, y su victoria fue recibida en aquel momento con un estruendoso aplauso en la Duma de Moscú. Sin embargo, las expectativas de los rusos no se cumplieron, a juzgar por la enorme cantidad de sanciones impuestas contra Moscú durante su primera presidencia. Tras los últimos años de conflicto local y mundial, la opinión de la población rusa es muy escéptica sobre la posibilidad de un deshielo, a pesar de las afirmaciones del viejo-nuevo presidente de que puede detener fácilmente la guerra y que cuenta con la "amistad personal" de Vladimir Putin. Según los encuestadores, al menos la mitad de los rusos no veía grandes diferencias entre Trump y Harris en este sentido, considerando que las relaciones ruso-estadounidenses, y con todo Occidente, están ahora relegadas a un callejón sin salida que será difícil superar a corto plazo.
Sin embargo, la figura de Donald Trump todavía despierta mucha simpatía entre los rusos, a pesar de la "rusofobia" generalizada de todo el establishment estadounidense, y en este sentido el índice de aprobación se situó entre el 26-27% frente al 4-5% de Harris. También según los resultados virtuales reportados por la columna Signal de Meduza, si los rusos hubieran votado en las elecciones de Estados Unidos, Trump habría ganado con el 78% de los votos, y resultados similares se habrían dado en los países europeos más tradicionalmente prorrusos, como Serbia. Ya desde 2017, a pesar de las sanciones, la figura de Trump ha recuperado popularidad entre los rusos, más por el relato mediático que por las decisiones concretas a nivel político y administrativo.
El joven experto del Consejo de Asuntos Internacionales de Moscú Alexei Naumov, un reputado "americanista", explica que los rusos "creen irracionalmente en la posibilidad de acordar un orden mundial, donde todos puedan vivir en paz y bienestar". Este sentimiento lo explotan todos los políticos de tendencia populista dentro y fuera de su país, proponiendo a "sus muchachos" las respuestas más simples e inmediatas a las cuestiones más complejas, y este es precisamente el estilo característico de Donald Trump. Según el nuevo presidente de Washington, el mundo ha sido destruido por políticos de carrera, que están alejados de la "gente común", y la única manera de restaurar la justicia es hacer saltar todo por el aire y construir juntos un nuevo mundo, lo que suena muy bien a los oídos de los rusos.
Hasta el mismo Putin expresó su opinión, y desde el encuentro en el club Valdaj de Sochi elogió a Trump, definiéndolo como "un hombre valiente, que ante grandes desafíos ha sabido comportarse como un hombre" y declaró que está dispuesto a escucharlo por lo menos por teléfono. El presidente ruso recordó que "hasta un determinado momento, todos los líderes occidentales solían llamarme cada semana, y después, de golpe, dejaron de hacerlo... Si no quieren, no hay problema, como pueden ver estamos en plena forma". Putin expresa el aprecio de los rusos por el político "no subordinado al sistema", no demasiado "amistoso", pero cuyas acciones van más allá de los límites habituales de la política occidental. En resumen, al mundo enloquecido no le viene mal un poco de sana confusión.
Los enemigos de Trump lo consideran "un fascista", como dijo el exjefe del gabinete presidencial John Kelly, pero "fascismo" es uno de los términos de los que más se ha abusado en estos años turbulentos e incluso antes, como hacen los propios rusos con respecto a la Ucrania "nazi" y el "fascismo occidental", considerando que el término "fascismo" en Rusia también incluye la historia de la Alemania de Hitler. George Orwell ya afirmaba en 1944, tras la caída del régimen de Mussolini en Italia, que el concepto mismo de "fascismo" había perdido su significado original, convirtiéndose en un sello de irreconciliabilidad con los principios comunes de la sociedad democrática. Orwell observó irónicamente que en la Gran Bretaña de aquel momento se tachaba de fascismo a "los campesinos, las administraciones escolares, la astrología, los homosexuales, los cazadores de zorros, las mujeres, los perros" y otras categorías aleatorias. El fascismo es todo lo que no gusta en política, y su opuesto es siempre "democrático".
Por otra parte, el mismo Trump ha echado leña al fuego con frases provocativas que recuerdan a la propaganda de Hitler, que él admite haber "estudiado cuidadosamente". Sin embargo, la actitud autoritaria de Trump todavía está en proceso de definición; si el "putinismo" ya se ha afirmado, todavía queda por entender en qué consiste el "trumpismo". Como afirma Signal, "todos los fascistas son autócratas, pero no todos los autócratas son fascistas". El nuevo presidente necesita reforzar su poder controlando el Deep State - el Estado Profundo -, la gran maquinaria administrativa en todos los niveles del Estado y del Poder Judicial, como hicieron en su momento los grandes dictadores del siglo XX, desde Mussolini hasta Hitler y Stalin y como hizo Putin con su "vertical de poder", y para eso hace falta tiempo.
El sociólogo Dylan Riley, del Departamento de Sociología de Berkeley, recuerda que los regímenes fascistas europeos nacieron de la reacción conservadora a los resultados de la Primera Guerra Mundial en los años '20, y la analogía con la década actual es muy significativa, tras el fin de la Guerra Fría y la crisis de la globalización. En aquel momento se cernía la amenaza de la revolución comunista, hoy cunde el sentimiento soberanista contra las pretensiones de hegemonía de uno u otro bando, desde Estados Unidos hasta China, con Rusia y Europa en el medio. El historiador alemán Jan-Werner Müller, de la Universidad de Princeton, propone otra importante observación, según la cual incluso las fuerzas más reaccionarias han aprendido una lección importante de la historia del siglo pasado: la aniquilación de las instituciones democráticas es un signo de debilidad, más que de fortaleza.
Si formalmente el año electoral, que inauguró Putin en marzo y concluyó Trump en noviembre, ha consagrado a las figuras dominantes a través de los procedimientos democráticos normales más o menos respetados (en Georgia han sido más impugnados que en otras partes), lo que aún queda por entender es si el mundo realmente se está "desplazando hacia la derecha", siempre que las clásicas divisiones políticas de los dos bandos opuestos sigan siendo válidas hoy. No está totalmente claro qué significa "patria" para los seguidores de Trump o los súbditos de Putin, si indica el nativismo de "sangre y suelo" o más bien la unión "espiritual" de aquellos que tienen una visión compartida de su propio Estado, región o del mundo entero. ¿Qué tienen realmente en común Trump y Putin, con los referentes europeos de Orban y Le Pen o los asiáticos de Modi y Xi Jinping, por no hablar de los numerosos líderes sudamericanos o africanos? La reelección de "Donald el Fuerte" podría ser una oportunidad para unir las líneas del cuadro, y Putin tiene toda la intención de aprovecharla.
Un personaje que está contribuyendo más que nadie a este trabajo de conjunción planetaria, hasta dimensiones cósmicas, es el supermillonario Elon Musk, capaz de sobrevolar por encima y por debajo los salones de la Casa Blanca y el Kremlin, especialmente con sus medios de comunicación, junto con sus proyectos económicos y financieros. Él mismo declaró triunfalmente que "X no es una burbuja, sino una manera eficaz de entender la realidad". El relato termina superando incluso a la realidad, y el imposible plan para poner fin a la guerra rusa en Ucrania ahora toma forma en los mensajes que se difunden, según los cuales los asesores de Trump ya estarían ultimando los detalles. La última versión supone el rechazo al ingreso de Ucrania a la OTAN durante los próximos veinte años, con la garantía del cese de los enfrentamientos armados, una fórmula de "congelamiento" del conflicto que de todos modos seguiría privando a los ucranianos del 20% de su territorio, ocupado por los rusos.
Incluso en Kiev, la gente está empezando a orientarse hacia la "nueva visión", como lo expresó con cauteloso optimismo el jefe de la Comisión de la Verjovnaja Rada, Aleksandr Merežko: "Trump quiere ser un presidente exitoso, pero el éxito significa que Ucrania debe convertirse para él en una historia de éxito, no una historia de derrota". El nuevo presidente ha prometido encontrar una solución antes del 20 de enero, el día de su toma de posesión, que coincide con la fiesta litúrgica ortodoxa del Bautismo del Señor, cuando Putin se sumergirá triunfalmente en el agua helada, habiendo obtenido la continuación de la guerra mundial, ya no "fría", sino incluso "congelada", durante los próximos siglos.
"MUNDO RUSO" ES EL BOLETÍN DE ASIANEWS DEDICADO A RUSIA.¿QUIERES RECIBIRLO TODOS LOS SÁBADOS EN TU CORREO ELECTRÓNICO? SUSCRÍBETE AL BOLETÍN EN ESTE ENLACE
17/12/2016 13:14