Rusia trata de superar el virus, mientras la Iglesia Ortodoxa convive con la tragedia
Iglesias y monasterios figuran entre los ámbitos más azotados por la pandemia. Una serie de muertes en el Monasterio de San Sergio, en Novospasskij y en el de Donskoj, de Moscú, además del patriarcal de San Daniel. Entre el clero y los monjes están los llamados “negacionistas” (que afirman que “no es posible infectarse dentro de las iglesias”). Muchas iglesias y monasterios han permanecido abiertos para no perder las ofrendas - indispensables - de los fieles. El patriarcado toma nuevas medidas para sostener a los sacerdotes que atraviesan dificultades económicas. El apoyo a las viudas de los sacerdotes difuntos a causa del virus.
Moscú (AsiaNews) - Mientras el país aguarda tímidamente que ceda la epidemia, la Iglesia Ortodoxa continúa contando víctimas, sobre todo en los monasterios. La comunidad más golpeada sigue siendo la del Monasterio de San Sergio, donde en los últimos días se registraron nuevos decesos: el 15 de mayo murió el higúmeno Ferapont (Apollonov, foto 2), de 61 años, uno de los superiores de la comunidad monástica, luego de la desaparición del hieromonje Modest (Panchenko), de 46 años (foto 1) y del hierodiácono Kallist (Kosulin), además de otros simples hermanos del monasterio.
En estos días también falleció, azotado por la pandemia, el monje Simon (Bajko), de 68 años, que vivía en el monasterio de Novospasskij, en Moscú. En ese mismo monasterio afortunadamente pudo recuperarse del coronavirus el Metropolitano Dionisij (Porubaj); otros monasterios donde casi todos los monjes están infectados son el gran complejo de Donskoj, en Moscú y el patriarcal de San Daniel. En la diócesis ucraniana de Vinnytsia, murió el protoierej Aleksij Irodov, de 49 años, quien servía en el Patriarcado de Moscú. En la iglesia de la Trinidad de Cheliábinsk, en la región de los Urales, murió el director del coro, el sexagenario Mikhail Gareev. También falleció uno de los sacerdotes más ancianos al servicio de la diócesis de Moscú, el protoierej Nikolaj Djatlov, de 87 años.
Muchos se preguntan los motivos que han llevado a los sacerdotes ortodoxos a quedar tan expuestos a la infección. Un interrogante que ha suscitado amplio debate en las redes sociales y en la prensa nacional. Inclusive ha investigado el tema un periódico sueco, el Dagens Nyether, que ha revelado las incertidumbres del patriarca Kirill (Gundjaev) y el conflicto desatado con los fundamentalistas ortodoxos “negacionistas” en torno al virus, que afirman que “no es posible infectarse dentro de las iglesias”. Otra razón [que explica el fenómeno] es la dificultad de iglesias y monasterios para sostenerse, por lo cual han permanecido abiertos para no perder las indispensables ofrendas de los fieles.
Varios observadores han subrayado la escasa confianza de los rusos en las autoridades civiles y eclesiásticas. Al ser entrevistado por los suecos, Andrej Zubov dijo que “ustedes, en Europa, acostumbran elegir a los gobernantes; nosotros, en Rusia, no. Es por ello que las personas de aquí piensan que las reglas fueron hechas para ser eludidas”. En particular, las reglas impuestas respecto a frecuentar las iglesias han dado lugar a muchas protestas en varias localidades. La crisis de la pandemia ha ampliado ulteriormente el disenso entre los fieles ortodoxos “nacionales” ucranianos, que han optado por las liturgias on-line (foto 4), y los “moscovitas” que han hecho gala de acudir a la iglesia, y cuyo resultado ha sido que los monasterios ucranianos del Patriarcado de Moscú figuran entre los más golpeados por el virus.
El padre espiritual del monasterio de Sredneuralskij, ubicado cerca de Ekaterimburgo, es el higúmeno con skhima Sergij (Romanov, foto 3), uno de los líderes de los “negacionistas”, a tal punto que las autoridades ortodoxas le han prohibido predicar y aparecer en público, luego de que maldijo a todos los que aludían a la clausura de las iglesias debido a la “pseudopandemia”, con duras referencias al mismísimo patriarca Kirill. El 14 de mayo él igualmente difundió un breve vídeo en Znak.com: en él, el starets felicita a los fieles por la fiesta del icono de la “Alegría inesperada”, con las palabras: “El sol, el aire y el agua son nuestros, queridos amigos. Queridos míos, estamos vivos y estamos bien, y les deseo lo mismo a ustedes”. En estos días, los monjes de su monasterio difundieron un vídeo de cantos y danzas patrióticas en el bosque, en parte para sostener el optimismo de su director espiritual.
En tanto, el patriarcado está tomando nuevas medidas para sostener a los sacerdotes que atraviesan dificultades económicas, creando listas de los más necesitados, poniendo freno a los despidos de empleados parroquiales y sosteniendo especialmente a las viudas de los sacerdotes difuntos a raíz del virus. Hay otras iniciativas orientadas al apoyo económico a las clínicas, hospitales y centros asistenciales más ligados a la Iglesia Ortodoxa y más abocados a la atención de pacientes enfermos de Covid-19.