Rusia entra en guerra contra Isis en Siria y es aplaudida por ortodoxos y musulmanes
Moscú (AsiaNews) - Por primera vez desde el año 2008 - cuando Moscú entró en guerra con Georgia - con la ‘benedición’ de los líderes musulmanes y ortodoxos del país - Rusia envió tropas para llevar a cabo operaciones militares en Siria.
En el Ministerio de Defensa explican que la lucha es “contra Isis y contra los grupos terroristas en Siria”, dejando en la ambigüedad el objetivo real de las fuerzas rusas, que, según los EEUU sería no solamanete en Estado Islámico, sino también los grupos armados de la oposición - apoyados por Washington - que combaten al presidente Bashar al Assad. Justamente es en torno al futuro de Assad que se están jugando las negociaciones políticas, que van a la par del desarrollo de las acciones en el campo de batalla. Los primeros ataques, según Washington y las fuerzas rebeldes, se produjeron en zonas que no están en manos de Isis (produciendo 36 víctimas entre lapobalción civil). Moscú sostiene que el blanco de los ataques son las infraestructuras del Califato.
El presidente Vladimir Putin dos días antes, el 28 de septiembre, se había encontrado con su colega de EEUU, Barack Obama, en la sede de la ONU, con el objetivo de unir esfuerzos para una acción coordinada en la crisis siria. El presidente Putin quiso subrayar que Rusia “no tiene intenciones de embarrarse en este conflicto” y que se limitará al “apoyo aéreo” al ejército sirio, que está empeñado en una “lucha legítima contra los terroristas”. Los dos puntos sobre los cuales insiste el Kremlin - por motivos que tienen que ver con su política interna y para justificar sus movimientos frente a la comunidad internacional - son “la defensa de los intereses nacionales” y la legalidad de las operaciones, “que respetan plenamente el derecho internacional”. “La lucha contra el terrorismo internacional puede ser desarrollada tomando como base una resolución de la ONU o bien a partir de un requerimiento de ayuda militar por parte del país interesado”. Putin explicó que “ninguno de nuestros socios internacionales cumple estos requisitos”, respondiendo que Moscú recibió un requerimiento oficial de Assad para brindar ayuda militar. Según el vocero del Kremlin, de todos los países comprometidos en los ataques contra Isis, la Federación Rusa es el único país que esta actuando en un marco de respeto por la ley.
Contactos militares directos entre EEUU y Rusia
De acuerdo a Staffan De Mistura, enviado especial de la ONU, la intervención armada de Rusia en Siria destruye, “en modo doloroso y por lo tanto riesgoso, la tregua en la guerra civil en Siria”. Ciertamente que Moscú y Washington están obligadas a colaborar. Fruto de una maratón de reuniones bilaterales entre los respectivos dilpomáticos, Serghei Lavrov y John Kerry, al margen de la Asamblea General de la ONU, fue el anuncio de un acuerdo para realizar en breve una serie de diálogos entre los comandos militares acerca de los bombardeos que ambas potencias están efectuando sobre la República Árabe. El acuerdo, según explicó Lavrov, tiene como objetivo “evitar incidentes insensatos”. Moscú ya está trabajando en forma coordinada con Irak, Siria e Irán, a partir del nuevo centro de informaciones abierto recientemente en Bagdad, y llamó a unirse a ellos a todos los países interesado en luchar contra Isis.
Reasegurar la opinión pública rusa
“Los intereses nacionales”, que el Kremlin saca a relucir para explicar a los rusos el motivo de la intervención en Siria, están vinculados al riesgo - denunciado hace meses por los servicios de inteligencia y por personalidades políticas - de que más de 2.400 ciudadanos rusos que han sido reclutados en Isis regresen tarde o temprano a su patria. “Debemos combatirlos antes de que lleguen hasta nosotros”, advirtió Putin. Rusia ha experimentado una serie de ataques contra la población civil a manos de terrorismo islámico en el Cáucaso, donde ya se libraron dos guerras. Daguestán, la república de mayoría musulmana en el sur, es el epicentro de una fuerte inestabilidad y de hecho en régimen antiterrorista constante. Los números reales en el regreso de militantes del Estado islámico, no se conocen, y según los expertos, el fenómeno aún no ha comenzado.
Según una reciente encuesta realizada por el Centro independiente Levada, el número de rusos que en el conflicto sirio está a favor del presidente Bashar al-Assad ha aumentado: en dos años han pasado de 29 a 36%. Pero la mayoría de la población (69%) se opone al envío de tropas para apoyarlo. Moscú tiene que explicar a los rusos, por qué, en un momento de grave crisis económica, "está entrando en la tercera guerra mundial contra los terroristas", como escribió el diario Kommersant. En las últimas semanas, la televisión ha hecho su parte, concentrando toda la información sobre la crisis de los refugiados en el Oriente Medio a Europa y los riesgos del terrorismo islámico, olvidándose de la guerra en el este de Ucrania, el protagonista indiscutible durante más de un año de los talk show y diversos puntos de vista.
También hay que tranquilizar a la vasta comunidad musulmana (20 millones de seguidores) que esto no es una guerra de la Rusia cristiana contra el Islam. Todos los gobernadores de las repúblicas y regiones de mayoría musulmana, en varios programas de noticias, han expresado su apoyo a la decisión del presidente. En la ayuda del Kremlin vinieron las llamadas religiones tradicionales, reconocidas en la ley de culto religioso: la ortodoxia, el judaísmo, el budismo y el islam, que en un comunicado ayer del Consejo Interreligioso han alentado que los cazas rusos "alejaran el terrorismo y aceleraran el retorno a la paz". Incluso los muftis de Rusia, que hace unos días en Moscú asistieron a la inauguración de la mezquita más grande de Europa, han apoyado el intervencionismo de Putin. El primado ortodoxo Kirill habló de una "decisión responsable", cuyo objetivo es "defender el pueblo de Siria de cualquier daño causado por la arbitrariedad de los terroristas". "Creemos que este enfoque retornará la paz y la justicia a esta antigua tierra", agregó, citado por Interfax. Más temprano, el jefe del Patriarcado de Relaciones entre la Iglesia y la Sociedad habló de "guerra santa" contra los terroristas.