Rituales hindúes, ataques de radicales islámicos y el frágil mosaico entre confesiones en Malasia
El gesto de una vendedora de coches refleja una sociedad dividida entre la tolerancia y el fundamentalismo. Los internautas se dividen entre los que aprecian la aceptación de la bendición hindú y los que la atacan por cometer un grave pecado para un musulmán. El caso del equipo formado por un cirujano hindú, un anestesista budista y enfermeras musulmanas que operaron a un sacerdote católico.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - La polémica que ha estallado en torno a la empleada de un concesionario de automóviles se ha convertido en un símbolo del enfrentamiento entre quienes tratan de promover la armonía confesional y quienes, por el contrario, reivindican como exclusiva la identidad musulmana (malaya) en el país. La protagonista del asunto es Nazirah Hassan, que en el momento de la venta realiza actos, gestos y rituales encaminados a promover la armonía confesional y valorizar todos los componentes de una nación, Malasia, formada por diferentes culturas y confesiones.
El último caso se refiere a la venta de un automóvil a un comprador hindú, con el que realizó un ritual de bendición que se hizo viral en la red, despertando sentimientos encontrados entre los internautas y atrayendo las críticas del ala radical islámica. En concreto, Nazirah colgó un video en X (antes Twitter) en el que se la ve ayudando al comprador hindú a realizar una "pooja" (ritual) como es costumbre entre los no musulmanes. La mujer también entrega una bandeja con un coco y una lima que, según la tradición hindú, se coloca debajo de cada rueda para expulsar la energía negativa.
Tras abrir el coco y recitar una oración, los propietarios del coche realizan algunos rituales hindúes. Nazirah afirma que lleva años realizando este acto de "buena voluntad" para ayudar a sus clientes no musulmanes, entre ellos taoístas chinos a los que ofrece piñas con la corona intacta para darles buena suerte. Su vídeo, que ha cosechado más de 2,6 millones de visitas, despertó el interés de los medios de comunicación locales, que alabaron sus buenas intenciones. Lo hice -dijo en una entrevista- por respeto a las personas de distintas religiones. Me pareció lo correcto en nuestra sociedad multicultural".
Sin embargo, el gesto de amistad y armonía interconfesional de Nazirah no fue apreciado por algunos compatriotas malayos musulmanes, mientras que otros, aunque la criticaron, le concedieron el beneficio de la buena fe y otros la elogiaron por su cordialidad interconfesional. Un residente musulmán dijo: "Muchos malayos somos como Nazirah, servimos sin prejuicios religiosos ni raciales. Son los políticos y los fanáticos religiosos quienes utilizan las cuestiones étnicas y confesionales para segregar a los malasios multirraciales, según sus necesidades, caprichos y antojos, sólo para sobrevivir políticamente. Es habitual que los políticos musulmanes de Malasia utilicen la raza y la religión para ganarse el apoyo de los votantes de la "fe islámica".
En cambio, otros malasios, el grupo étnico predominante en el país, conocidos por su intolerancia en cuestiones de fe y culto, atacaron a Nazirah, acusándola de participar en prácticas politeístas y pidiéndole que se arrepintiera de sus pecados. "Te has pasado de la raya", la acusa un musulmán en Internet. "El Islam -continúa- nos enseña a respetar la religión de los demás, pero nunca a participar activamente en estos rituales. Has cometido el pecado de syirik. Debes arrepentirte". Otro añade: "El syrik es un pecado grave en el islam. Si no lo sabías antes, debes saber ahora que está mal".
Malasia nació como Estado independiente en 1957. En la actualidad, los malayos étnicos constituyen casi el 70% de la población y son en su totalidad musulmanes creyentes. Los chinos constituyen el 22,8% de la población, y los indios sólo el 6,6%. La polarización racial y religiosa ha asolado la nación a lo largo del tiempo, marcando fuertemente la política electoral del país. Según Tunku Mohar Mokhtar, de la Universidad Islámica Internacional de Malasia, "la coalición de oposición nacionalista malaya Perikatan Nasional, que incluye al partido islámico de línea dura Pas, califica al gobierno actual de antiislámico y antipatriótico. También describe a la mayoría étnica malaya "como una comunidad en peligro". Los privilegios especiales consagrados en la Constitución conceden a los malayos licencias comerciales, becas y puestos de trabajo en el sector público y la función pública, pero los políticos de la oposición sostienen que estos privilegios podrían eliminarse.
El pasado 20 de enero, Venugopal Balchand, médico cirujano, envió un mensaje por WhatsApp que se hizo viral: "Acabo de terminar de realizar una operación de triple bypass de alto riesgo a un sacerdote católico. Los dos cirujanos eran hindúes. El anestesista era budista. Tres enfermeras eran musulmanas y una sij. Toda la parroquia rezó tanto por el reverendo padre como por el equipo quirúrgico. Esto es la verdadera Malasia, y si esto puede ocurrir durante una enfermedad, seguramente puede ocurrir cualquier otro día normal". Crucificada por su dinámica interconfesional, Nazirah lleva una corona de espinas mientras el cirujano hindú y su equipo responden amistosamente a la pregunta evangélica: "¿Quién es tu prójimo?". Tanto Nazirah como el médico hindú merecen una ovación.