Richard Madsen: Los cristianos chinos, perseguidos incluso por el nacionalismo del Partido (Segunda Parte)
Ante la caída del énfasis en el marxismo-leninismo, el Partido trata de hacerse aceptar como el defensor de la gloriosa cultura Han. El cristianismo y el islam son rotulados como “religiones extranjeras”. Los lazos con la Iglesia universal son mirados con sospecha, como “una alianza para voltear al gobierno chino”. Las persecuciones en Zhejiang.
San Diego (AsiaNews) – La persecución y el control ejercido sobre los cristianos en China ya no deriva más del programa marxista-leninista ateo, sino de la nueva herramienta de consenso social utilizada por el Partido: el nacionalismo. El mismo Partido sostiene el confucianismo, el taoísmo, el budismo (a pesar de que éste nació en la India), pero sospecha de cristianos y musulmanes, por considerarlos agentes de potencias extranjeras. Es lo que surge de las consideraciones del Prof. Richard Madsen, sociólogo de las religiones en la Universidad de San Diego (California), quien se desempeña en colaboración con la universidad Fudan de Shanghái y con el Centro “China del Siglo XXI” de San Diego. En el pasado mes de julio, el Prof. Madsen participó en un convenio celebrado en los Estados Unidos, en San Diego, sobre la situación religiosa en China y sobre las perspectivas referidas a la libertad y desempeño de las religiones en el país. Luego él tuvo una conversación con el vicedirector del Centro, el Prof. Samuel Tsoi, que la universidad ha publicado en su plataforma de podcast (http://china.ucsd.edu/media-center/podcast.html).
AsiaNews ya ha publicado el texto editado de la primera parte de la conversación. Esta es la segunda parte..
La necesidad de control [de parte del Partido comunista chino] es citada de manera reiterada, describiéndola a través de una metáfora que fue presentada en la conferencia en otras áreas. Esta se refiere a la leyenda según la cual el emperador debía guiar una inundación: esto quiere decir que los diques deben ser abiertos, pero controlados; las religiones son reconocidas, pueden crecer, pero son sometidas al control.
Algunas estadísticas muestran que en China, el número de cristianos –protestantes y católicos- sin lugar a dudas creció, pasando de ser 4 millones (1949) a cerca de 70 millones (actualmente). Por lo tanto, a este paso, el número de cristianos en China podrá superar el de los cristianos en los EEUU, alcanzando a ser 200 millones para el año 2030. Uno de los presentadores de la conferencia también dio una introducción a un estudio sobre una iglesia situada en la ciudad natal de Confucio, que devino en ocasión de un enfrentamiento simbólico entre el confucianismo y el cristianismo. Al mismo tiempo, las organizaciones cristianas dan cuenta de las represiones que sufren a nivel estatal contra las iglesias cristianas, y de las tensiones, que han registrado un pico bajo el gobierno de Xi Jinping. Una ONG que defiende los derechos humanos ha informado acerca de varios casos de desapariciones y de arresto de pastores, además de la remoción de cientos de cruces, especialmente en Wenzhou (Zhejiang), conocida como la Jerusalén de China.
Estos roces entre el Estado y la Iglesia, ¿qué pueden decirnos en lo que respecta a la búsqueda y a la lucha de China por una identidad ideológica, religiosa, espiritual y cultural?
Esta situación proviene, en parte, del nacionalismo. Como dije antes, es un modo de celebrar la gloria, la sabiduría de la cultura china. La cultura china es la cultura de la etnia Han, que comprende aproximadamente al 92% de la población china en China. Ésta es distinta de la cultura uigur, en la zona occidental, de la cultura mongola y de las demás. La fundación de la cultura Han es la que ha sido tradicionalmente enseñada y llevada adelante por Confucio y por su escuela, junto a las enseñanzas de los taoístas y luego –en el primer milenio de nuestra era- por el budismo, que se tornó verdaderamente indígena, al punto de que en chino se habla de la “transmisión Han del budismo”. Éste es considerado integralmente chino, a pesar de que sabemos que el budismo tiene orígenes indios. Luego está el budismo tibetano, pero es un tipo distinto y con un estilo diverso. En la época imperial, especialmente durante las dos últimas dinastías, estas partes de las tradiciones de la cultura china se mezclaron: las personas aprendían todos estos elementos, y aplicaban el confucianismo en los vínculos y valores familiares; practicaban el taoísmo en caso de enfermedad o de tener que someterse a una operación médica o cualquier otra cosa por el estilo; practicaban el budismo cuando rogaban por los muertos. Por ende, han combinado y mezclado todos estos aspectos en las prácticas de la cultura china. Desde este punto de vista, el cristianismo, acertado o no, era visto como una religión extranjera aparecida en escena durante el siglo XVII y considerada “alienígena”. La fe cristiana fue considerada “alienígena” incluso a pesar de que los cristianos trataban de adaptarse a la cultura china de diversos modos – especialmente algunos grupos, como los católicos con los jesuitas en 1600-1700, y los protestantes en otros períodos- llegando incluso a “tornar indígenas” varios aspectos de la fe. Pero otro grupo siguió una línea dura, por la cual decidió no comprometerse en una mescolanza de posturas.
Así, muchos cristianos dijeron: nosotros somos chinos, hemos adoptado la cultura china y, en efecto, somos patriotas. Pero en término generales, este tipo de discurso dejaba al cristianismo la marca de religión extranjera. Además, está el problema de que el gobierno ve a los cristianos como parte de una comunidad global con lazos en todo el mundo, que potencialmente podría empujarlos a una alianza para voltear al gobierno chino. Esto, que de todos modos es una percepción general, abre a otra cuestión. Le sigue que, en nombre de este nacionalismo, el cristianismo necesita ser estrictamente controlado. Ha de ser dicho que no hay ninguna religión como el cristianismo, en su capacidad de adaptación a las diversas culturas locales, lo cual [es visible] por ejemplo, al adentrarse en las llamadas minorías nacionales, estos pequeños grupos chinos no pertenecientes a la etnia Han, situados en su mayor parte en el oeste de China. Muchos misioneros cristianos han hecho cosas maravillosas, como transcribir su cultura oral, aprender su lengua, adaptándose a las costumbres locales, convirtiendo tribus enteras en comunidades, impulsándolos a conservar su cultura local. Pero esto es algo que el gobierno chino no ve con buenos ojos, porque ellos –posiblemente, de acuerdo a sus parámetros- debieran absorber la cultura Han. De esta manera, en China, la adaptación cristiana a la cultura no equivale a hacer de la cultura Han la cultura exclusiva de China, que es la política actual del gobierno. Y esto es un problema. Creo que el impulso a la religión popular local registrado en las campañas fue hecho con miras a congelar el desarrollo del cristianismo, para competir con este. Cierto tipo de élite política ve el crecimiento del cristianismo como algo sumamente problemático. Esto ha quedado a la vista especialmente el año pasado, y con consecuencias duras, como usted dijo: fueron demolidas iglesias, las personas fueron obligadas a arrancar las cruces, pastores que fueron arrestados, y cosas de este tipo… Todo esto está focalizado en el cristianismo, sobre aspectos problemáticos que el cristianismo presenta para el gobierno. Y pienso que esta tendencia no se concluirá en el futuro próximo.
03/02/2017 12:52
07/02/2017 11:41