Riad, comando especial con visto bueno de MBS, reprime el disenso (y mató a Khashoggi)
Es lo que surge de una investigación del New York Times, que cita como fuentes a altos funcionarios estadounidenses. La organización, que ha sido denominada “Grupo saudita de intervención rápida”, habría conducido varias operaciones “clandestinas” desde el 2017. La cúpula de gobierno saudita no ha brindado declaraciones al respecto. Experto en inteligencia: “Jamás se había visto una represión de semejante magnitud”.
Washington (AsiaNews) – El príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman (MBS) ha avalado la creación de un comando especial (secreto) orientado a reprimir el disenso en el país. Éste desarrollaría actividades de vigilancia, secuestros y torturas de personalidades consideradas “hostiles” por parte de la plana de líderes saudita. Es el resultado arrojado por una investigación del New York Times, que cita a altos funcionarios estadounidenses; las fuentes han leído documentos de inteligencia vinculados a la campaña, iniciada un año antes del homicidio del periodista Jamal Khashoggi, asesinado el 2 de octubre pasado en la sede del consulado saudita en Estambul.
Los altos funcionarios estadounidenses han rebautizado a esta brigada alistada por Riad con el apodo “Grupo saudita de intervención rápida”. Según las fuentes, existen pruebas fehacientes de que algunas de las muchas misiones “clandestinas” llevadas a término por este comando especial fueron efectuadas por miembros que participaron del asesinato de Khashoggi y del posterior descuartizamiento del cadáver.
Esto constituiría una nueva confirmación de lo que ya fuera anticipado hace algunas semanas por las Naciones Unidas, que afirmaron que el asesinato del periodista crítico de la leadership saudita y del príncipe heredero sería parte de una vasta campaña orientada a reprimir el disenso. Las acusaciones presentadas por altos funcionarios estadounidenses –que han pedido mantenerse en el anonimato por motivos de seguridad- se ven respaldadas por familiares y personas allegadas a las víctimas.
El homicidio de Khashoggi suscitó indignación y condenas a nivel global; en el caso han intervenido incluso senadores estadounidenses, que han reclamado al presidente Donald Trump que se proceda a identificar y castigar a los responsables. Las sospechas giran en torno al príncipe heredero y a su estrecho círculo de fidelísimos. Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca no ha dado seguimiento a los reclamos de los parlamentarios, excluyendo la participación directa de bin Salman con tal de salvaguardar la alianza con los sauditas.
En los últimos meses, Riad siempre ha negado rotundamente cualquier tipo de responsabilidad de MBS en el caso, atribuyendo la culpa a “perros sueltos” que jamás fueron precisados. Al día de hoy, en Arabia Saudita hay un grupo de 11 personas procesadas por el homicidio, pero no se han filtrado informaciones detalladas provenientes del reino wahabita, y sobre el procedimiento rige una cortina de humo.
Algunas de las actividades desplegadas por el grupo de intervención mencionado incluyen detenciones, secuestros y situaciones de abuso sobre activistas de relieve, que se encuentran procesados. Según las fuentes citadas, el team de intervención estuvo de tal manera ocupado, que el líder de la brigada solicitó a bin Salman una pausa en las operaciones durante el Eid al-Fitr, la fiesta musulmana que marca el fin del Ramadán (el mes sagrado de ayuno y oración).
Al ser interpelados sobre el caso, altos funcionarios sauditas evitaron confirmar o desmentir la existencia de esta brigada especial y no comentaron la investigación realizada por New York Times. Para el periódico de los EEUU, MBS dio el visto bueno para la formación del grupo especial de intervención, que responde a las órdenes de Saud al-Qahtani, un fidelísimo del príncipe heredero.
Desde su creación, sus hombres han arrestado a decenas de personas, que incluyen líderes religiosos, intelectuales y activistas, percibidos como una “amenaza” para los líderes sauditas. “Jamás habíamos visto una represión de tal magnitud”, subraya Bruce Riedel, ex miembro de la CIA, y actualmente analista en Brookings Institution. “En el pasado –agrega- un disidente como Jamal Khashoggi no habría merecido el esfuerzo [de un homicidio]”.
17/12/2016 13:14