Sólo 40 estarían en Beijing. Sin embargo, a fines de noviembre también hubo protestas contra el confinamiento en Shanghai, Guangzhou, Chengdu y Wuhan. En la mayoría de los casos se desconoce el lugar de detención. La Generación Z china demuestra ser menos "nacionalista" o "apática" de lo que se pensaba.

 

Beijing (AsiaNews) - Decenas de jóvenes chinos, en su mayoría mujeres y periodistas, están en prisión por haber participado en la "revolución de las hojas en blanco", las manifestaciones masivas que a fines de noviembre presionaron al gobierno chino para que revocara la draconiana política "covid cero" de Xi Jinping.

En los días de los disturbios, los estudiantes lanzaron una forma de disidencia, en la que cada manifestante se queda quieto agitando un trozo de papel completamente en blanco. En varias ciudades del país la gente salió a la calle para protestar contra las restricciones sanitarias -que también habrían provocado la muerte de numerosas personas en un incendio en Urumqi (Xinjiang)- y contra las restricciones a la libertad de expresión.

Los vídeos que se difundieron en Internet durante los días de los disturbios muestran a policías uniformados y de paisano en Shanghai que sujetan manifestantes y los arrojan dentro de autobuses para llevárselos en medio de gritos y llantos.

Según información recogida por Radio Free Asia, hay 40 manifestantes que siguen encarcelados en Beijing. En la capital, las protestas más intensas tuvieron lugar el 27 de noviembre en el distrito de Liangmahe. La policía detuvo a muchas personas durante los días siguientes (y hasta mediados de diciembre). En algunos casos no se informó el lugar de reclusión y en otros se supo que se encontraban en el centro de detención de Chaoyang.

Personas relacionadas con los detenidos explican que muchas veces los familiares guardan silencio sobre lo ocurrido porque han recibido intimidaciones de las autoridades. El número de manifestantes encarcelados podría ser mayor, ya que también hubo manifestaciones en Guangzhou (Guangdong), Chengdu (Sichuan) y Wuhan (Hubei).

La Generación Z china - 280 millones de personas nacidas entre 1995 y 2010 - ha lanzado un desafío directo al poder de Xi: con sus hojas en blanco los jóvenes chinos han asestado un duro golpe a su imagen de líder supremo.

Para el presidente chino, se trata de la amenaza interna más delicada. Los analistas observan que en la nueva generación del país no sólo hay "internautas nacionalistas" o "apáticos" que no están interesados en política, sino también personas que quieren más derechos y libertades. Xi tendrá que demostrar una gran habilidad para aplacar el descontento de un segmento de la población que se enfrenta a crecientes problemas de empleo.

Lo que está ocurriendo en China es una evolución con respecto al "movimiento de los tumbados": jóvenes que hacen lo mínimo indispensable en su trabajo o en el estudio, hartos de las agotadoras horas de actividad, el aumento de los costos de los bienes de consumo y los precios prohibitivos de las viviendas. Una actitud pasiva que las autoridades consideran una amenaza para los grandes planes de "renovación nacional" que pretende Xi.

El pacto social entre el Partido Comunista Chino y el pueblo, con la promesa de enriquecimiento personal a cambio de la desvinculación política, parece que ya no se sostiene entre los jóvenes, que cada vez tienen menos confianza en los dirigentes.

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