Restricciones contra las redes sociales: Beijing quiere censurar el streaming

El gobierno teme a las transmisiones video en directa en internet y pide un control “a tiempo pleno” a los proveedores que las permiten. Sin embargo el enorme número de los usuarios y la cantidad de los contenidos que contienen el objetivo dificilísimo de alcanzar.

Beijing (AsiaNews)- La Administración china para el cyber espacio pidió a los sitios de internet que permiten las directas video de controlar “a tiempo pleno” los contenidos que son transmitidos. Los “live streaming” son muy populares entre los jóvenes y el gobierno teme la difusión de “contenidos inapropiados”. Desde el punto de vista técnico no está claro como este pedido podrá contentarse con: controlar una directa que de hecho es imposible, a menos que no vaya en diferida.

En el país obran unas 800 plataformas que permiten este medio de expresión. Una de las más grandes, Bilili, dice que tiene unos cincuenta millones de usuarios. Segú el Cotidiano del Pueblo, el pedido de las autoridades “sirve para reforzar el control de seguridad sobre los contenidos emitidos”. El control “debería ser eficaz 24 horas al día”.

La censura sistemática de los contenidos online es una de las prioridades del gobierno central. A través de la identificación de los usuarios y el monitoreo constante de los sitios más populares, Beijing espera obtener un internet “domesticado” que no difunda noticias o análisis no agradables. Sin embargo el enorme número de usuarios lo hace todo más complicado y costoso y casi imposible alcanzar el objetivo.

Para reforzar el control sobre las redes sociales, escribe el gran conocedor de China, Willy Wo-lap Lam, la Oficina general del grupo central para la gestión de los negocios del cyber espacio (CLGCA) y de la Liga comunista juvenil han lanzado un plan para reclutar 10,5 millones de “jóvenes voluntarios para civilizar internet”. A cada universidad mayor se le asignó una cuota de diversos miles de voluntarios que hay que reclutar: el trabajo es asegurarse que todo material políticamente incorrecto u “occidentalizado”, sea sacado de internet y de las redes sociales.