Refugiados sirios torturados y asesinados en la frontera turca, en peligro de ser deportados a Beirut
Un informe de Human Rights Watch agrava las acusaciones de abusos y violaciones cometidos por Ankara: los guardias fronterizos actúan en un marco de "impunidad de larga data". Desde principios de año, al menos 12 muertos y 20 heridos, incluso muy jóvenes. Mientras tanto, la intolerancia y la hostilidad hacia los refugiados crecen en el país de los cedros.
Damasco (AsiaNews)- Nuevas denuncias de abusos y violaciones de derechos humanos contra los refugiados sirios en Turquía, mientras que en Líbano es cada vez más concreto el riesgo de deportación, en un clima de creciente intolerancia. En un informe publicado ayer, la ONG internacional Human Rights Watch (HRW) denunció que los guardias fronterizos turcos no dudan en "disparar, torturar y hacer un uso excesivo de la fuerza" contra los sirios que "intentan huir de un país devastado por la guerra" y más recientemente por el terremoto. La organización reproduce los datos -incompletos- de una agrupación local que monitorea las hostilidades y ha documentado al menos 277 episodios entre octubre de 2015 y abril de 2023.
Apelando a las autoridades turcas, HRW pide que se investigue a fondo la actuación de los guardias fronterizos, presuntamente responsables de "graves violaciones de derechos humanos, incluidos asesinatos", en un marco de "impunidad de larga data". “Los guardias fronterizos turcos -sigue diciendo el informe de la organización con sede en Nueva York- disparan indiscriminadamente a los civiles sirios en la frontera... además de torturar y usar una fuerza excesiva contra los solicitantes de asilo y los migrantes que intentan cruzar la frontera".
La "generosa acogida" de Turquía -en el pasado en nombre de una fraternidad islámica posteriormente rechazada- de un gran número de sirios "no la absuelve de sus obligaciones de respetar los derechos de aquellos que buscan protección en sus fronteras", afirma HRW. El grupo hace referencia a un incidente ocurrido el 11 de marzo, cuando los guardias fronterizos "interceptaron y torturaron a un grupo de ocho sirios" que intentaban cruzar la frontera, "mataron a un niño y a un hombre" y repatriaron a los demás.
"Los policías turcos -explica Hugh Williamson, director para Europa y Asia Central de HRW- y las fuerzas armadas responsables del control fronterizo maltratan y disparan indiscriminadamente a los sirios a lo largo de la frontera sirio-turca en forma rutinaria, y hay cientos de muertos y heridos registrados en los últimos años". "Los homicidios arbitrarios de sirios son particularmente atroces y forman parte de un patrón de brutalidad por parte de los guardias fronterizos turcos -agrega- que el gobierno no ha sido capaz de frenar o investigar de manera eficaz".
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, grupo activista con sede en Gran Bretaña que lleva la cuenta de las víctimas en estos años de guerra, informó el asesinato a manos turcas de al menos 12 sirios desde principios de año y las heridas reportadas por otros 20. A pesar de haber cerrado oficialmente su frontera con Siria, durante años Turquía ha permitido el ingreso por razones humanitarias y médicas, y en ocasiones ha permitido que los sirios regresen a casa para visitar familiares durante las principales fiestas. Sin embargo, desde que el devastador terremoto del 6 de febrero afectó ambos países y mató a decenas de miles de personas, Ankara ha endurecido las restricciones fronterizas.
La situación tampoco es mejor en Líbano, donde la población local mira con creciente intolerancia a los refugiados, a los que consideran uno de los principales culpables de la crisis económica que atraviesa el país. Las autoridades de Beirut hablan de unos dos millones de sirios en su territorio, mientras los registrados oficialmente ante Naciones Unidas superan los 800 mil, la mayor cifra de refugiados per cápita del mundo. Desde hace tiempo el gobierno -y en algunos casos incluso algunos dirigentes religiosos- han invocado o promovido políticas de repatriación, en algunos casos tratando de hacerlos pasar como "voluntarias". Y en las últimas semanas el ejército ha intensificado la represión contra las personas detenidas sin documentos, arrestó cerca de 450 y deportó 66. Es por eso que Amnesty International ha pedido a las autoridades libanesas que detengan "inmediatamente" las deportaciones, sobre todo porque los refugiados corren peligro de "tortura o persecución" cuando vuelven a su país de origen.
28/02/2023 16:10
30/11/2020 12:52