Reacciones y comentarios sobre la sentencia de la Corte de La Haya
Para muchos, la sentencia – que no condena a Hezbollah ni al gobierno sirio – es algo ridículo; para otros, es fruto de un acuerdo político. La localidad de Haruf, tierra natal de uno de los condenados, exalta a Salim Ayash, como un “hijo que resiste”. Los sunitas de Trípoli mantienen la calma. Saad Hariri acepta “la resolución de la Corte, aunque no esté a la altura de las expectativas”.
Beirut (AsiaNews)- La sentencia final de la Corte Internacional de La Haya, que llega luego de 15 años, es objeto de comentarios de personas ilustres y de gente común y corriente. Para Ramez, un taxista de Beirut, “en la investigación se derrochó muchísimo dinero. Si la hubiera llevado adelante el cuartel de la gendarmería de Uzaii [un infame cuartel de Beirut - ndr] ¡hubiera sido más rápida y hubiera costado menos de mil libras libanesas!”.
Aidi Akiki es ama de casa y vive en la cordillera del Líbano; muestra una sonrisa amarga, mientras comenta: “Nos han hecho temer que moriríamos en una guerra civil a raíz de la sentencia; y la verdad es que nos hemos muerto, pero de risa”.
Un comentario más mesurado, el primero después de la sentencia, fue el del hijo del premier asesinado Rafiq Hariri, el ex primer ministro Saad. En una conferencia de prensa, desde La Haya, declaró que “aceptaba el pronunciamiento de la Corte, aunque no esté a la altura de las expectativas”. De todos modos, recordó que el asesinato de su padre Rafiq es un asesinato político y “quien haya cometido este asesinato quería cambiar el rostro que caracteriza al Líbano”.
Recordando las palabras de la Corte, Saad vinculó la decisión de eliminar a Rafiq Hariri con el encuentro que tuvo lugar en el Hotel Bristol, en Beirut, entre la víctima, que entonces se desempeñaba como primer ministro del Líbano, y una delegación siria a la cual él había dicho que había que poner fin a la presencia militar siria en el Líbano. Con esta sentencia, “se cierra la fase de la utilización política del asesinato”, dijo Saad, e invitó a Hezbollah a “colaborar”. Poco después, en una entrevista con el canal televisivo Al Hadith, Saad Hariri agregó: “Hezbollah sabe que es responsable del asesinato. Les pido que entreguen al condenado en contumacia, Salim Ayash”.
Un segundo comentario que vale la pena destacar es el del otro hijo de la víctima, Bahaa Hariri, rival político de su hermano Saad. Desde Beirut, declaró: “La Corte fue clara: Salim Ayash es miembro de los Hezbollah; para nosotros, lo importante es que se trató de un asesinato político”. Luego añadió que no tiene intención de convertirse en Primer ministro, y que su voluntad es “servir a mi país”.
Bahaa luego comentó que se sentía cerca de los manifestantes que acusan “al sistema político y a los barones de la guerra”, que son los responsables “de la ruina del Líbano”. El pueblo libanés, dijo, debe ponerse firme “para liberarse de ellos y restablecer la credibilidad árabe e internacional”. “Estoy en contacto directo con el Patriarca Raï – agregó - y respaldo su posición” respecto a la neutralidad de Líbano.
En una declaración televisiva en directo, Nazik Hariri, la viuda de la víctima, dijo que consideraba que la decisión de la Corte es una “sentencia histórica”. No se detiene en lo que se ha perdido, pero “restablece en el Líbano la lógica de la responsabilidad y la justicia, que había estado incautada por largo tiempo”.
De un modo sarcástico, el presentador televisivo Ramez Al Kadi se preguntó: “Después de 15 años, ¿fue Salim Ayash quien asesinó a Rafiq Hariri?” Y agregó: “¡Hemos gastado un millardo de dólares para saber, finalmente, si Ayash habló o no por teléfono!”. Él se refería a las interceptaciones telefónicas entre los responsables del atentado, y a una popular canción de Ziad Rahbani, titulada “Ayash telefoneó”.
Hisham Hadad, un humorista libanés, comentó: “Parece ser que la voluntad es cerrar, tanto a nivel local como internacional, la etapa posterior al asesinato de Hariri, para dedicarse por completo a la etapa que sigue a las explosiones del puerto, que parece mucho más peligrosa”.
El diputado druso Wiam Wahab se expresó así: “La montaña dio a luz un ratón. El Líbano ha gastado mil millones de dólares para escuchar un análisis político absurdo. Que nos devuelvan el dinero gastado, ya que la Corte no ha agregado nada a las conclusiones obtenidas por los órganos libaneses”.
En Haruf, la aldea natal de Salim Ayash, en el sur del Líbano, exhibieron una enorme pancarta (v. foto) en la entrada del pueblo, con estas palabras: “Los hijos de Haruf están orgullosos de su hijo que resiste, el hajj Salim Ayash”.
Ayer, las redes sociales estuvieron pobladas de invitaciones a la venganza contra sirios y chiítas. Sin embargo, la ciudad de Trípoli, bastión de los sunitas, permanece cuasi-sellada por el aumento de casos de Covid-19. Allí reinaba la calma. Para Huzeifa, un conductor de una camioneta que debía transportar a un grupo de manifestantes iracundos desde Trípoli hasta Beirut, la sentencia de La Haya es un baldazo de agua fría: “Solo nos queda esperar la justicia divina”, dijo.
Desde Trípoli, el ingeniero Omar Kabbara, miembro de la Corriente del Futuro, el partido político de Saad Hariri, comentó: “A título personal, creo que los servicios secretos sirios y los Hezbollah han participado [en el atentado] con todas sus fuerzas. La sentencia final podría ser el resultado de un acuerdo internacional para calmar las aguas y exonerar a Hezbollah de una implicación directa”.
Para el Dr. Bilal Haffaar, un profesor universitario, “quien hoy se ha salvado de la condena humana, no podrá escapar al castigo divino en el día del juicio”.