Ramadán, la violencia contra quien no ayuna
En el mes sagrado cambian las costumbres sociales, la vestimenta y la alimentación. Para quien se abstiene del alimento, el hecho de comer, beber y fumar en público constituye una forma de provocación, En Argelia, la ley contempla multas y prisión para quien “ofenda los preceptos del islam”. El testimonio de dos jóvenes que reivindican su libertad individual. Sarah: “Yo me veo obligada a ser hipócrita”. El príncipe saudita pide respetar a los que no ayunan.
París (AsiaNews) – Los que no cumplen con el ayuno durante el Ramadán son blanco de discriminación, e incluso de persecución, en la mayoría de los países en los que el islam es una religión de Estado. Sin embargo, en las fuentes coránicas y en los hadiz, la intolerancia no halla justificación. Es la tesis que sostiene Kamel Abderrahmani. Publicamos a continuación una reflexión del joven estudioso musulmán, junto a los testimonios por él recogidos. (Traducción al español de AsiaNews).
El mundo musulmán recientemente ha dado la bienvenida al mes del ayuno; un mes sagrado para el islam, que constituye el cuarto pilar para la tradición sunita. Este tiempo se caracteriza por un cambio en las costumbres sociales, en la vestimenta y en la alimentación. Sin embargo, como sucede todos los años, los que no ayunan se convierten en el enemigo público número uno en la mayoría de los países en los que el islam es una religión de Estado. Aquellos que no se abstienen de comer son privados del derecho a vivir como en los otros once meses del año. ¡Son perseguidos por los ciudadanos, son golpeados y despreciados impunemente!
Durante este mes, quien ayuna desarrolla una especie de hostilidad y animosidad hacia los musulmanes que no ayunan y también hacia las minorías religiosas. Siendo argelino, quisiera hablar, sobre todo, de la caza despiadada que llevan adelante estos seres sin moral y que ha empujado a la juventud, de la cual formo parte, a crear una página de Facebook para combatir dicho comportamiento violento. La página “Célèbre” narra las historias de argelinos que no ayunan, y enseguida fue señalada por la fuerza oscurantista, pero igualmente continúa publicando sus testimonios.
Durante largo tiempo he buscado textos, en las fuentes coránicas y en los hadiz, que evoquen el ayuno, para saber si existe una motivación religiosa para la intolerancia hacia los que no lo observan o una posible sanción a ser aplicada contra ellos. Para mi sorpresa: ¡ningún texto habla de ello! Es decir, el problema sería más que nada cultural y también dogmático, pero no religioso.
Para justificar su violencia contra aquellos que no observan el Ramadán, los ayunadores entablan discusiones completamente estúpidas y ridículas. Para los musulmanes que observan el ayuno, ¡comer, beber y fumar en público sería una forma de provocación contra ellos, una falta de cortesía e incluso de educación! ¡Esto me empuja a plantearme seriamente una pregunta! Perseguir a quien no ayuna, ¿sería acaso una forma de respeto, un acto de amor y tolerancia, y, sobre todo, un signo de buena educación?
El mes del Ramadán, tal como es practicado hoy en día, se parece a una suerte de folklore que impone normas sociales que debieran ser respetadas por todos. El hecho de que un ciudadano, aún cuando la religión lo autorice a ello -como sucede a quien está enfermo o se encuentra de viaje- interrumpa en público el ayuno es considerado una transgresión a estas normas y leyes populares. Estas últimas generan una especie de éxtasis psicológica entre quienes observan el ayuno. En otras palabras, ¡nadie tiene derecho a no participar, y todos deben asegurarse de no destruir esta “atmósfera” psíquica! .
Para aclarar un poco la situación, es necesario esclarecer lo que establece la ley. En efecto, no existe un texto que obligue a un ciudadano argelino o extranjero al ayuno. Sin embargo, quien come en público puede ser condenado, conforme a lo establecido en el artículo 144 bis 2 del Código Penal argelino,. El primer párrafo de este artículo afirma; “Es punible con la reclusión de tres a cinco años y con una multa de 50.000 a 100.000 dinares (de 372,5 a 745 euros), o bien solo una de estas dos penas, quien ofenda al profeta (la paz y la bendición estén sobre él) y a los enviados de Dios o quien denigrare el dogma o los preceptos del islam, ya sea con la escritura o con dibujos, con declaraciones o con cualquier otro medio”.
Por ende, no observar el Ramadán podría ser considerado como una denigración de uno de los preceptos del islam, y es por esto que yo digo que la ley sigue siendo ambigua. Cómo explicar también la imposición de la clausura de bares y restaurantes durante la jornada. Ha de ser recordado que todos los años, los que no ayunan son arrestados y condenados [1], como de hecho ocurrió en los casos del 2010, 2013 y 2017. Las razones alegadas en las condenas se vinculan al artículo citado y al art. Número 2 de la Constitución argelina [2].
Toda esta presión social y la falta de una ley que proteja a aquellos que no ayunan colocan a estas personas en una situación que puede poner en peligro su seguridad y su libertad individual. “Es una lucha cotidiana”, afirma Sarah, una joven médica argelina de Orán, que hace dos años que no ayuna. “Me veo forzada a portarme como una hipócrita durante todo el día y aparento observar el ayuno y no me siento yo misma a raíz de ello”, declara. La muchacha agrega que “tuvo un clic” en su vida y que “ya no cree en el islam que se practica hoy”, pero que debe “callar, para evitar problemas con la familia, con la sociedad e incluso con el Estado”.
El segundo joven que ha aceptado compartir su testimonio es Abdelaziz Lazreg [3], un estudiante de la Facultad de Filosofía de Alger, y un rebelde contra el pensamiento retrógrado que reina en el país. El segundo día del Ramadán, él se rebeló contra la administración del ateneo por la clausura de las expendedoras automáticas de café. “Lo que esta administración ha hecho es inadmisible y es un ataque a la libertad individual”, declara. “En la universidad tenemos estudiantes extranjeros que no son musulmanes y que tienen que poder continuar su vida como en los demás meses del año. En todo caso, yo mismo no ayuno, y no soy musulmán, y tengo derecho a sentirme libre, a vivir seguro y a ser protegido por la ley, porque ante todo soy un ciudadano argelino; pero nuestro Estado no hace nada por nosotros, las minorías. Por lo tanto, he tenido que rebelarme y sacar a relucir mi libertad de ser lo que yo soy, plenamente”.
A diferencia de Argelia, que parece permanecer fiel al wahabismo importado en los años ‘80 y ‘90 y que desde entonces se ha consolidado aún más, Arabia Saudita ha dado un paso increíble en este sector, y sin ninguna ambigüedad legal. Según una presunta circular [4] del Ministerio del Interior, el príncipe heredero Mohammad bin Salman Al Sa'ud invita a respetar a los que no ayunen y a no perjudicarlos. Esta circular, que obviamente fue publicada en árabe y destinada a la policía de los líderes sauditas, atañe a las personas que no observan el ayuno y que lo quebrantan, ya sea en secreto o en público. Mohammad bin Salman precisa que esta decisión es coherente con la visión moderna del islam, el respeto de los derechos humanos y la Visión 2030 sostenida por el príncipe heredero. Además, los mayores predicadores del wahabismo y una de las figuras emblemáticas del islam salafita se acaban de excusar con todos aquellos a los que han engañado para conducirlos a abrazar el wahabismo [5]. ¿Pero acaso esto es suficiente? ¿En qué dirección va realmente el mundo musulmán?
[1] https://www.observalgerie.com/societe/alger-deux-non-jeûneurs-arretes-police/
[2] https://www.observalgerie.com/la-une/constitution-republique-algerienne-democratique-populaire/#2
[3] https://www.facebook.com/profile.php?id=100004522716807
[4] https://www.alhadath.ps/article/98617
[5] https://www.moroccoworldnews.com/2019/05/272614/cleric-saudi-arabia-aid-al-qarni-moderate-islam/
17/12/2016 13:14