Quirógrafo del Papa Francisco: el IOR tiene un nuevo estatuto
El estatuto del Instituto para las obras de religión será válido por dos años, ad experimentum. Esto se ha vuelto necesario para adaptarlo mejor “a las exigencias de los tiempos que corren, recurriendo, en particular, a la colaboración y a la responsabilidad de los laicos católicos competentes”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Con un quirógrafo (documento firmado de puño y letra) de Papa Francisco, publicado hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco ha aprobado el nuevo estatuto del IOR (Instituto para las Obras de Religión), válido por dos años, ad experimentum.
A menudo definido como “el banco del Vaticano”, el IOR no es en rigor una entidad bancaria. Según las palabras del Papa, su objetivo es “"garantizar la custodia y administración de los bienes muebles e inmuebles transferidos o confiados al Instituto por personas físicas o jurídicas y destinados a obras de religión o caridad".
El nuevo estatuto -que comenzará a regir a partir de mañana, cuando el quirógrafo sea publicado en Osservatore Romano – presenta algunos cambios en el seno de los órganos de control. En general, según explica el pontífice, dichos cambios tienen la intención de “adaptar mejor las estructuras y las actividades del Instituto a las exigencias de los tiempos que corren, recurriendo, en particular, a la colaboración y a la responsabilidad de los laicos católicos competentes”.
En los órganos directivos, hay una Comisión Cardenalicia compuesta por 5 cardenales (antes eran seis) que permanecerán en el cargo por cinco años, y éste sólo podrá ser renovado una vez. Luego hay un Prelado, que “sigue las actividades del Instituto” y se desempeña como Secretario.
Le sigue una Junta de Superintendencia, “responsable de la Administración y gestión del Instituto, además de la vigilancia y supervisión de sus actividades en el plano financiero, económico y operativo”. Ésta se compone de siete miembros, en su mayor parte laicos.
Luego está la Dirección, que comprende un director general y eventualmente un vicedirector. El director “puede asumir el cargo por tiempo indeterminado o determinado”.
Por último, se prevé la figura de un auditor externo, para “la revisión legal de cuentas”. Este es “nombrado por la Comisión Cardenalicia, tras ser propuesto por la Junta de Superintendencia, por un período de tres ejercicios consecutivos, que puede ser renovado una sola vez”.
En el pasado, el IOR estuvo envuelto en más de un escándalo -no solo de tipo financiero- y llegó a sospecharse que se lo utilizaba para operaciones de lavado de dinero, por no tener una estructura de vigilancia adecuada.
A partir del 2010, el Instituto ha emprendido una serie de reformas con el objetivo de volver más transparentes las estructuras y los reglamentos. Actualmente, tal como fue afirmado por el director de la Autoridad de Información Financiera (AIF) de la Santa Sede, René Brülhart, el sistema parece estar “bien alineado con los estándares internacionales” en materia de prevención del lavado de dinero y del financiamiento del terrorismo.
17/12/2016 13:14
29/08/2020 11:22