Párroco de Mosul: una misa más allá de la violencia del ISIS, para construir el futuro
Por primera vez se vuelve a celebrar de manera solemne la misa del santo patrono en la iglesia sirio católica de Mar Thomas, en la parte derecha de la ciudad. El padre Pius Afas señala que la reconstrucción de los lugares de culto es un "paso importante". Los jóvenes musulmanes también contribuyeron a la recuperación del edificio. Un libro escrito por el sacerdote relata la historia de la comunidad local.
Mosul (AsiaNews) - "El pasado y la violencia de ISIS han quedado atrás, debemos mirar al futuro" y "reconstruir los lugares de culto" es un "paso importante", como se hizo con la iglesia de Mar Thomas. Está cargado de emoción y de fe el testimonio del padre Pius Afas, el sacerdote de Mosul de 82 años que hoy, 3 de julio, celebra una misa solemne en el día de la fiesta patronal para la reapertura oficial de la iglesia donde fue bautizado, ordenado sacerdote y después ejerció como párroco durante muchos años. “Los milicianos - le dice a AsiaNews - habían marcado las iglesias para hacerlas saltar por el aire, pero afortunadamente en este caso la dinamita no explotó. Queremos celebrar, agradecerle a Dios por haberla salvado”.
La iglesia sirio católica de Mar Thomas se encuentra en el lado derecho de Mosul, una metrópoli del norte de Irak que fue un bastión del Estado Islámico (IS, anteriormente Isis). El templo sobrevivió a la furia iconoclasta y devastadora de los hombres del "califato" y ha sido objeto de importantes obras de restauración para devolverlo al culto. Es uno de los primeros edificios cristianos que se pudo volver a usar en el sector occidental de la ciudad, en la margen derecha del Tigris. Para la celebración de hoy, se esperan más de un centenar de fieles, así como numerosas autoridades de la iglesia local procedentes de Dohuk, Ankawa (barrio cristiano de Erbil), Qaraqosh y otras ciudades de la llanura de Nínive.
El padre Afas también fue secuestrado por extremistas islámicos y posteriormente recuperó la libertad. “La primera misa que celebré en la iglesia de Mar Thomas después de la liberación - recuerda el padre Afas - fue precisamente el 3 de julio de 2018, la fiesta de Santo Tomás. Fue una celebración íntima, en un edificio que todavía mostraba las señales “del paso de las milicias yihadistas. “La misma celebración -continúa- la repetimos un año después con motivo de la colocación de la cruz en la cúpula. Pero la misa de hoy marca la reapertura oficial, en presencia del arzobispo y adornada con íconos y estatuas”.
El histórico lugar de culto data de mediados del siglo XIX y fue saqueado por los milicianos, que habían obligado a huir a los cristianos (lo mismo que a los yazidíes, a otros musulmanes, a los sabeos) para buscar un refugio seguro en el Kurdistán iraquí. Después que fue saqueada, en el verano de 2014, la iglesia de Santo Tomás cayó en un estado de abandono hasta que un grupo de cristianos, con la ayuda de jóvenes voluntarios musulmanes, comenzó las obras de restauración.
La misa oficial (hubo otras en los últimos años, después de la caída del ISIS) por la reapertura de la iglesia se celebra siete años después del ascenso de los yihadistas del Estado Islámico en junio de 2014. La dominación duró hasta el verano de 2017 y se impuso con violencia y terror que incluyó la destrucción de lugares emblemáticos como la mezquita de al-Nouri y la iglesia al-Saa (Nuestra Señora de la Hora). Los dos lugares de culto, musulmán y cristiano, son un símbolo del renacimiento gracias al proyecto financiado por la Unesco y los Emiratos Árabes Unidos con el programa "Revivir el espíritu de Mosul reconstruyendo sus monumentos históricos".
“El clima que se vive es hermoso - dice el sacerdote - y los jóvenes musulmanes que contribuyeron a la restauración de la iglesia son tan acogedores y entusiastas como nosotros. Preguntan cuándo volverá a sonar la campana” que se recuperó gracias a las aportaciones de la ONG francesa Fraternité en Irak y "cuándo reabrirá sus puertas el museo". “Yo también - recuerda - soy originario de Mosul, feligrés de esta parroquia, donde fui ordenado y celebré mi primera misa. Toda mi vida está ligada a Mar Thomas” y verla regresar a las glorias del pasado “me produce una gran emoción”.
En la ciudad “sólo hay cerca de treinta familias cristianas, ninguna en la margen derecha del río Tigris, y el trabajo de renacimiento y reconstrucción del tejido social, económico y cultural todavía será largo. Los jóvenes cristianos todavía tienen miedo de volver, todavía no se sienten seguros”. “Tenemos que reconstruir una comunidad - concluye el sacerdote - y para eso todavía hace falta tiempo y paciencia. Mientras tanto continuamos con las celebraciones, para mantener vivos los lugares de culto que dan testimonio de la presencia cristiana en esta región y que yo mismo he narrado en un libro ilustrado. El libro traza la historia de la comunidad local desde 1863 y hoy se presentará al público al terminar la misa. Porque para construir el futuro es fundamental mirar al pasado, sobre todo en una realidad como la nuestra que es rica en historia”.
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